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Los 3 retos de Biden con la Unión Europea

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Cuando Joe Biden asumió el poder el 20 de enero, muchos líderes europeos se sintieron aliviados. Su relación con Donald Trump era famosamente díscola y algunos pensaron que una administración demócrata revitalizaría la relación transatlántica, creando prioridades compartidas entre ambos socios. La realidad, sin embargo, podría echar por tierra esas esperanzas iniciales, ya que hay algunos problemas profundos a los que se enfrentará la relación entre Estados Unidos y la Unión Europea en el futuro próximo, independientemente de quién viva en la Casa Blanca.

Aunque Biden ha conseguido que haya algún tipo de espíritu de cooperación entre Washington D. C. y Bruselas en algunas cuestiones, como la sanción a los funcionarios rusos implicados en el envenenamiento de Alexei Navalny, esto no será suficiente para restablecer una alianza entre actores que tienen intereses diferentes (incluso contradictorios) en muchas cuestiones.

Para mantener una alianza viable, ambos socios tendrán que llegar a un acuerdo tácito sobre cómo lidiar con dos potencias regionales que pueden alterar el equilibrio de poder mundial (China y Rusia) y, al mismo tiempo, gestionar cuidadosamente la nueva relación económica y política entre Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido.

1) ¿Puede Biden contrarrestar la influencia china?

Un tema complejo en donde hay un creciente cisma entre Europa y USA es la actitud acogedora que Bruselas está desarrollando hacia China, una cuestión cada vez más importante cuando el mundo se prepara para una renovada competencia entre Pekín y Washington D. C. Mientras funcionarios americanos y chinos se enfrentan en Alaska durante la primera reunión de alto nivel entre ambos países bajo la administración Biden, los representantes europeos y chinos ya han publicado los principios clave de un nuevo acuerdo de inversión entre ambos bloques.

China es uno de los socios comerciales más importantes de Europa, al ser su primer importador y su segundo mercado de exportación, según datos de la Comisión Europea. Las negociaciones comerciales en curso entre la Unión Europea y Pekín no son más que otra confirmación de que el bloque busca mejorar sus lazos comerciales con China, una cuestión que seguramente aumentará las tensiones entre el continente y Estados Unidos, ya que este último trata de asegurar alianzas para hacer frente a la expansión china.

Sin embargo, lo más preocupante para Biden es el hecho de que la Unión Europea haya continuado sus negociaciones con China a pesar de los claros llamados de la administración Biden a no avanzar antes de tener algún tipo de enfoque común hacia China. Al actuar con «autonomía estratégica1K, Europa está enviando claras señales de que la construcción de un frente común contra las expansiones chinas no sería una tarea fácil para la Casa Blanca.

La desastrosa reunión de Alaska le ha demostrado a Biden que la desconfianza hacia China sigue siendo máxima, lo que garantiza años de competencia y tensiones entre las dos mayores economías del mundo. Si Estados Unidos quiere tener éxito a la hora de frenar la creciente influencia de Pekín, necesitará contar con socios fiables. Las últimas aperturas de Europa hacia China demuestran que será una tarea mucho más fácil de decir que de hacer.

Unión Europea - China - El American
Con la Unión Europea negociando un acuerdo de inversión con China, muchos se preguntan si Biden podrá crear un frente coordinado contra Pekín. (EFE)
2) Rusia sigue siendo un asunto delicado

Biden ha comenzado su presidencia con fuertes condenas hacia algunos de los peores actos de Putin. Lo sancionó por su trato a Navalny, lo cuestionó por la implicación de Rusia en los hackeos y las recompensas a soldados americanos, e incluso llamó asesino al presidente ruso en una entrevista, adelantando una dura postura de Estados Unidos hacia el Kremlin durante los próximos cuatro años.

Biden tiene razones políticas internas para adoptar esta estrategia contra Moscú, ya que casi la mitad de los demócratas consideran que Rusia es el mayor enemigo de Estados Unidos. Sin embargo, esta mano dura podría suponer un obstáculo en sus intentos de reforzar la relación transatlántica.

