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Sacrificio de mascotas, robots haciendo de vigilantes callejeros: la realidad distópica que vive Shanghái bajo la política «COVID cero»

Sacrificio de máscotas, robots haciendo de vigilantes callejeros: la realidad distópica que vive Shanghái bajo la política «COVID cero»

Shanghái, la principal metrópoli comercial de China, vive bajo una inquietante realidad distópica gracias a la política «COVID cero» aplicada por el régimen comunista chino desde finales de marzo e inicios de abril, cuando un feroz confinamiento en la ciudad afectó a sus 25 millones de habitantes.  

Las escenas parecen sacadas de un film de ciencia ficción donde la robótica e implacable vigilancia estatal y el autoritarismo unieron sus fuerzas para controlar a la ciudadanía en sus hogares, con el supuesto fin de evitar la propagación del coronavirus. En redes sociales, especialmente, se han compartido imágenes espeluznantes. Como robots con forma de perro que van por la calle pidiendo a los ciudadanos que se mantengan aislados, desinfecten sus casas y mantengan el orden; o drones sobrevolando Shanghái ordenando a los civiles que eviten las reuniones sociales.  

Sin embargo, más allá de la propaganda china, que muestra sus inventos como un efectivo mecanismo para luchar contra la pandemia y aplicar la restrictiva política «COVID cero», hay un gran descontento entre la ciudadanía. Tal y como relata The Washington Post, en un reportaje publicado el 15 de abril, muchos ciudadanos de Shanghái no entienden por qué las restricciones son tan fuertes cuando la mayoría de los casos detectados, a pesar de promediar 20.000 por día, son asintomáticos y cuando apenas van tres muertes registradas.

Esas muertes, por cierto, aunque suene inverosímil, son las primeras admitidas por las autoridades desde 2020 y corresponden a tres ancianos con enfermedades subyacentes, no vacunados y cuya edad estaba entre los 89 y 91 años.

Un repartidor se encuentra frente a la comunidad residencial en cuarentena en la calle en Shanghái, China, 18 de abril de 2022. Los repartidores son de los pocos que pueden andar por la ciudad. (EFE)

El WaPo también relata parte del drama que se vive en Shanghái: «Sus 25 millones de habitantes han quedado atrapados en sus casas, luchando por alimentarse o por conseguir ayuda médica para sus familiares enfermos. Otros han sido acorralados en centros de cuarentena improvisados y hospitales temporales, sin saber cuándo se les permitirá salir».

Las medidas son tan radicales que, incluso, a los locales no solo les cuesta alimentarse, sino que tampoco están posibilitados de dar de comer a sus mascotas debido a la escasez e incapacidad de comprar alimentos. Estos animales están muriendo de hambre, según varios reportes periodísticos y denuncias civiles que muestran a gatos o perros muertos en las calles o puestos en bolsas.

Asimismo, hay reportajes, como el del medio internacional español El Mundo, o de organizaciones que velan por los derechos de animales, que denuncian al régimen chino de cometer una matanza contra los animales por supuestamente representar una amenaza en la propagación del COVID-19. Las imágenes son delicadas.

Algunos vídeos también muestran a la gente de Shanghái desesperada; gritándole y pidiendo explicaciones a las autoridades sobre el «problema de fondo» detrás de esta nueva ola de casos o exigiendo encarecidamente comida o medicina para sus familiares enfermos. «Sálvanos. No tenemos suficiente para comer», decían.

En otro vídeo circulado en redes, se puede ver a una valiente anciana reclamarle a un funcionario por la falta de comida.

Para luchar contra la escasez, en algunas zonas residenciales los vecinos utilizan el trueque para intentar paliar sus necesidades más básicas. Los suministros que reparte el régimen no está alcanzando para satisfacer las necesidades de una ciudad completamente cerrada.

«La realidad no concuerda con el relato oficial de abundantes alimentos y suministros médicos. Wu Peiying, de 27 años, que trabaja en el desarrollo de negocios, vio un artículo en WeChat la semana pasada que mostraba su barrio como una historia de éxito. La propaganda del partido local elogiaba al comité vecinal de Changfeng Xincun, donde vive Wu, por enviar 25.000 paquetes de comida al día a los 100.000 residentes de su zona en el oeste de Shanghái», se lee en el periódico.

«Pero en las dos últimas semanas, según Wu, sólo ha recibido un paquete: una bolsa de plástico con una zanahoria, una col, un boniato y unas cuantas alas de pollo que ya se habían estropeado», añade el medio.

Suicidios, muertos de hambre y feroz represión en Shanghái

Varios medios masivos, como CNN, se hicieron eco de un vídeo publicado en redes sociales que mostraba a ciudadanos de Shanghái gritando: «Nos morimos de hambre».

