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La renovación ideológica del PAN en México

México Zocalo

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El PAN se fundó en 1939 para luchar contra el autoritarismo socialista del entonces presidente Lázaro Cárdenas y, durante décadas, ese partido emprendió una lucha cívica e institucional en favor de los derechos humanos, la economía de mercado, la democracia, la familia y los emprendedores. Esto lo hizo teniendo como guía sus Principios de Doctrina, el más elemental de sus documentos que marcaba una agenda ideológica fundamentada en el humanismo cristiano.

Sin embargo, al alcanzar el poder comenzó el desgaste, se pecó de excesivo pragmatismo y se acercaron elementos oportunistas. Además, la falta de una mayoría en el Congreso impidió que el partido pudiera desplegar su ideario. En buena medida por ese motivo, el pueblo de México lo juzgó severamente y en 2012 perdió la presidencia y se fue al tercer puesto, iniciando un duro camino en el desierto que sirvió a muchos panistas para reflexionar sobre los errores que los llevaron a tan dura derrota y las ideas que debería abanderar el PAN de ahí en adelante.

Estas reflexiones finalmente fructificaron este año en la elaboración del Programa de Acción Política del PAN. El que escribe tuvo el privilegio de haber participado en la Comisión redactora y de manera particular en sus apartados económicos.

El contenido: los derechos humanos

El programa se nutrió de diversas tendencias ideológicas que, desde el centro a la derecha, integran el partido: los pensamientos humanista cristiano, liberal y conservador. El documento aborda numerosas cuestiones poniendo en el centro a la persona, sus derechos y libertades a lo largo de todo el programa.

El punto central del programa es la reivindicación del principal derecho: el derecho a la vida. Así, se señala lo siguiente:

“Estamos a favor de la defensa de la vida desde la concepción y hasta la muerte natural, por lo que rechazamos el aborto, la eutanasia, la pena de muerte y cualquier investigación científica que atente contra la vida humana, la cual debe ser protegida por el Estado.”

Esto hace al PAN el único partido de México que defiende este derecho de una manera completa y explícita. Algo de agradecer en un momento en el que la cultura de la muerte, aupada por la progresía, se encuentra al alza y en muchos casos sin contestación.

Por supuesto, no se queda ahí. En un país que este año tendrá un lamentable récord histórico de más de 40 mil mexicanos asesinados el derecho a la vida y a su integridad física es también un tema de estado de derecho, seguridad pública y paz: materias que el programa aborda en un capítulo completo.

Asimismo, también revindica otros derechos humanos y libertades bajo amenaza. De manera particular, hace énfasis en la libertad de expresión y religiosa en los siguientes términos:

“Acción Nacional se compromete con la plena defensa del derecho humano a la libertad religiosa y reconoce las ricas tradiciones religiosas del pueblo mexicano, las cuales forman parte indiscutible de nuestra historia y cultura. […] La objeción de conciencia por motivos éticos, morales o religiosos debe ser garantizada, respetando de manera conciliada los derechos de todas las personas.

La libertad de expresión debe ser total; sus únicos límites deben ser la salvaguarda de la vida privada, los derechos de terceros y el respeto al derecho de réplica. Es responsabilidad de todas las personas elevar el nivel del debate público. Rechazamos cualquier intento por censurar a los medios de comunicación. Nos solidarizamos con las familias de las y los comunicadores que han perdido la vida en el ejercicio de su profesión.”

Mención aparte merece la libertad educativa. Reconociendo el daño que el monopolio educativo del gobierno ha infringido, se defiende el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos e introduce elementos de competencia en la educación. Así se prevén, ya no solo en el programa sino en la plataforma electoral, políticas como la deducción al 100 % de las colegiaturas y el cheque escolar.

De nuevo conviene hacer una lectura directa al documento:

“Las madres y los padres de familia tienen el derecho preferencial para determinar el tipo de educación que deben recibir sus hijas e hijos. […]

Las escuelas particulares permiten ejercer el derecho de las madres y los padres de familia a elegir la educación de sus hijos y liberan al Estado de una onerosa carga, por lo que deben ser apoyadas. Las colegiaturas deben ser completamente deducibles de impuestos, a fin de lograr que las madres y los padres de familia tengan más opciones para elegir en libertad el tipo de educación que quieren para sus hijas e hijos. Debemos desarrollar mecanismos innovadores que favorezcan que los recursos públicos permitan a las madres y los padres reconocer y elegir la escuela que mejor calidad educativa ofrezca a sus hijos.”

Asimismo, en la plataforma electoral se desarrollan políticas específicas incluyendo un rechazo explícito al adoctrinamiento educativo en ideologías de género.

La sección económica: defensa del libre mercado

El apartado económico se mantiene en la misma línea que lo anterior, basando sus propuestas en los derechos del individuo. La libertad económica no es, al final del día, otra cosa que la consecuencia natural del reconocimiento de los derechos. Principalmente de la libertad individual y la propiedad privada. Por ello, se señala que:

“Propugnamos una economía libre donde se reconozcan los derechos a la propiedad privada de todas las personas, al emprendimiento, a la libre elección de ocupación, a la libre competencia, a la cooperación voluntaria y al libre intercambio de bienes y servicios. La acción del Estado debe complementar subsidiariamente las acciones de empresas, organizaciones civiles, familias y personas.”

Este motivo aunque fundamental, no es el único por el que se apuesta por la libertad de mercado sino por ser este el único camino para generar riqueza y abatir la pobreza. Por ello, la defensa del capitalismo no solo es por una cuestión de principios, también por consideraciones prácticas:

“En Acción Nacional asumimos el compromiso con una Economía Social de Mercado que coloque en el centro a la persona y a su eminente dignidad, en la que se apueste por la libertad de mercado para alcanzar la justicia social y el bien común, y genere un crecimiento inclusivo que erradique la pobreza y garantice igualdad de oportunidades.”

A lo largo del Programa, el partido va desdoblando estas ideas en cuestiones específicas. Primero, se entiende el Estado de Derecho como el respeto a los derechos individuales, la propiedad privada y los contratos:

“El respeto al Estado de Derecho es indispensable para el desarrollo económico y el crecimiento inclusivo en beneficio de toda la población. El respeto a los derechos de las personas, a la propiedad privada, a la ley y a los contratos es una condición necesaria para que México se convierta en un país competitivo con altas tasas de inversión y creación de empleos bien pagados.”

En segundo lugar, se hace una defensa de las pequeñas y medianas empresas. No desde un enfoque paternalista, sino entendiendo que lo mejor para ellas es un entorno donde el gobierno no se mete, desregula y establece impuestos bajos:

“Las micro, pequeñas y medianas empresas y las cooperativas son elementos esenciales de la economía nacional, ya que son las mayores creadoras de empleo […]. Para que puedan florecer, requieren de una economía libre, con pocas y sencillas regulaciones, impuestos competitivos y Estado de Derecho que les permita acceder a la formalidad y al crédito.”

Tercero, el Programa apuesta por la estabilidad económica entendida como la limitación de la deuda pública y una baja inflación. Garantizada esta última por un banco central autónomo con mandato único:

“La estabilidad económica es condición necesaria para alcanzar una economía sana y en crecimiento, que beneficie a todas las personas. Para alcanzar la estabilidad, el gobierno debe manejar responsablemente las finanzas públicas y la deuda pública. Acción Nacional se compromete a impulsar políticas que limiten la capacidad de endeudamiento en los tres órdenes de gobierno, así como la transparencia de las deudas.

 […]

Tener una moneda estable es una condición fundamental para el desarrollo económico. Los procesos inflacionarios erosionan los salarios reales, incrementan la pobreza, empeoran la distribución del ingreso, inhiben los mercados financieros y limitan el crecimiento. Por ello reiteramos la importancia de que el Banco de México sea una institución completamente autónoma, con el único mandato de mantener una inflación baja y estable.”

Por su parte, en materia fiscal propone impuestos sencillos, bajos y competitivos. Más aún, ya apunta a que el PAN encabezaría la oposición frente a cualquier intento de establecer impuestos al patrimonio o a las herencias:

“Los impuestos son las contribuciones que la ciudadanía hace a fin de que el gobierno pueda brindar los bienes públicos a los que está obligado. Han de ser justos, sencillos, competitivos, universales, y administrados con la máxima transparencia y honradez. Hoy México cuenta con un sistema fiscal complejo, ineficaz e injusto, que incentiva la informalidad al ser pocos contribuyentes quienes pagan muchos impuestos.

Proponemos la desregulación y simplificación administrativa del marco fiscal así como una política tributaria sencilla y eficiente para la recaudación, caracterizada por bases gravables más amplias y tasas más bajas para así estimular la inversión y la generación de empleos. Rechazamos los impuestos que castigan el ahorro, la construcción de un patrimonio y la herencia a las nuevas generaciones.”

En cuanto a la política de competencia, propone enfatizar su componente desregulatorio, en lugar de un activismo contra las empresas. Se trata, en pocas palabras, de prevenir que el gobierno, con sus trabas, impida la competencia y genere monopolios:

“Nos oponemos a los monopolios, sean públicos o privados. Se deben fortalecer las atribuciones de la Comisión Federal de Competencia Económica, particularmente las relacionadas con el combate a las barreras legales y regulatorias, para que las y los consumidores se vean beneficiados de la competencia y la libre concurrencia en los mercados.”

En este tenor, se hace especial énfasis en la innovación y en los nuevos modelos económicos:

“Se debe impulsar la economía digital mediante políticas de desregulación que permitan la operación de los modelos de negocios innovadores. Defendemos las nuevas plataformas digitales que ofrecen todo tipo de bienes y servicios, ya que empoderan a la ciudadanía y propician el desarrollo tecnológico. No es justo que a fin de proteger intereses económicos vinculados muchas veces con el poder político se impida la participación de personas emprendedoras en diversos sectores, particularmente en el de transporte, hospedaje y medios de comunicación.”

Por último, se entiende al libre comercio y a la inversión extranjera como oportunidades tanto para consumidores como para empresas, para poder ejercer sus derechos económicos:

“El libre comercio permite a las personas elegir entre una mayor cantidad de bienes y servicios a mejores precios. Debe verse como una oportunidad de desarrollo para los sectores productivos de México. Toda negociación en materia comercial debe enfatizar la defensa de un intercambio justo y leal.

[…]

La inversión privada, nacional o extranjera, es indispensable para crear más y mejores empleos y promueve el desarrollo tecnológico y la innovación. Debe ser alentada y estimulada.”

En definitiva, con este Programa el PAN se asume no solo como el único partido de México que apuesta por el capitalismo como sistema económico, sino que lo hace de forma contundente e inequívoca. Sienta así las bases para proponer y ejecutar políticas públicas congruentes con los derechos de las personas y promotoras del desarrollo.

Conclusión: ¿Qué sigue?

Todo el Programa de Acción Política, incluyendo el apartado económico, es un paso en la dirección correcta, pero no deja de ser un primer paso. Ahora el reto es asegurarse que estos principios estén interiorizados: que desde el alcalde panista del pueblo más pequeño hasta sus más influyentes gobernadores y senadores lleven a cabo estas ideas en sus acciones y políticas. Que las comuniquen de manera clara, abierta, efectiva con orgullo y sin complejos. Que haya congruencia entre las ideas, el discurso y las acciones.

A juicio del que escribe estas son las ideas que necesita y demanda el pueblo de México, ese pueblo que en el pasado dio triunfos al partido y que hoy se encuentra desencantado. Un pueblo que, en estos momentos más que nunca, quiere que se defiendan sus vidas, libertades, familias y propiedades.


Fernando Cota Acuña es consultor político y económico. Se desempeñó como Coordinador General de la Oficina Económica del GPPAN en el Senado de la República, Secretario Técnico de la Comisión de Desarrollo Urbano, en el staff del presidente de la Comisión Federal de Competencia Económica y en la Secretaría de Hacienda del Gobierno de México. Es economista (ITAM), MBA (IPADE) y Maestro en Competencia Económica y Regulación (Barcelona GSE).

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