Mientras que algunos países europeos consideran que Rusia es una amenaza militar importante para su soberanía, especialmente después de la invasión de Crimea en 2014, algunos de los principales actores del continente mantienen una actitud más tibia hacia el Kremlin.

Alemania, que es por mucho el actor más importante del continente, lleva años trabajando en el desarrollo del gasoducto Nord Stream 2, que conectaría el gas ruso con los mercados europeos, mejorando su suministro. La canciller alemana, Angela Merkel, se ha convertido en una de las principales defensoras del proyecto energético y ha mantenido su firme apoyo, incluso después de haber sido presionada por muchos para que lo abandonara debido a las constantes violaciones de los derechos humanos por parte de Putin.

Los escépticos ven la medida como una estrategia rusa para aumentar su influencia en la Unión Europea, y Estados Unidos dice que representa un «mal negocio para Europa». América ha acompañado su dura retórica contra Putin con acciones de mano dura, con el secretario Blinken diciendo a las empresas que se retiren inmediatamente del proyecto o se enfrentarán a sanciones financieras por parte de Estados Unidos.

Este tire y afloje entre Biden y Putin sobre la cuestión del Nord Stream 2 seguramente hará tambalear la relación transatlántica, con Biden presionando para que se reafirme el dominio americano sobre la relación entre Rusia y Occidente y algunos europeos tratando de encontrar un enfoque más conciliador hacia el Kremlin.

Angela Merkel ha defendido el compromiso de su Gobierno y de la Unión Europea al gasoducto Nord Stream 2, a pesar de las críticas de USA. (EFE)
3) Gran Bretaña, el incómodo mal tercio de la Unión Europea

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Londres ha desempeñado habitualmente el papel de puente entre el continente y Estados Unidos, ya que su “relación especial” con USA y su presencia en la Comunidad Económica Europea le permitían tener un pie en cada lado del charco, transmitiendo las preocupaciones europeas a Washington y viceversa.

Sin embargo, el Brexit ha cambiado significativamente la naturaleza de la ecuación. Estados Unidos no solo no puede contar con Londres para ser su intermediario preferente con la Unión Europea, sino que tiene que ser muy cuidadoso para no dejar que las tensiones posdivorcio entre Londres y Bruselas afecten la imagen que Washington D. C. tiene a ambos lados del canal de la Mancha.

El Reino Unido y USA mantienen un enfoque similar de dureza hacia Rusia y China. El primero ha tomado importantes medidas contra la represión de Pekín en Hong Kong y también ha calificado a Rusia como la «amenaza más aguda para nuestra seguridad» en un informe gubernamental publicado este año. Mientras que en el pasado Estados Unidos podía contar con cierto grado de apoyo de Londres cuando hablaba con Bruselas; ya no es así, lo que podría dificultar su capacidad de actuación.

Biden también tendrá que tener cuidado con cualquier tipo de acuerdo comercial que ofrezca el Reino Unido, ya que lo más probable es que no sea visto con buenos ojos en Bruselas, debido a que demostraría que hay algunos beneficios significativos por abandonar el bloque económico. Esto abre la posibilidad de que USA se involucre en las desordenadas relaciones posbrexit entre el Reino Unido y la Unión Europea, dificultando los esfuerzos de Biden por restaurar la confianza europea en América.

Estados Unidos sabe que no puede hacer frente a los crecientes desafíos de esta década sin una red de alianzas fuerte y fiable, capaz de amplificar su poder militar y económico, y Europa es una parte fundamental de ese plan. Sin embargo, crear una relación transatlántica eficaz capaz de enfrentarse a China y Rusia resultaría una tarea hercúlea para Biden y el secretario Blinken.

Daniel is a Political Science and Economics student from the University of South Florida. He worked as a congressional intern to Rep. Gus Bilirakis (FL-12) from January to May 2020. He also is the head of international analysis at Politiks // Daniel es un estudiante de Cs Políticas y Economía en la Universidad del Sur de la Florida. Trabajo como pasante legislativo para el Representate Gus Bilirakis (FL-12) desde enero hasta mayo del 2020. Daniel también es el jefe de análisis internacional de Politiks.

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