Asimismo, en la última semana se vieron vídeos publicados en redes sociales donde se denuncia que los ciudadanos de Shanghái están supuestamente suicidándose ante el hambre y los draconianos cierres. Las imágenes son sumamente delicadas, aunque pocos medios masivos se han hecho eco de ellas.

A los ciudadanos que se rebelaron contra la política «COVID cero», la policía de Shanghái aplicó la fuerza, reprimiéndolos y arrestándolos sin contemplación.

Hay un vídeo que fue replicado en gran parte del mainstream media, en el que se puede ver a la policía de Shanghái vestida de trajes blancos sanitarios enfrentándose con ciudadanos descontentos que no querían ser echados de sus hogares para convertirlos en centros de confinamientos oficiales. The Guardian, se encargó de traducir al inglés parte de los reclamos civiles que se escuchan en el vídeo.

Una mujer parece decir “Te lo ruego por favor, te lo ruego”, pero no queda claro si la petición es para que un policía deje de atacar a un civil o se lo lleve detenido. Otro hombre denuncia que la policía irrumpió a su recinto y arrestó a residentes. Todo esto mientras se escuchaban gritos y llantos de fondo.

Robin Brant, corresponsal de la BCC En Shanghái, informó que algunos residentes están empezando a mostrar resistencia, un hecho relevante considerando que en China te pueden arrestar a la mínima provocación. El propio Brant confirmó las denuncias sobre desalojos obligatorios de los residentes.

«En un distrito del este de la ciudad, los funcionarios, vestidos de pies a cabeza con trajes protectores, obligaban a la gente a abandonar sus apartamentos alquilados para convertirlos en instalaciones temporales de cuarentena, todo ello en nombre de la guerra contra el resurgimiento del COVID», dijo Brant. «A pocos kilómetros de allí, se organizó una protesta, una postura audaz mientras el encierro se afianza en un país en el que te pueden arrestar por buscar pelea».

La tenebrosa realidad distópica que vive Shanghái bajo la política «covid cero» del PCCh
Hospital temporal para personas seropositivas al Covid en Shanghai, China, 18 de abril de 2022. (EFE)

También hay denuncias de familiares a quienes el confinamiento prácticamente les arrebató la vida de un ser querido. Es el caso de Fu Dinghua, de 55 años, quien según el WaPo «vio morir a su madre, enferma de los riñones, el lunes por la noche tras ser obligada a trasladarse desde un hospital requisado para pacientes con COVID».

«Fu dijo que su madre fue obligada a entrar en una ambulancia, metida entre el equipo y el equipaje, sin poder acostarse. Al día siguiente, cayó inconsciente y no pudo ser reanimada». El hombre dijo que, aunque sabía que a su madre no le quedaba mucho tiempo, verla sufrir así fue terrible para él. Además de la escasez de comida, muchos habitantes de Shanghái también han denunciado que el abastecimiento de los medicamentos es deplorable, ya que la cadena de suministros se ha cortado o estancado.

Entre tanto, la información de lo que ocurre en Shanghái tampoco es abundante, tan solo hay algunas pocas filtraciones que se les escapan a los censores del régimen.

Sin embargo, el 14 de abril en China, por varias horas de la madrugada, la red social china Weibo (el equivalente a Twitter en Occidente) se llenó de publicaciones contra las autoridades y no fueron sacadas de circulación con la rapidez habitual.

«Ha pasado desapercibido para muchos. Así que sentí que debería documentar correctamente lo que acaba de suceder hoy en Weibo», escribió en Twitter el periodista chino Wenhao, de La Voz de América. «Los internautas en China, por solo unas horas, pudieron desatar su ira contra el gobierno chino por cómo manejó la crisis de COVID en Shanghái y otros problemas sociales».

El periodista explicó que la indignación de los usuarios empezó cuando en las tendencias de Weibo posicionaron los siguientes temas: Shanghái manejó varios rumores falsos sobre COVID; los Estados Unidos es el país con mayor déficit de derechos humanos.

Según los críticos, las tendencias posicionadas en esta red son con fines propagandísticas y buscan acallar las denuncias sobre lo que sucede en Shanghái con la represión, la escasez de medicina y comida; la matanza de animales y la terrible realidad que azota a la mayor urbe de China. Muchos de los comentarios, tal y como mostró Wenhao, se publicaron con un tono sarcástico, quizás para hacerle más difícil el trabajo a los censores digitales del régimen chino.

«Sí, sellamos las puertas de las personas, matamos mascotas, desperdiciamos recursos médicos para que los pacientes con necesidades más urgentes pierdan la oportunidad de recibir tratamiento, ¡pero nuestro número de muertes es cero!», dijo uno de los usuarios según el periodista.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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