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Preocuparse por que sus hijos pasen hambre es el temor más básico de todas las madres. Como madre de dos hijos, solo puedo imaginar el pánico y la ansiedad que sienten las mamás de todo el país, cuando van de tienda en tienda en busca de leche de fórmula para bebés, para sus hijos de brazos, y en su lugar encuentran estantes vacíos. Es vergonzoso e inaceptable que esto esté sucediendo en los Estados Unidos. Peor aún, que podría haberse evitado.
Durante meses, la administración Biden vio la escasez en el horizonte. En octubre, un denunciante alertó a la FDA sobre posibles problemas en Abbott Nutrition, el mayor proveedor de fórmula infantil del país. En febrero, Abbott emitió una orden de retiro del mercado de su fórmula para bebés, antes de que el productor de Michigan cerrara temporalmente toda su planta. Por temor a una escasez de fórmula para bebés, la FDA advirtió a la Casa Blanca sobre la inminente escasez.
Aparentemente, Joe Biden nunca recibió el memorándum o decidió ignorarlo. El presidente afirma que no se enteró de la crisis de la fórmula para bebés hasta principios de abril. Incluso si eso es cierto, no se molestó en hacer nada hasta mediados de mayo, cuando las tiendas alcanzaron una tasa de agotamiento del 43 %. Desde entonces, solo ha empeorado.
Biden se ha lavado las manos en esta crisis, alegando que podría haberse evitado si hubieran sido “lectores de mentes”. Pero la administración Biden supo de la fórmula a lo largo de varios meses. Simplemente no actuó.
Y siguen fallando. Cuando las tiendas informaron que su suministro de fórmula para bebés había alcanzado una tasa de agotamiento del 70 %, la Casa Blanca acudió a su sitio web, que no ofrece ningún tipo de recursos prácticos para familias ansiosas, con el fin de alardear por el “progreso” que supuestamente habían logrado al abordar la crisis en el suministro de leche de fórmula. Mientras tanto, las madres buscan desesperadamente fórmula para alimentar a sus bebés. Algunas incluso esperan en las pistas de los aeropuertos los suplementos que llegan desde el extranjero. Pero el transporte aéreo de fórmula para bebés de otros países no es una solución. Y apenas es suficiente: el primer envío europeo de 78,000 libras de fórmula para niños con alergias solo alcanza para alimentar a 9,000 bebés y 18,000 niños pequeños durante una semana.
Aun así, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, Biden tiene plena confianza en su comisionado de la FDA, Robert Califf. Eso significa que la culpa recae directamente sobre Biden, ya sea que se dé cuenta o no. Todo esto plantea muchas preguntas. El secretario de Salud y Servicios Humanos de Biden, Xavier Becerra, admitió que la administración supo durante un año que se avecinaban problemas: ¿por qué no estaban preparados? ¿Biden lo sabía o lo mantuvieron en la oscuridad? Y después de que se enteró de la crisis de la leche de fórmula, ¿por qué tardó semanas en actuar? Las cuentas no cuadran.
Es exasperante, pero es exactamente lo que podía esperarse de esta administración. Desde que Biden asumió el cargo hemos visto precios de la gasolina fuera de control que están haciendo que las tareas cotidianas, como conducir al trabajo y a la escuela, sean exorbitantemente caras. Los alimentos básicos como la leche y los huevos se vuelven más caros cada mes, lo que ejerce presión sobre los presupuestos domésticos. Durante meses, la administración y los demócratas mantuvieron a los niños fuera de la escuela y obligaron a los más pequeños a usar máscaras en el aula, a pesar de que el virus representaba una amenaza muy pequeña para ellos. Cuando los estudiantes están en la escuela, se les enseña a avergonzarse de ser americanos, se les adoctrina con propaganda sexualmente explícita y se les dice que son racistas u oprimidos según el color de su piel. Y si eres un padre preocupado que habla en una reunión de la junta escolar, el Departamento de Justicia de Biden podría tratarte como un potencial terrorista doméstico.
La crisis de la leche de fórmula para bebés en Estados Unidos define a la administración Biden en pocas palabras: incompetente, echadora de culpas e indiferente. Como resultado, los bebés pasan hambre. Si Biden cree que las mamás se olvidarán de esto para el 8 de noviembre, se llevará una sorpresa.
Ronna Romney McDaniel
Ronna McDaniel es presidente del Comité Nacional Republicano (RNC).