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The Batman: una daga al corazón para las películas taquilleras de Marvel

Opinión│The Batman: una daga al corazón para las películas taquilleras de Marvel

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Los gritos y la desesperación recorren las calles de una agitada Ciudad Gótica en Halloween. Ladrones enmascarados aprovechan el despiste de la Noche de Brujas para azotar a los pequeños y medianos negocios de la ciudad; los grupos neonazis aterrorizan a los trabajadores que solo quieren llegar a sus hogares después de una larga jornada laboral en la metrópoli de los maniáticos. La juventud, perdida, busca dónde encajar en una sociedad cada vez más podrida, corrupta y sin fe. Las mafias dominan, traficando drogas, sobornando autoridades y matando.

La policía, ausente, no da abasto para combatir el crimen. Los políticos juegan sus risibles pugnas de poder para tener al alcance de su mano los jugosos fondos públicos. Todo parece perdido para el ciudadano común y favorable para el criminal, pero existe todavía un ferviente creyente de Ghotam City; un justiciero, que no actúa como rayo de esperanza, sino como una sombra de terror, esperando la señal del murciélago para aplicar “La Venganza” contra la escoria de su ciudad.

Así muestra su puesta en escena The Batman, la segunda película más taquillera desde que los cines volvieron a abrir después de la pandemia. Una entrega brillante de DC que ha hecho una apuesta valiente, y exitosa, al marcar distancias del cine superfluo de Marvel.

The Batman, más cercano al thriller psicológico que la acción

Así como con el Joker de Phoenix, o Wacthman, dirigida hace trece años por Zack Snyder, The Batman es un film poco común dentro del género; uno que profundiza cada uno de sus personajes principales con debates morales-éticos complejos, tomándose su tiempo para desarrollar la compleja trama respetando la inteligencia del público. No es una película para gente distraída, vaya.

Su director, Matt Reeves, se lleva el gran mérito por plantear una cinta que habla del contexto histórico de Ciudad Gótica. Su entramado político, las decisiones gubernamentales históricas, las pugnas entre mafias y los asombrosos casos de corrupción. Enriquece y le da un plus al film.

En The Batman se prioriza, además, el entendimiento de la moral de los personajes por encima de todo. Por qué hacen lo que hacen: sus motivaciones, fantasmas y dilemas internos.

Los héroes tienen sus sombras y los villanos sus luces; cada uno intenta defender lo que entienden por sus ideales y también existen luchas individuales, no existe el relato único y, de hecho, como dice Sergio Monsalve en su análisis, «la película va de nosotros y reflejar lo que realmente somos, al quitarnos el antifaz y la capa de héroes. Un gesto que “The Batman” plantea como una terapia de choque para la búsqueda de certezas del consumidor, malacostumbrado a que le expliquen todo y se lo digieran con papilla edulcorada. Así se rescata a un arte moribundo».

Robert Pattinson pasó la prueba con creces

Lo que más llama la atención de esta versión, a diferencia de otras entregas, es que Bruce Wayne no se desarrolla a la par de su versión de superhéroe. Aquí Matt Reeves te presenta un Batman muy humano, dubitativo, que no sabe si sus acciones están generando algo positivo en su ciudad a dos años de empezar su misión como justiciero. En cambio, Wayne, todavía joven y en una etapa sedentaria, casi emo, parece más convencido de lo que hace, intentando mantener en pie legado de su familia mientras rescata la ciudad que lo vio nacer y crecer huérfano. Pero el mundo se le vino encima a Wayne cuando un viejo secreto familiar revelado pone su integridad y legado contra las cuerdas, llevando al protagonista a enfrentar propios demonios y el pasado de su padre.

The Batman: una daga al corazón para las películas taquilleras de Marvel
Fotograma cedido por Warner Bros. donde aparece Robert Pattinson como Bruce Wayne, durante una escena de la película “The Batman”. (EFE).

