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Llámense Bidengate o Chinagate, los vínculos de la familia del presidente Biden con la estructura del Partido Comunista de China (PCCh) son conocidos y se ha cuestionado si en realidad el presidente tendrá una postura dura contra un régimen que ya le habla con autoridad y dominio. Pero además de los vínculos que la familia del demócrata posee con el régimen asiático, han salido a la luz una serie de vínculos directos de altos funcionarios del gobierno americano con el Ejército y la estructura de propaganda del PCCh.
Natalie Winters del National Pulse reportó que el Centro Belfer de la Universidad de Harvard, en cuyas filas participan asesores actuales y pasados de Joe Biden, ha organizado conferencias en varias ocasiones en alianza con el Partido Comunista chino, de las cuales han salido artículos que se adecúan a las narrativas del comunismo asiático.
El centro ha auspiciado grupos de trabajo de ciberseguridad junto con funcionarios militares y del gobierno del Partido Comunista de China. Eric Rosenbach, codirector del Centro Belfer afirmó que se deben «tener conversaciones francas y constructivas y comenzar a trabajar en intereses mutuos». En la nota donde se explica el evento, se revela la participación directa de funcionarios chinos:
«El grupo de trabajo en Cambridge reunió a 20 representantes, incluidos exfuncionarios del gobierno y militares, así como profesionales de la tecnología, los negocios y el mundo académico para discutir temas actuales en la relación cibernética bilateral».
Se lee en las líneas siguientes que ambas partes trabajaron —en lo que llaman— «escenarios cibernéticos ficticios» con el fin de discutir qué harían sus respectivos gobiernos y empresas frente a un ataque cibernético de «terceros» a la infraestructura crítica.
Informa además que «el grupo de trabajo también analizó la inteligencia artificial, el robo de IP, la seguridad de la cadena de suministro y Huawei, los marcos de control de armas y el control de la propagación del malware en la web oscura». De las cosas que más llama la atención es que todos los miembros del Instituto Chino para la Innovación con el cuál trabajó el Centro Belfer han trabajado en instituciones del régimen comunista de Xi Jinping o han trabajado en la estructura corporativa del régimen.
Los vínculos con Joe Biden
Jake Sullivan, actual asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden, ha sido Senior Fellow en el Belfer Center. Por su parte, la directora de Seguridad Nacional de Biden, Avril Haines, quien recientemente dudó en llamar a China un “competidor” y en su lugar optó por “competidor global”, ha participado en las actividades del Centro.
Ash Carter, un secretario de Defensa de la era de Obama, dirige el Centro Belfer, y Eric Rosenbach, exalumno de seguridad nacional de la administración Obama, dirige la iniciativa de China.
El exmiembro Paul Rosen, reporta el National Pulse, se desempeñó como asesor legal del entonces senador Biden, el exasociado Jon Wolfsthal se desempeñó como asesor especial del vicepresidente Biden para la seguridad nuclear y la no proliferación, y la actual investigadora principal Elizabeth D. Sherwood-Randall se desempeñó anteriormente como Asesora Jefe en Política Exterior y Defensa del entonces senador Biden.
En el contexto actual, tener un funcionario que posea un vínculo con el Partido Comunista de China es más que suficiente para alarmarse. Joe Biden ha tenido varios a lo largo de su carrera, hasta su actual presidencia.
Rafael Valera, Venezuelan, student of Political Science, political exile in São Paulo, Brazil since 2017 // Rafael Valera, venezolano, es estudiante de Ciencias Políticas y exiliado político en São Paulo, Brasil desde 2017