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El acuerdo nuclear de Biden con Irán le daría a Putin $500 millones para su guerra en Ucrania

Irán Acuerdo Nuclear

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La prisa de la administración Biden por firmar un nuevo acuerdo nuclear con Irán –CJPO– está abriendo paso a algo mucho peor que el pésimo acuerdo que la administración Obama y sus aliados europeos firmaron con Teherán. Lo que pretende firmar rápidamente la administración Biden en Viena, además de fortalecer a Irán desestabilizando al Oriente Medio le garantizaría a Putin $500 millones adicionales para su guerra en Ucrania.

El año pasado, antes de la invasión de Ucrania, Moscú notificó a Washington su intención de continuar su venta de armas al régimen islámico y de completar la construcción en Irán de otra planta de energía nuclear. Ahora Moscú cobra deudas a Teherán, como la construcción de la planta nuclear de Bushehr, un pilar del programa nuclear iraní que no habría podido completarse en 2011 sin apoyo ruso.

A pesar del freno a las sanciones que implica la dependencia energética europea de Rusia, Moscú se toma en serio el riesgo de enfrentar sanciones económicas a largo plazo. Ya Europa occidental discute cómo poner fin a su dependencia del petróleo y el gas rusos. Moscú apoyó a Teherán, tanto para mantener vivo el programa nuclear como para obtener lo que desean los ayatolás del nuevo acuerdo nuclear. Cuando Irán quede libre de las sanciones, a cuyo levantamiento condicionó Teherán la firma del nuevo JCPOA, Moscú espera un quid pro quo Iraní.

Ya el canciller ruso, Sergey Lavrov, había revelado que Moscú tenía “garantías por escrito” de Washington “en el texto del propio acuerdo” próximo a firmarse, para continuar comerciando con Irán a pesar de las sanciones de Washington a Moscú por la invasión a Ucrania. Moscú lógicamente exige que un Teherán libre de sanciones le pague $500 millones por la planta nuclear de Bushehr y otras deudas. Lavrov recientemente declaró que ambos países están preparando nuevos acuerdos para alcanzar un nuevo nivel de cooperación y destacó que pese a “factores bien conocidos” para ejercer presión sobre ellos, el volumen de negocios entre Rusia e Irán creció cerca de 80 % en 2021 superando los $4 mil millones de dólares.

Con Coughlin, editor de Defensa y Asuntos Exteriores del Telegraph, ha seguido estrechamente la cooperación entre Teherán y Moscú para evadir sanciones y señaló en una columna el 15 de abril que un alto funcionario de seguridad occidental le reveló que Irán ya prometió a Rusia que pagará su deuda cuando sus fondos retenidos en Estados Unidos no estén sujetos a sanciones, y que la transferencia de pagos iniciales a Rusia para los nuevos acuerdos militares entre las partes está  condicionada al acuerdo en Viena cobre el nuevo JCPO. Bethan McKernan, en The Guardian, reveló que Teherán incluso habría donado a Moscú misiles iraníes Babar 373 que estarían siendo usados en la guerra de Ucrania.

Irán desarrolló un sistema bancario en la sombra y una amplia red de empresas ficticias y cuentas encubiertas en China, Turquía, Singapur y Hong Kong para evadir sanciones y mantener su comercio internacional.

El ministro de petróleo iraní, Javad Owji, afirmó en una reunión en Moscú a mediados de marzo con el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, que Rusia apoyó a Irán cuando se le impusieron sanciones, e Irán debe apoyar a Rusia ahora. Luego el canciller ruso Sergei Lavrov confirmó a finales de marzo a la agencia de noticias rusa RIA la cooperación entre Moscú y Teherán para eludir las sanciones occidentales.

La administración Biden se niega a renunciar a su fallida política energética “verde” que puso fin a la independencia energética americana y empeoró sus inflacionarias políticas monetaria, fiscal y regulatoria. Con una escalada de precios del combustible, ahora la Casa Blanca intentaría reintroducir el petróleo iraní al mercado antes de las elecciones de medio término mediante la firma de un nuevo JCPO, peor que el de Obama.

La administración también estaría aceptando que una vez firmado su JCPO, los acuerdos entre Moscú y Teherán le darían a Putin al menos $500 millones adicionales para su guerra en Ucrania.  

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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