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Un gobierno cooptado por las compañías tecnológicas

Tecnológicas. El American

Tras la toma del Capitolio por los partidarios de Donald Trump, todas las redes sociales optaron por censurar al presidente y consigo a miles de sus seguidores. Aunque la insistencia de Trump en un fraude masivo que le costó las elecciones, sin lugar a dudas, fue una irresponsabilidad completa, es también innegable que la respuesta de las redes sociales y las plataformas tecnológicas representa una completa censura a un sector de la población que, con razón o equivocada, merece tener voz y representación política.

Cabe preguntarse si unas cuantas horas antes de la toma del Capitolio, en Georgia hubieran ganado los candidatos republicanos, asegurándole la mayoría en el Senado al Grand Old Party, las compañías tecnológicas habrían reaccionado censurado todo lo que huela a Trump en las redes sociales.

Incluso, empresas privadas que no estuvieron de acuerdo con la política fueron censuradas por compañías más poderosas como fue el caso de Parler, que recibió miles de usuarios migrantes de Twitter y al poco tiempo sus servicios fueron desconectados por Amazon, y la aplicación borrada de los servidores de Apple y Google Play.

En estos momentos, los demócratas tienen el sartén por el mango y las compañías tecnológicas de Silicon Valley, por grandes que parezcan, saben que el Gobierno de los Estados Unidos lo es aun más.

No nos engañemos, a las compañías tecnológicas este año, independientemente de quién hubiera ganado la Presidencia y el Senado, se les viene una ola de escrutinio público en los Estados Unidos y en Europa. En Estados Unidos, Facebook afronta una demanda antimonopolio por parte de la Comisión Federal de Comercio, mientras que Google afronta dos demandas: una liderada por los estados de la Unión y otra por el Departamento de Justicia.

En el otro lado del Atlántico, la Unión Europea regulará fuertemente todas las compañías tecnológicas y sobre todos los gigantes de este sector penden investigaciones antimonopolio.

En el 2021 las compañías tecnológicas enfrentarán un fuerte escrutinio por parte de los reguladores en Estados Unidos y la Unión Europea. (EFE)
Las demandas antimonopolio de los estados de la Unión y el departamento de Justicia contra Google

El primero de octubre, el Departamento de Justicia formuló el primer caso contra Google acompañado por 11 fiscales generales estatales republicanos. La demanda afirma que Google ha usado tácticas anti-competitivas para proteger su monopolio sobre los motores de búsqueda y prevenir que compañías con sistemas de búsqueda en internet tengan una entrada en el mercado.

Notablemente, la demanda asegura que la empresa ha llegado a pagar hasta $ 12 mil millones a Apple y otro monto similar a Samsung, para asegurar que el buscador de Google esté preconfigurado en los Iphones y en los smartphones con Safari. Con esto Google puede obtener más ganancias sobre los anuncios de Internet.

En noviembre vino la segunda demanda de una coalición de 30 estados liderada por el fiscal general de Texas, Ken Paxton, quien también lideró la demanda de 4 estados sobre una posible modificación al código elector en plenas elecciones ante la Corte Suprema.

Google ha usado diversas tácticas para garantizarse el monopolio de las búsquedas en línea, entre las que está pagar a los fabricantes de smartphone para que prioricen su motor de búsqueda. (EFE)

La demanda del fiscal Paxton, en esencia, tiene los mismos argumentos que la demanda del departamento de Justicia, pero adiciona otra acusación clave: que Google ha utilizado su monopolio sobre la búsqueda general para discriminar a las empresas en lo que se conoce como el negocio de búsqueda vertical, como Yelp o Kayak.

La idea es que Google quiere que las personas comiencen todas sus búsquedas en su buscador, en lugar de ir directamente a un sitio o aplicación de búsqueda vertical. Los estados argumentan que Google ha realizado cambios a lo largo de los años en la forma en que aparecen los resultados de búsqueda para mantener más tráfico fluyendo a sus propias redes, en lugar de en los buscadores verticales.

Esta política coloca a las compañías de búsquedas verticales en una situación difícil, ya que si los usuarios no las encuentran fácilmente a través de Google, es posible que no las encuentren en absoluto. Esto es ilegal, afirman los estados, porque el objetivo y el efecto es afianzar la participación de Google en el mercado de búsqueda, en lugar de dirigir a los usuarios a los mejores resultados.

La demanda antimonopolio de la Comisión Federal de Comercio en contra de Facebook

Por el lado de Facebook, en diciembre del 2020 la Comisión Federal de Comercio y los fiscales generales de 46 estados lanzaron su respectiva demanda antimonopolio, argumentando que el gigante de las redes sociales ha usado su posición dominante para incurrir en fijación de precios predatorios, adquisiciones forzosas diseñadas para eliminar la competencia y otras prácticas que hieren al consumidor, forzando a las compañías nacientes de tecnología a cambiar sus prácticas en el mercado. La demanda contra Facebook reposa en tres argumentos.

