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El avance de las potencias orientales en América Latina amenaza a Estados Unidos

El avance de las potencias orientales en América Latina amenaza a Estados Unidos

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Desde el fracaso de la Unión Soviética a finales del siglo pasado y con el principio del nuevo milenio, las fuerzas orientales (o, más específicamente, las antioccidentales) se han reorganizado para retomar espacios estratégicos.

Latinoamérica, un espacio crucial en el tablero geopolítico actual, ha dejado de tener a Estados Unidos como su principal socio comercial y ha cedido cada vez más espacios a China, Rusia e Irán, especialmente con el avance de proyectos comunistas antiamericanos como los de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia y, más recientemente, Perú.

El creciente vínculo de las potencias orientales con las naciones latinoamericanas se basa principalmente en el intercambio de bienes manufacturados (mayormente de origen chino), por materias primas como petróleo y minerales.

Así, la región es el epicentro de una silente pero agresiva guerra comercial que, lejos de beneficiar a los países latinoamericanos, los hunde cada vez más en la miseria y los hace dependientes del comercio conquistador de China y Rusia.

Además, la región es importante en la disputa política por Taiwán, en la que Occidente juega un rol fundamental en impedir el avance de China sobre la isla, y en la imposición del multilateralismo que se impulsa desde las filas del Partido Comunista chino.

Pero, por supuesto, esto no es solo una amenaza para las economías en desarrollo de América Latina, sino que afecta de manera directa a Estados Unidos, su seguridad interna y su relación con el cono sur del continente.

De la Guerra Fría hasta hoy: un cambio de rumbo

En conversación exclusiva con El American, el experto en seguridad global, especializado en amenazas trasnacionales en el hemisferio occidental, Joseph Humire, explicó que la alianza de las hoy llamadas potencias orientales, Rusia, China e Irán, si bien inició tras la caída del muro de Berlín en 1991, se intensificó a principios del nuevo milenio con la llegada de Hugo Chávez a Venezuela.

Humire recuerda que, cuando la Unión Soviética perdió la guerra y se disolvió, se vivió casi una década unipolar: al mando de una única potencia, que fue Estados Unidos. “Se creía que el futuro sería mucho más pacífico dado que Estados Unidos trataría de balancear los intereses de distintas partes del mundo”, señaló.

Como dijera en su momento el politólogo americano Francis Fukuyama: era el fin de la historia. Pero se equivocaba.

“Comenzaron a surgir otras potencias”, continuó Humire, en referencia a Rusia, China e Irán, que no eran tales a finales del SXX, ni tenían alianzas entre ellos. “Eran países distintos, que tenían algún tipo de relación a nivel transaccional, pero no tenían una cooperación estratégica mayor. Esto comienza a cambiar tras el ’91 pero de una forma mayor después de 2001”, dijo el experto.

Tras la llegada del nuevo milenio y durante los primeros años, Estados Unidos estaba sumergido en una guerra que recién iniciaba en Afganistán y se preparaba para un conflicto armado en Irak. Entonces, Rusia, China e Irán comenzaron a establecer relaciones de cooperación pero, esta vez, a nivel global y pusieron su mira en América.

En el año 2005, cuando Venezuela ya había avanzado en un drástico giro hacia la izquierda en su escenario político, Chávez y Fidel Castro ya habían creado la “Alianza Bolivariana de los Pueblos de América” (ALBA), como una iniciativa comercial cuyo principal objetivo era darle la batalla a Estados Unidos.

Con la creación del ALBA, al que se adhirieron Bolivia, Nicaragua, Honduras, Ecuador y otros países del Caribe, las crecientes potencias orientales comenzaron a notar la intención de estos países de alejarse de Estados Unidos, y lo vieron como una oportunidad para avanzar en la región.

“China, Rusia e Irán, que ya comienzan a cooperar a nivel estratégico y no únicamente operacional, notan en América Latina una región fértil, para incrementar sus capacidades conjuntas y poder presionar todavía más a Estados Unidos en su propio vecindario”, explicó Humire.

Desde entonces, Estados Unidos perdió buena parte de su dominio comercial sobre la región.

Potencias orientales, El American
Retrato de los mandatarios de Rusia y China durante la cumbre del G20 en 2013 (Flickr)

Aislando a Estados Unidos: el avance de las potencias orientales

En Latinoamérica coexisten 20 países soberanos, de los cuales 12 se encuentran al sur del continente americano. También es ese lugar donde se ubican 7 de las 10 ciudades más pobladas de la región.

En una reciente rueda de prensa sobre el estado de las relaciones exteriores de Perú, Humire explicó que, para el año 1999, Estados Unidos era el principal socio comercial de los 12 países de Sudamérica, pero eso ha ido cambiando desde que China se dispuso a utilizar los beneficios institucionales y financieros de la actual forma de capitalismo global para impulsar su ascenso económico, y con ello llevar adelante una agenda antiamericana e introducir sus ideas comunistas en la región.

Esto le dio las herramientas para conseguir sus intereses geopolíticos y avanzar en la competencia entre las grandes potencias comerciales.

Para el año 2009, el avance de China ya era notable, pues ya había relevado a Estados Unidos en cinco de esos países, y en los siguientes diez años avanzó en cuatro más. Hoy en día, China es el principal socio comercial de casi todos los países sudamericanos, y Estados Unidos mantiene sus lazos intactos con apenas tres de ellos.

Humire explica que, en 2021, las nuevas potencias orientales son muy cercanas. En su cooperación estratégica han construido capacidades conjuntas tanto en el ámbito político como en los ámbitos económico, diplomático y militar.

China, Rusia e Irán han tenido dos ejercicios conjuntos entre sus armadas en el mar de India, en el golfo de Omán: una en diciembre de 2018 y otra en febrero del año en curso. El tercer ejercicio naval multinacional está propuesto para finales de 2021, pero esta vez buscan incluir a sus ejércitos.

“Por eso se observa que estos países participan en los Army Games de Rusia cada año, donde también actúa Venezuela desde el gobierno de Chávez”, apuntó Humire.

Se extiende la amenaza: peligro inminente en Estados Unidos

Según explicó Humire, esa capacidad de cooperación conjunta que ya tienen las potencias orientales en los niveles político y de inteligencia, la están construyendo a nivel militar y la quieren llevar a América Latina donde hoy ya tienen una relación más cercana con Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba.

Ahí donde estén, las potencias orientales intentarán ampliar sus habilidades en el hemisferio Occidental. Con Argentina en esa dirección, El Salvador, México y ahora también Perú, la amenaza se hace más grande.

“En términos muy prácticos, pese a que ninguno de estos países tiene un sistema democrático representativo como las democracias liberales de Occidente, ellos quieren traer un sistema mucho más autoritario a Latinoamérica (y lo están haciendo)”, apuntó Humire. “Como resultado, se ve que las instituciones y los Gobiernos son más corruptos, menos transparentes y menos conscientes de los Derechos Humanos de los individuos en sus países”.

Las consecuencias de estas alianzas, según Humire, no solo amenazan a Estados Unidos como principal aliado de América Latina, sino que se volverán contra sus ciudadanos. El experto señaló que los autoritarismos latinoamericanos buscarán establecer una réplica de lo que han hecho estas potencias antioccidentales con sus países: oprimir a sus pueblos.

Tomás Lugo, journalist and writer. Born in Venezuela and graduated in Social Communication. Has written for international media outlets. Currently living in Colombia // Tomás Lugo, periodista y articulista. Nacido en Venezuela y graduado en Comunicación Social. Ha escrito para medios internacionales. Actualmente reside en Colombia.

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