Read in English
Este marzo se cumple el 17º aniversario del estreno de la icónica película V de Vendetta. Es imposible no reflexionar sobre cómo los temas distópicos de la película siguen resonando en el clima político actual. Estrenada en 2006 y adaptada de la novela gráfica de Alan Moore, la película cuenta la historia de V, un justiciero anarquista que lucha contra un régimen totalitario en una Gran Bretaña futurista.
Esta película es una advertencia sobre los peligros del exceso de poder del gobierno y la erosión de las libertades individuales, que resulta escalofriante y premonitoria por el gran parecido que guardan algunos de sus eventos con los sucesos recientes.
V de Vendetta muestra una sociedad en la que el gobierno se ha convertido en una fuerza opresiva, explotando el miedo para justificar la vigilancia, la censura y la represión de la disidencia. Los inquietantes paralelismos de la película con los acontecimientos contemporáneos, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, son sorprendentes. Por ejemplo, podemos ver ecos de la película en la cultura de la cancelación, el bloqueo de cuentas en redes sociales y el papel de las grandes tecnológicas en la configuración del discurso público.
En el clima político cada vez más polarizado de hoy en día, es fundamental reconocer el valor de la disidencia y el libre intercambio de ideas, independientemente de si se está de acuerdo con ellas o no. La película sirve como un recordatorio sombrío de que cuando el gobierno o entidades poderosas pueden silenciar voces opuestas, el resultado es una sociedad que sofoca la creatividad, la innovación y el progreso.
V de Vendetta destaca la importancia de una prensa libre e independiente, así como las consecuencias de la manipulación mediática en la formación de la opinión pública. El gobierno en la película utiliza la propaganda para mantener el control, de manera similar a cómo algunos políticos e instituciones hoy buscan controlar la narrativa a través de la cobertura mediática sesgada y de los fact-checkers.
La película también enfatiza los peligros de cambiar la libertad por seguridad. El mundo de la película se convirtió definitivamente en distópico cuando, tras una pandemia secretamente provocada por el gobierno, la gente recurrió a unas autoridades fuertes y centralizadas para obtener protección. Sin embargo, V de Vendetta nos advierte contra este impulso, mostrando que sacrificar las libertades individuales en nombre de la seguridad lleva a una erosión insidiosa de la libertad personal y al surgimiento de la tiranía.
Tampoco pasa inadvertida la obsesión del gobierno en V de Vendetta con cuestiones de género y sexo. Aunque en la película se muestra en el sentido contrario al actual, lo cierto es que no difiere en demasía del hecho de que el gobierno mantenga presionada y dividida a la población tratando de imponer unas preferencias sexuales concretas, a modo de distracción y para tener a la gente entretenida en esas cosas y no en la falta de libertad.
Por último, uno de los aspectos más convincentes de V de Vendetta es el personaje de V, que sirve como símbolo de resistencia contra la tiranía. Aunque sus métodos son extremos y moralmente ambiguos —pretende entrar al Parlamento para volarlo por los aires, y no simplemente pasear por él—, obligan al espectador a cuestionar el papel de la acción individual frente a la opresión. El compromiso inquebrantable de V por desmantelar el régimen totalitario subraya la importancia de la responsabilidad personal en la preservación de la libertad y la sacralidad de los derechos individuales.
¡Más! La Idiotez de la Semana: wokeísmo en los Óscar
Sin embargo, nos da miedo publicar algo por lo que nos puedan bloquear la cuenta en redes sociales, nos metieron el miedo para cumplir medidas ridículas contra la pandemia, el temor a perder tu trabajo por un comentario desafortunado, a ser encarcelado por cuestiones políticas con condenas ejemplarizantes, etc.
Mientras que las élites políticas, en especial las de los partidos en el gobierno, parecen estar protagonizando en nuestras caras todo tipo de crímenes de corrupción, espionaje, traición, tráfico de drogas e incluso abuso de menores, pero se saben impunes, el pueblo se ve impotente.
Una de las frases más recordadas de V de Vendetta es la de que «el pueblo no debería temer a sus gobernantes, los gobernantes deberían temer al pueblo», pero tristemente hemos visto cómo menos de 20 años después, se ha normalizado el miedo al gobierno y a sus colaboradores en las Big Tech y medios de comunicación.
Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.
Social Networks: @ignaciomgm