A Facebook se le investiga por prácticas predatorias en las que copia o compra a la competencia, haciendo uso de su posición dominante. (EFE)

Primero, si bien es cierto que los usuarios finales se unen a Facebook de forma gratuita, los anunciantes pagan el servicio. De hecho, la principal fuente de ingresos de la compañía proviene de los anunciantes y los reguladores están preocupados de que estos consumidores puedan estar pagando precios inflados por productos de calidad inferior y un rendimiento publicitario fraudulento.

En segundo lugar, si bien no hay un costo monetario para unirse a Facebook, los usuarios pagan un alto precio en datos por el acceso a la plataforma. Los datos crean un valor inmenso para las fuentes de ingresos publicitarios de Facebook a partir de las contribuciones de sus usuarios.

Tercero, la estrategia de crecimiento de Facebook ha sido utilizar su poder de mercado agresivamente para comprar o enterrar competidores, lo que significa que tanto los usuarios finales como los anunciantes pierden oportunidades significativas de innovación y elección en el mercado de servicios de redes sociales.

Europa tiene en la mira a todas las grandes compañías tecnológicas

La Unión Europea ha sido menos laxa que los Estados Unidos con las grandes compañías tecnológicas pues en estos momentos no solo Google y Facebook, sino también Apple y Amazon, enfrentan investigaciones antimonopolio en Europa.

En noviembre, la Comisión Europea abrió una investigación a Apple para determinar si las reglas de la App Store para los desarrolladores de aplicaciones violan las normas de competencia de la Unión Europea. En primer lugar la Comisión Europea investigará el uso obligatorio del propio sistema de compra en la aplicación (IAP) patentado por Apple para la distribución de contenido digital pagado. Apple cobra a los desarrolladores de aplicaciones una comisión del 30 % en todas las tarifas de suscripción a través del IAP.

La Comisión Europea investiga si las reglas establecidas por Apple en su App Store van en contra de las normas de libre competencia de la Unión Europea. (EFE)

En segundo lugar, se investigarán las restricciones en la capacidad de los desarrolladores para informar a los usuarios de posibilidades de compra alternativas fuera de las aplicaciones. Si bien Apple permite a los usuarios consumir contenido como música, libros electrónicos y audiolibros comprados en otro lugar, (por ejemplo, en el sitio web del desarrollador de aplicaciones), sus reglas impiden que los desarrolladores informen a los usuarios sobre tales posibilidades de compra, que generalmente son más baratas.

En el caso de Amazon, la Comisión Europea investiga al gigante del retail por violar las normas antimonopolio de la Unión Europea al distorsionar la competencia en los mercados minoristas en línea. Según la Comisión, Amazon ha usado sistemáticamente los datos comerciales no públicos de vendedores independientes que venden en su plataforma, en beneficio del propio negocio minorista de Amazon, que compite directamente con estos vendedores externos.

La Comisión también abrió una segunda investigación antimonopolio formal sobre el posible tratamiento preferencial de las ofertas minoristas propias de Amazon y las de los vendedores del mercado que utilizan los servicios de logística y entrega de Amazon.

Las investigaciones antimonopolio que penden sobre Google y Facebook son de la misma naturaleza que las que afrontan en los Estados Unidos. Por último, todas estas compañías enfrentan la posibilidad de que se les imponga un impuesto por ventas dentro de la Unión Europea, acción iniciada por el gobierno de Emmanuel Macrón en Francia con el llamado Google Tax.

Las gigantes tecnológicas se refugian en el gobierno de los Estados Unidos

Con un futuro incierto sobre su posición dominante en el mercado, las grandes compañías tecnológicas han optado por complacer al establishment demócrata acatando su voluntad de forma directa o indirecta. Es posible que la censura masiva en redes de Trump y sus seguidores, así como el desmonte de Parler, no sea más que un soborno camuflado a un gobierno que no contará con el apoyo incondicional de más de 75 millones de americanos y necesita estos gigantes para preservar la estabilidad.

La Comisión Europea acusa a Amazon de aprovechar su posición dominante para distorsionar la competencia de ventas minoristas en su plataforma. (EFE)

Difícil tragarse el cuento de que el Partido Demócrata es el partido de la clase trabajadora, cuando el propio Biden se ha rodeado de 14 lobistas procedentes de precisamente las grandes compañías tecnológicas, que hoy censuran a las personas que creyeron en MAGA.

Cabe preguntarse si el Gobierno pondrá trabas a las demandas que hoy lideran los estados en contra Google y Facebook. También hay que indagar si la demanda del Departamento de Justicia de los Estados Unidos prosperará en caso de que el nominado de Biden, Merrick Garland, queda nombrado como fiscal general. Y por último, hay que estar atentos a los lobistas americanos que seguramente tratarán de interferir en las acciones de los reguladores europeos para que sean más laxos con sus apreciadas tecnológicas.

Ante un entorno donde los legisladores republicanos permanecen vigilantes sobre las prácticas anticompetitivas de estas grandes compañías tecnológicas, y con una Unión Europea cada vez más insistente en regularlas, contar con un par de amigos en el Gobierno, Cámara y Senado demócrata nunca está demás.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

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