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Top Gun: Maverick vs. Lightyear, ¿por qué una triunfa y la otra fracasa?

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Top Gun: Maverick, la secuela del éxito ochentero de Tom Cruise, acaba de superar los mil millones de dólares de recaudación, convirtiéndose en la película más taquillera del año y en símbolo de la resurrección de las salas de cine tras la pandemia. Mientras que Lightyear, el spin-off de la aclamada franquicia Toy Story, se ha estrellado en taquilla sin llegar a cubrir sus $200 millones de presupuesto.

Ambas películas han acaparado la atención mediática y de las redes sociales en los últimos meses, por lo que la disparidad de sus ingresos no puede achacarse a un déficit de atención o a una falta de exposición al público. De hecho, el tráiler de Lightyear fue el segundo más visto de la historia de Pixar, con 83 millones de reproducciones en sus primeras 24 horas.

Entonces, ¿cuáles pueden ser los motivos que expliquen la abismal diferencia en el desempeño entre Top Gun: Maverick y Lightyear?

Top Gun: Maverick y Lightyear, dos estrategias de promoción muy diferentes

Tanto Top Gun: Maverick como Lightyear han tenido sus dosis de controversia política; sin embargo, cómo la han gestionado ha sido radicalmente diferente entre ambas. Mientras la película de Tom Cruise intentó eludir el escándalo de forma elegante y discreta, Disney optó por abrazar y potenciar la polémica como principal —y casi única— baza comercial para su película.

Tras el estreno del teaser tráiler de Top Gun: Maverick en 2019, algunos fans se percataron de que en la icónica cazadora del personaje de Tom Cruise faltaban las banderas de Taiwán y de Japón, que habrían sido borradas digitalmente para no molestar al Gobierno chino. Esto generó cierto debate en las redes sociales, donde los fans se mostraron decepcionados por el hecho de que una película que supuestamente debería ensalzar la hegemonía militar mundial de los Estados Unidos hubiese claudicado ante el gigante chino.

Los responsables de la cinta tomaron nota de las inquietudes de los fans y volvieron a poner las banderas en la chaqueta. Posiblemente, esta firmeza influyó en que unos meses más tarde la empresa china Tencent se retirara de manera silenciosa de la producción —en la que participaba con un 12.5 % de inversión— por miedo a enfadar al Partido Comunista chino, que finalmente no permitió su estreno en China.

Lo de las banderas en Top Gun: Maverick quedó en un conato de polémica y se resolvió de forma más o menos discreta, sin afectar sus ingresos, ya que a pesar de no contar con el suculento mercado chino, la película ha recaudado cifras impresionantes en el mercado doméstico y el resto del mundo.

Sin embargo, Disney aprovechó la polémica del ya infame beso lésbico en Lightyear para perpetrar una nueva forma de publicidad: el marketing de falsa bandera.

Un ataque de falsa bandera, en términos militares, es una operación encubierta diseñada para que parezca que ha sido llevada a cabo por los enemigos, cuando en realidad ha sido perpetrada por uno mismo.

Esta artimaña, extrapolada al marketing, es en lo que parece haberse especializado Disney en los últimos tiempos. Con la serie de Obi-Wan Kenobi, por ejemplo, manufacturó desde antes del estreno una polémica sobre racismo hacia su protagonista femenina. Y con Lightyear, de igual manera, apostó toda su publicidad a la carta de la “homofobia”.

Los ejecutivos de Disney —preocupados por su idoneidad para una película infantil— habían decidido cortar la escena del beso lésbico a mediados de marzo de 2022, y fueron los propios empleados de Disney los que sea amotinaron y dieron publicidad a este beso, coincidiendo “casualmente” con el posicionamiento público de Disney en contra de la Ley de Derechos Parentales en la Educación de Florida.

top gun: maverick vs Lightyear
(EFE de Marcial Guillén)

Lo que en circunstancias normales hubiera sido una anécdota interna de Disney sin mayor importancia, por culpa de la agenda política de la compañía, se convirtió en la piedra angular de la campaña de marketing de Lightyear, dejando a la película ligada de forma indisoluble a esta polémica, y condenándola a no ser proyectada en varios países asiáticos y de Oriente Medio.

Si bien el mercado doméstico y del resto de países premió a Top Gun: Maverick, la campaña promocional de Disney hizo que el público diera la espalda a Lightyear.

Este estilo de marketing de falsa bandera, siempre va acompañado de los correspondientes insultos por parte de la compañía hacia una gran parte de su potencial audiencia, a quienes se les acusa abiertamente de racistas y homófobos, y de forma velada de ultraderechistas, englobándolos bajo la etiqueta de “fans tóxicos”.

El actor Chris Evans, que da voz a Buzz Lightyear —el reemplazo de Tim Allen tampoco estuvo exento de intrigas ideológicas— llegó a llamar a los críticos del beso “idiotas”.

Disney quiere meter con calzador su agenda política woke en sus producciones, y con tal de justificarse parece dispuesta a gestar y alimentar polémicas ideológicas con las que poder insultar a sus posibles clientes y culparlos de su fracaso. Esta, quizás, no sea la técnica de venta más aconsejable.

Por contra, en Top Gun: Maverick hay diversidad racial, pero sin hacer de ello un punto argumental central, ni un motivo para intentar dar lecciones al público. Hay un romance clásico entre un hombre y una mujer heterosexuales, en el que los guionistas nos muestran que ella simplemente se dedica a gestionar su negocio y su vida sentimental, y no a pretender explicarnos que ella sería mejor piloto de combate y mejor ser humano que el personaje masculino de Tom Cruise.

En definitiva, en Top Gun: Maverick hay buen cine de entretenimiento con todos los elementos clásicos del género de acción, prescindiendo de todo atisbo de wokeismo, lo que probablemente ha conseguido que triunfe el boca a boca entre un público que simplemente quiere ir al cine a disfrutar, y no a que lo insulten o le den lecciones sobre cómo pensar.

Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.

Social Networks: @ignaciomgm

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