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En la undécima entrega de Las Movies, el espacio que El American dedica a analizar el mundo de la cultura y el entretenimiento, Ignacio M. García Medina nos habla sobre los excesos de la policía comunista en la Alemania del Este y cómo se exponen en La Vida de los otros (Das Leben der Anderen), ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2006.
La Vida de los Otros, que fue el debut de Florian Henckel von Donnersmarck como guionista y director, está ambientada en el Berlín del Este durante los últimos años de la República Demócrata Alemana. Su plot está dedicado a mostrar el control y la persecución que ejercía la policía secreta de los comunistas (conocida como Stasi) contra la empobrecida ciudadanía.
García Medina destaca que, pese a que existen centenares de películas ambientadas en la Alemania nazi y su policía política (la Gestapo), no hay tantas sobre la Alemania del Este. Aunque en las pocas que hay se cuenta muy bien su historia. “Es curioso porque la República Democrática Alemana no era ni República, ni democrática ni alemana, era una dictadura soviética”, rescata Ignacio.
El contexto: el espionaje en la Alemania comunista
Se calcula que la Stasi tenía un aparato descomunal de vigilancia. La policía comunista contaba con casi 90,000 funcionarios y casi 200,000 informantes que se encargaban de vigilar las vidas diarias y actividades políticas de la ciudadanía, con el objetivo de “evitar” comportamientos subversivos.
Curiosamente, el actor que protagoniza esta película, Ulrich Mühe, vivió en la Alemania del Este y fue perseguido por la Stasi, y confesó que la mujer que entonces era su esposa fue su vigilante y delatora ante las autoridades comunistas.
Los documentos que recababan las declaraciones de los informantes formaron un expediente cerca de 33 millones de páginas. Poco después de la caída del Muro de Berlín, el 15 de enero de 1990, la ciudadanía tomó la sede de la Stasi para evitar que estos documentos fueran destruidos y se perdiera la evidencia del espionaje al que fue sometida la sociedad.
La obra: la visión del director y la experiencia del actor
La premisa de La Vida de los Otros trata, justamente, sobre las misiones de espionaje de la Stasi. En una interpretación “sensible e impactante”, Ulrich Mühe protagoniza a un funcionario eficiente y servil, ferviente comunista, a quien se le asigna la misión de espiar a un dramaturgo. A medida que avanza en su misión, el personaje va perdiendo la fe y la lealtad al socialismo y al sistema para el que trabaja.
Pronto se da cuenta de que su misión no es más que un ardid del ministro de Cultura para encarcelar a su objetivo y conquistar a su esposa, una actriz con quien tiene una relación extramarital.
Para García Medina, la película transmite “ese terror que eran capaces de imponer” los comunistas a través de su policía política, así como la impunidad con la que perpetraban sus atrocidades. “Se ve cómo un gobierno que promete poder dártelo todo, también puede quitártelo todo”.
Otra cosa que destaca Ignacio sobre La Vida de los Otros es que muestra lo importante que es para el comunismo controlar el mundo de la cultura, “no sólo para transmitir su propaganda, sino para evitar que mensajes contrarios a su ideología florezcan y se esparsan”.
Esta obra, como las pocas que existen entre su clase, son fundamentales para que mucha gente comprenda los horrores de la tiranía comunista. “Quizá por eso, interesadamente, no se le da tanta difusión y por eso hay ese desconocimiento en la juventud sobre lo que es el comunismo, e incluso lo pidan”.
No se pierda esta y las anteriores entregas de Las Movies, conducido por Ignacio García Medina. Puede encontrar todos los capítulos en nuestro canal de YouTube.
