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Colombia: 3 claves para entender la segunda vuelta presidencial

Colombia, El American

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Este 29 de mayo se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Colombia y el resultado dejó sorprendido a todo el país. Un hombre que hasta hace unas semanas era un desconocido para millones de colombianos, que nunca asistió a ningún debate y cuya campaña fuerte la hizo en TikTok, logró quedarse con el puesto del candidato apoyado por todos los partidos de la centro-derecha. Ahora la segunda vuelta presidencial será entre el socialista extremo Gustavo Petro y Rodolfo Hernández.

  1. Federico Gutierrez no logró emocionar

Federico Gutierrez estaba apoyado por todos los partidos que no eran de izquierda, incluyendo el Uribismo, que desde hace años es el encargado de poner presidente. En Colombia siempre ganaba “el que dijera Uribe”. Pero esta vez no ha sido así.

Toda la campaña de “Fico” –como se le conoce popularmente– giró en torno a unir a todos los sectores y dejar claro que se trataba del centro, pero su estrategia simplemente no logró emocionar. La política se trata de tomar partido y Fico se convirtió en todo y nada a la vez.

Hay quienes aseguran que el apoyo del Centro Democrático y del expresidente Uribe le hizo daño a Gutiérrez, no es cierto. El Centro Democrático aunque perdió votos en las elecciones legislativas, sigue siendo un partido con un gran caudal electoral, y la queja de los votantes del uribismo es fundamentalmente la falta de coraje que ha caracterizado a los candidatos presidenciales elegidos por la cúpula del partido.

Varios periodos presidenciales eligiendo candidatos que supuestamente representaban a la derecha, pero que en la práctica terminaron siendo tan dañinos como la izquierda –ese es el caso de Juan Manuel Santos–, y un reciente gobierno de Duque que se mostró temeroso de la izquierda, incapaz de conectar con la gente y de hacer cambios reales. Desilusionaron a un pueblo que esta vez decidió no irse por el tibio, sino por uno agresivo.

  1. El “ingeniero” Rodolfo Hernández

El caso de Rodolfo Hernández es un fenómeno político muy interesante, que no se explica solo por su actuación, sino en gran parte por el contexto que describimos anteriormente: un país cansado de la política tradicional y una derecha que se siente traicionada. Hernández hasta hace poco era un tipo desconocido para la mayoría de colombianos, pero a pocas semanas de las elecciones su candidatura tomó vuelo rápidamente y este 29 de mayo dejó sorprendidos a todos los colombianos cuando logró un puesto en la segunda vuelta presidencial, dejando por fuera a “Fico” Gutiérrez.

Hernández ha sido muy inteligente a la hora de construir la falsa imagen de un outsider alejado de la corrupción de los políticos tradicionales. De hecho, su nombre en Twitter es “Ingeniero Rodolfo Hernández”. Se presenta de esa manera y así lo llaman la mayoría de los periodistas, ese pequeño detalle tiene un efecto muy importante, porque lo sacan del grupo de políticos y lo presentan simplemente como un ingeniero, como si no tuviera nada que ver con política, contribuyendo así a su estrategia de imagen.

Hernández es un populista extremo. Hace promesas que cualquier persona sensata sabe que no cumplirá, pero a la gente le gusta que le mientan. En su campaña a la alcaldía de Bucaramanga, Hernández prometió que repartiría 20 mil lotes adecuados para construir viviendas, creó una página donde sus futuros votantes se podían inscribir para participar en el sorteo si él ganaba la alcaldía, pero aunque se quedó con el puesto ganando a último momento gracias a sus promesas, él mismo reconoce que no entregó ni un solo lote de los prometidos.

Su estrategia es hacer promesas muy llamativas, que causen tanta polémica que logren en solo semanas hacerlo conocido entre la población, fue lo que hizo en su candidatura a la alcaldía y es lo que hace ahora. Además, sus propuestas pueden emocionar tanto a izquierdistas como a gente en la derecha. Él no tiene una profundidad teórica que le haga definirse, ni quiere hacerlo.