Robert Pattinson, más que consagrado a estas alturas de su carrera, no solo pasó con creces el reto de interpretar al Batman más complejo de la historia, sino que probablemente firmó el papel más importante de su carrera. Estuvo sobresaliente. Con un traje imponente y unas botas implacables cuyo sonido mostraban la cara más ruda de La Venganza. Sus escenas junto a Zoë Kravitz, por cierto, son un deleite visual. De hecho, un punto alto de este The Batman (además de su muy buena banda sonora), es el juego con las cámaras; se transmite mucho a través de tomas oculares, también hay desenfoques y una elección cuidadosa de cada uno de los planos. Visualmente, es una obra muy bien lograda que vale la pena ver en cine.

La estrella en The Batman es el villano

El otro hombre que se destaca con luz propia es Paul Dano, como Acertijo, quien puede fácilmente opacar el enorme desempeño de Pattinson al interpretar brillantemente a uno de los villanos más oscuros, raros y chiflados que DC haya creado.

Este acertijo no es más que un incel. Demente, sí, pero con una fiel creencia de tomar la justicia con mano propia y darle su merecido a los corruptos de la ciudad cueste lo que cueste. El fin por encima de los medios. Un villano que actúa como terrorista contemporáneo, usando las redes sociales para difundir el pánico y ganar adeptos de ideas extremistas. Los manipula y los utiliza obscenamente para sus planes. Él también es esencialmente uno de ellos. Un relegado socialmente, una persona que jamás pudo adaptarse en una metrópoli donde solo sobreviven los más fuertes.

En cierta medida, este Acertijo también es fiel al personaje original, aunque sus adivinanzas sean más simples y no goce de un traje escandaloso como en otras ediciones. Eso sí, Acertijo sorprende con su capacidad para distraer al espectador y usar todo su ingenio a disposición para estar un paso delante siempre. Su plan, más que brillante, es meticuloso, oscuro e inesperado.

Curiosamente, a pesar de que Acertijo parece ser un hombre que no comete errores, su pecado fue tan humano y tonto como el de cualquiera de nosotros: prejuicios, extrema confianza y carencia de un plan B. Un villano que pasa de la genialidad a la mediocridad de un adolescente llorón cuando mantiene su esperada conversación con Batman.

A este personaje se le viene el mundo encima cuando se entera de que la figura en la que se inspiró, Batman, es diametralmente opuesto a él. Mientras Acertijo es un revolucionario sangriento despiadado que busca dinamitar Ciudad Gótica para fundar algo nuevo, Batman cree en la recuperación de las instituciones y la fe de sus habitantes. Ahí es donde cambia, finalmente, La Venganza, abriéndole paso a un héroe más empático y solidario.

Fotograma cedido por Warner Bros donde aparecen Jeffrey Wright (izq.) como el teniente James Gordon y Robert Pattinson (der.) como Batman, durante una escena de la película “The Batman”. (EFE)

Por ello el contraste de Ciudad Gótica no puede ser más evidente: la escena estéticamente brutal al inicio del film, donde el hampa, la degeneración y la corruptela te respiraba en la nuca, termina con una ciudad arrasada; inundada de agua y afrontando la tragedia. Pero con un mensaje más optimista, de unidad y nuevos retos por delante sin el peso de los secretos del pasado y las mentiras de los que desangraron a Ciudad Gótica durante al menos dos décadas. Ahí Batman entiende definitivamente su rol: cuidar el futuro incierto de su metrópoli, al que se le avecinan tiempos turbulentos.

Lo que logró Matt Reeves con The Batman es admirable y sorprendente. Su película se debatirá con The Dark Knight como la mejor entrega de Batman de la historia y entrará en la categoría de rodajes de DC que cambiaron el género clásico y previsible de los superhéroes con entregas grandilocuentes, profundas y oscuras; completando la lista junto a Watchmen, Snyder Cut y Joker. Más allegadas al thriller psicológico que a la acción. Una daga al corazón para las películas taquilleras de Marvel y una oda al buen cine.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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