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La Oficina de Estadísticas Laborales reveló que la inflación anual en mayo se ubicó en el 8.6 %, marcando el mayor incremento anual de precios desde diciembre de 1981. Con la cifra de mayo se vuelve a establecer un nuevo récord de inflación no visto en 4 décadas.
Durante el mes de mayo el índice de precios creció un 1 %, después de haber crecido un 0.3 % durante abril. El índice de precios -que mide el cambio en el costo de vida- ha crecido precipitadamente desde comienzos del 2021 cuando la economía comenzó a recuperarse de la crisis del covid-19.
Los incrementos en el costo de la comida, los arriendos y la gasolina fueron los mayores contribuyentes al alza de precios registrada en mayo.
Los bienes y servicios más afectados por la inflación
El precio de los alimentos creció un 1.2 % en mayo, en los últimos doce meses la comida se ha encarecido un 10.1 %. Ya comer en casa no parece una forma de ahorro, pues el precio de la comida en los supermercados ha subido un 11.9 % en doce meses, el mayor incremento anual en el costo de los alimentos desde 1979.
El índice que mide el costo de la proteína -carne, cerdo, pescado y huevos- lideró el aumento de precio de la comida con un incremento del 14.2 % en un año. El precio de los huevos creció más de 32.2 % según la BLS, siendo este el alimento que más se ha encarecido en los últimos doce meses.
El costo de la energía creció un 3.9 % tras caer un 2.7 % en abril. El índice que sigue el precio de la gasolina creció un 4.1 % en mayo tras una leve caída en abril. La invasión de Rusia a Ucrania sigue presionando los precios del petróleo en todo el mundo, lo que termina por impactar el costo de los combustibles. El precio promedio del galón en Estados Unidos está por los $4.97.
La energía ha subido un 34.6 % en los últimos doce meses. Aunque el alza en el costo de la energía viene desde el 2021, la situación en Ucrania ha hecho el suministro de gas, carbón y petróleo más limitado a lo largo del globo, lo que termina impactando los precios domésticos.
El índice base de inflación, que excluye el costo de bienes más volátiles como la comida y el combustible, creció un 0.6 % durante mayo. Excluyendo el costo de la comida y la energía, la inflación en Estados Unidos ha sido del 6 %, tres veces por encima de la meta objetivo de inflación de la Reserva Federal (FED) del 2 %.
Imprimir dinero y aumentar el gasto del Gobierno, la fórmula para más inflación
Un aumento sin precedentes en el gasto del Gobierno, junto con la mayor expansión monetaria de la historia, para estimular a la economía para salir de la crisis del Covid-19, sirvieron para hacer crecer la economía momentáneamente, pero también para sobreestimular el consumo.
Unos americanos llenos de ahorros y con dinero extra del Gobierno, y un sector privado deseoso de recuperar las ventas pérdidas durante la cuarentena, fueron la fórmula perfecta para desatar una ola de inflación.
La sensación de inmediatez del ecommerce también ha agravado la situación, con un solo click los americanos pueden comprar un producto y tenerlo en las puertas de su casa en unos cuantos días. No obstante, el desafío logístico que implica llevar millones de paquetes a diferentes domicilios a lo largo de Estados Unidos es titánico.
Las cadenas de suministros a lo largo del mundo, afectadas por los cierres y la pérdida de trabajadores, no estaban preparadas para el surgimiento de la demanda que vino. Hoy Estados Unidos contrata más camioneros y trabajadores de bodega que en febrero del 2020, y sin embargo, los americanos ven como algunos de los productos que consumen ya no se encuentran en los estantes.
El dilema de la FED
En mayo, la FED subió medio punto las tasas de interés para controlar la inflación, sin embargo, la vigorosa subida de precios durante el mes de abril podría obligar al Banco Central a considerar una próxima subida de los tipos de interés.
Una subida de las tasas de interés encarece el costo del crédito, por lo que se desestimula la demanda y los precios pueden comenzar a subir a un ritmo más lento. El lado negativo de la subida de los tipos de interés es que podría impactar el crecimiento de una economía que se acostumbró a tener mucha liquidez, por lo que una disminución en la circulación de dinero podría llevar a Estados Unidos a un recesión.
La FED se enfrenta a la difícil tarea de endurecer la política monetaria lo suficiente como para enfriar la economía sobrestímulada y calmar la inflación, evitando al mismo tiempo que Estados Unidos caiga en una recesión.
En el primer trimestre del 2022, la economía de Estados Unidos registró una caída del 1.4 %, lo que añade presiones para el Banco Central de mantener un dificil equilibrio entre controlar la inflación y estimular el crecimiento económico.
Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica