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Maduro respira: Colombia restablece relaciones con Venezuela, levantando cerco a la dictadura

Venezuela y Colombia restablecieron relaciones este lunes 29 de agosto, luego de años de hostilidades entre los países vecinos. Con la llegada de los embajadores de Venezuela y Colombia a Bogotá y Caracas, respectivamente, Maduro respira tranquilo.

Por casi 4 años, el Gobierno del ahora expresidente Iván Duque se convirtió en el adversario más agresivo que tuvo que enfrentar el dictador venezolano Nicolás Maduro.

Duque lideró a la región con el propósito de imponerle un duro cerco diplomático y político a Venezuela. Bajo su liderazgo, Duque llevó a Nicolás Maduro a la Corte Penal Internacional y la mayoría de los países del continente impusieron sanciones contra la cúpula de Caracas.

El Gobierno de Iván Duque, que duró desde 2018 hasta agosto de este año, fue uno de los primeros en calificar al régimen venezolano de dictadura y le acusó de violar los derechos humanos. Por ello, Duque apoyó todas las iniciativas que buscaran presionar a Maduro para que abandonase el poder.

Con el triunfo del extremista de izquierda Gustavo Petro en las pasadas elecciones del 19 de junio, la política de Colombia hacia Venezuela dio un vuelco de 180 grados.

Este lunes el embajador designado por Gustavo Petro en Venezuela, Armando Benedetti, quien es uno de los grandes aliados del presidente colombiano, llegó a Caracas. Por su parte, su homólogo venezolano, el excanciller y exembajador de Venezuela ante China, Félix Plasencia, aterrizó en Bogotá.

“Como lo instruyó nuestro presidente Nicolás Maduro, llegamos a la República de Colombia, para presentar las cartas credenciales ante el Gobierno de esta nación. Traemos muchas ganas de avanzar en la diplomacia de la paz”, dijo Plasencia en su llegada a Bogotá.

 

El embajador de Petro, Armando Benedetti, dijo poco antes de viajar a Caracas: “Las relaciones con Venezuela nunca han debido romperse. Somos hermanos. Una línea imaginaria no nos puede separar. Vamos a restablecer las relaciones con Venezuela. Vamos a restablecer el comercio”.

Desde antes de ganar las elecciones, Gustavo Petro ha insistido en la necesidad de restablecer las relaciones con Venezuela, por las cercanías históricas, políticas y económicas entre ambos países. Sin embargo, la insistencia de Petro genera más preocupaciones que tranquilidad.

“El restablecimiento de relaciones es una pésima noticia para los demócratas, para los amantes de la libertad. Una pésima noticia”, insiste el reconocido académico colombiano de la Universidad EAFIT de Medellín, Luis Guillermo Vélez.

Para el académico Vélez, “Maduro sale beneficiado del restablecimiento”.

“Todo el aislamiento internacional que se había logrado con los esfuerzos diplomáticos de Duque se va viniendo al suelo. Tener a un aliado democrático en Colombia era fundamental para la oposición venezolana. Un aliado de Maduro en Bogotá debilita enormemente a la oposición venezolana. Esto fortalece muchísimo a Maduro”, dijo Luis Guillermo Vélez a El American.

En la noche de este 29 de agosto el dictador Nicolás Maduro recibió en el Palacio presidencial de Miraflores al embajador Armando Benedetti, quien entregó las credenciales para oficializar su cargo.

Con un fuerte abrazo y una sonrisa, Maduro concretó la ruptura de una doctrina que hasta el momento lo había logrado aislar de gran parte del hemisferio.

CARACAS (VENEZUELA), 29/08/2022.- Nicolás Maduro saluda hoy al nuevo embajador de Colombia en el país, Armando Benedetti (c), en el Palacio de Miraflores en Caracas (Venezuela). EFE/ Miguel Gutiérrez

El expresidente Iván Duque se había convertido en un dolor de cabeza para la cúpula socialista de Caracas. Al ganar Petro, varios líderes chavistas celebraron, en gran parte porque el triunfo del izquierdista representaba el fin de las políticas de Duque.

“Con la salida de Duque de la Presidencia de Colombia se va también la delincuencia organizada. Se va el narcotráfico, se va el paramilitarismo dirigido desde ahí”, dijo el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, acusado de narcotráfico por Estados Unidos.

“Se abre un nuevo espacio para los colombianos para conseguir la paz”, dijo Cabello a principios de agosto.

Iván Duque mantuvo una postura firme contra Maduro hasta el último día de su Gobierno. Poco antes de que Petro se juramentara, el entonces presidente Duque afirmó que Nicolás Maduro no asistiría a la toma de posesión.

“Mientras yo sea presidente de la república, Nicolás Maduro no entrará a territorio colombiano. Si el próximo presidente quiere tenerlo aquí en Colombia, podrá hacerlo una vez se haya juramentado como presidente”, dijo Duque en una entrevista con la revista SEMANA.

Desde principios de 2019 el Gobierno colombiano no reconocía a Maduro como jefe de Estado de Venezuela. En cambio, y luego de un esfuerzo de varias naciones lideradas por Estados Unidos, Colombia pasó a reconocer a Juan Guaidó como presidente. Sobra decir que el restablecimiento de relaciones entre Colombia y Venezuela también son pésimas noticias para Juan Guaidó, quien queda completamente marginado y pierde al que era un aliado clave.

Para Carlos Chacón, director del Instituto de Ciencias Políticas de Bogotá, el restablecimiento de relaciones deja más preguntas que certezas. Para él, uno de los grandes desafíos es en materia de seguridad.

“No hay que olvidar que desde la época de Chávez, Venezuela ha sido un santuario para los grupos criminales colombianos, como la guerrilla. Actualmente Venezuela es un teatro de operaciones criminales”, dijo Chacón a El American.

“Suena muy rimbombante hablar del restablecimiento de relaciones, pero hay una infraestructura mínima que se requiere”, dijo Chacón, haciendo referencia a la evidente desigualdad entre Colombia y Venezuela, no solo en el aspecto económico, sino democrático y social.

“No sabemos cómo se va a resolver el tema del narcotráfico que opera a ambos lados de la frontera. Las economías ilegales. ¿Qué va a pasar con nuestras fuerzas militares frente a las fuerzas militares de Venezuela, que están altamente criminalizadas?”, se pregunta Chacón.

El pasado 12 de agosto Colombia no estuvo en la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que se condenaron las violaciones de derechos humanos por parte de la dictadura nicaragüense de Daniel Ortega. Hace unos días varios medios informaron que el embajador colombiano no estuvo presente por orden del canciller designado por Petro, Álvaro Leyva. Este episodio ya asoma un cambio drástico de lo que ha sido la postura en política exterior de Colombia, por décadas.

Daniel Ortega es uno de los grandes aliados de Nicolás Maduro y la dictadura de Cuba. Recientemente ha sido acusado de violaciones de derechos humanos, por la persecución contra la disidencia y contra la Iglesia Católica. En este caso, Colombia, que casi siempre ha estado coordinado con Estados Unidos y los países adversarios del castrismo en la región, se puso del lado del dictador nicaragüense.

“Vimos lo que pasó con la participación de la delegación de Colombia ante la OEA la semana pasada”, dijo Chacón a El American, “esto deja muchas dudas”.

“¿Va Colombia a ser complaciente y permisivo con el régimen de Maduro y las violaciones de derechos humanos? ¿Va a haber simplemente un apaciguamiento? ¿Vamos a mirar hacia otro lado? ¿Nos vamos a alejar completamente del derecho internacional para volvernos cómplices silenciosos de regímenes autoritarios?”, son preguntas que se hace el director del Instituto de Ciencias Políticas de Bogotá.

Orlando Avendaño is the co-editor-in-chief of El American. He is a Venezuelan journalist and has studies in the History of Venezuela. He is the author of the book Days of submission // Orlando Avendaño es el co-editor en Jefe de El American. Es periodista venezolano y cuenta con estudios en Historia de Venezuela. Es autor del libro Días de sumisión.

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