Cuando dice cosas como que donará a los pobres su sueldo de presidente y que hay que cortar la mayoría de la burocracia del país, gente de la derecha aplaude. Cuando asegura que hay que frenar las importaciones y dar acceso a educación superior a todos los jóvenes, incluso eliminando exámenes de admisión, la izquierda aplaude.

Son propuestas llamativas, que suenan bien para gente que no va al fondo del asunto y que pueden emocionar a votantes de diferentes inclinaciones políticas, pero la verdad es que nada de eso va a arreglar el país. Con quitar los vehículos a los políticos no va a solucionar el déficit y la pobreza. Hernández no tiene ningún proyecto serio de país, no tiene ideas claras, no tiene un equipo de asesores capacitado y es de los políticos más impulsivos que pueda tener Colombia.

Dicho lo anterior, no me queda duda de que Gustavo Petro es mucho peor y que Colombia puede soportar un gobierno populista e incompetente, pero no puede sobrevivir a un socialista con anhelos de tirano.

  1. Gustavo Petro sí tiene posibilidades de llegar a la presidencia

Si se hacen los cálculos a la ligera, Hernández ya es presidente. Si se suma a sus votos los 5 millones de votos de Federico Gutiérrez, es imposible que Gustavo Petro, el exguerrillero de extrema izquierda, consiga ganar las elecciones. Sin embargo, hay varios asuntos a considerar.

Hernández recogió votos muy diversos que se sumaron tan solo unas semanas antes de las elecciones y que no tuvieron mucho tiempo para realizar un voto informado. Con los reflectores apuntándole al fenómeno del “ingeniero”, Hernández tendrá unas semanas en las que todas sus estupideces y errores estarán repartiéndose en medios y redes sociales.

Esas personas que votaron por él porque simplemente proponía renunciar a su sueldo y luchar contra la corrupción, pueden cambiar de voto cuando vean los vídeos de Hernandez pegándole a un concejal, diciendo que admira a Hitler o afirmando que la mujer no debe participar en política. Hay una posibilidad real de que parte de sus votantes conseguidos en primera vuelta se abstengan o se vayan con Petro.

De otro lado, si bien es cierto que el voto de Federico Gutiérrez es esencialmente anti Petro y es muy difícil que esos votos se muevan hacia el socialista, no es claro que todos los votos de “Fico” vayan a Hernández. La apatía y el fastidio podrían llegar a ser más fuertes que el miedo a Petro y muchos de esos votantes podrían simplemente abstenerse. De hecho, es probable que la campaña de Petro dedique estas semanas más que a intentar venderse a sí mismo, a desacreditar a Hernández para que sus votos en segunda vuelta no suban mucho.

También hay que agregar que las declaraciones estúpidas de Rodolfo, ante los ojos de muchos pueden hacer ver a Petro con un tipo moderado. No va a ser fácil lidiar con el “lapsus” -así lo explica él- de haber dicho que admira a Hitler. De modo que ese votante de “Fico” o de Fajardo ,que no es de derecha y que sentía desconfianza por Petro, al ver tales barbaridades de Rodolfo podría terminar dando su voto al socialista.

El panorama es complicado e incierto, es difícil votar por alguien con tantos errores y sin un plan claro de gobierno, pero sin ninguna duda puedo decir que Colombia quedaría destruída si Petro llega a la presidencia. Con Hernández los colombianos tienen al menos la certeza de que en cuatro años habrá elecciones y queda la esperanza de que en el camino se rodee de la gente correcta que le ayude a ejecutar un plan económico serio en vez de ideas llamativas pero sin ningún sustento en la realidad.

Vanessa Vallejo. Co-editor-in-chief of El American. Economist. Podcaster. Political and economic analysis of America. Colombian exile in the United States // Vanessa Vallejo. Co-editora en jefe de El American. Economista. Podcaster. Análisis político y económico de América. Colombiana exiliada en EE. UU.

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