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No esperar nunca un homenaje en la prensa es uno de los muchos rasgos adorables de un buen perro de compañía. Por un trabajo bien hecho, él (o ella, ya que afortunadamente sólo hay dos géneros caninos) es perfectamente feliz con nada más que una galleta, una palmadita en la cabeza, un paseo por el bosque o una rascadita detrás de la oreja. Pero un buen perro se merece mucho más.
En el día de Acción de Gracias, me encuentro de nuevo agradecido por las cosas tradicionales por las que damos las gracias en esta fecha: libertad, cosechas abundantes, familia, buena salud y mucho más. El perro ocupa un lugar destacado en mi lista, y me refiero a los perros en general, al rat terrier de 15 años que tengo actualmente y a todos los demás amigos caninos que he conocido o poseído desde mi infancia.
No sé de dónde viene mi amor por los perros, pero ha sido un poderoso impulso desde que tengo uso de razón. Cada vez que veo a alguien paseando a uno, mis ojos se dirigen directamente al canino después de no más que una mirada momentánea al dueño. Siento una conexión inmediata con el perro.
Mi amigo peludo Clarkson es un adulto mayor. Salvo por la pérdida de visión y audición, todavía goza de una salud razonablemente buena. Pero temo el día en que no esté para saludarme cuando llegue a casa o para asegurarse de que doy mis paseos diarios. Sé que nunca lo olvidaré, ni a él ni a todos los demás perros que he tenido antes que él, ni sus lealtades, ni sus peculiaridades, ni siquiera sus enfados ocasionales, que a menudo han sido por mi propio bien.
Todo dueño de perro decente sabe que su perro es especial, y en eso, todo dueño de perro tiene toda la razón. Cuanto más amas a un perro, más te lo devuelve en formas que nadie más ve o conoce. Lo sientes en el fondo, y creo que él también. Se les llama “el mejor amigo del hombre” por una buena razón. No dudo ni un minuto de que soy mejor persona gracias a lo que mis perros han hecho por mí.
Naturalmente, echamos de menos a nuestros amigos caninos cuando se van, pero abundan las historias de perros que también echan de menos a los humanos que aman.
En Cádiz, España, hay una calle que lleva el nombre de un perro llamado Canelo que iba regularmente al hospital local con su amo, que recibía allí tratamientos de diálisis tres veces por semana. Cuando el dueño murió, Canelo fue cuidado por los residentes locales, que lo vieron caminar hasta ese mismo hospital y esperar afuera cada semana durante los siguientes 12 años.
Una estatua en Tokio rinde homenaje a un akita llamado Hachiko. Tras el fallecimiento de su amo, Hachiko regresó todos los días durante los nueve años siguientes, a la misma hora, a la misma estación de tren donde siempre se reunía con su dueño al volver del trabajo. Incluso se puede ver una película de 2009 basada en él, llamada Hachi: A Dog’s Tale.
En mi última visita a Escocia, hace unos años, me propuse hacer un pequeño desvío mientras caminaba por la Milla Real hacia el Castillo de Edimburgo. Quería ver el monumento a “Greyfriars Bobby,” un pequeño skye terrier que vivió de 1855 a 1872. Aunque hay cierta controversia sobre ciertos detalles de la historia, parece que cuidó y durmió sobre la tumba de su amo durante 14 años tras la prematura muerte de éste.
¿Quién puede olvidar la imagen del perro perdiguero llamado Hawkeye, que permaneció durante horas junto al ataúd de su dueño, un Navy Seal que murió en Afganistán en 2011 cuando el helicóptero en el que viajaba fue derribado? Véalo aquí:
Y no olvide la indispensable labor que realizan los caninos como perros de servicio, perros guía, perros de rescate, perros policía y perros de guerra, todo con el fin de ayudar a sus amigos humanos. Tal vez piense que sólo son “animales tontos” que no saben más que lo que el instinto y el adiestramiento humano les dicen que hagan. No puedo demostrarlo, pero siempre he pensado que el vínculo que he tenido con mis perros era más profundo que eso.
Hace siglo y medio, un joven abogado y más tarde senador de Estados Unidos, llamado George Graham Vest, pronunció el mejor discurso sobre perros de todos los tiempos. Dijo: “El único amigo absolutamente desinteresado que el hombre puede tener en este mundo egoísta, el que nunca le abandona, el que nunca se muestra ingrato o traicionero es su perro”.
O si prefiere, puede ver a Ronald Reagan pronunciándolo en un viejo episodio de Death Valley Days, aquí:
Una vez en el Tonight Show, el actor Jimmy Stewart hizo llorar al público con este emotivo homenaje a uno de sus propios perros:
El pasado mes de junio perdí a mi terrier mayor, Wilber, que falleció con casi 17 años. Saber que mi Clarkson no estará conmigo mucho más tiempo me ha llevado a pensar en el efecto que él, Wilber y todos mis perros anteriores han tenido en mí.
Gracias a estas adorables y leales criaturas, creo que soy una persona más disciplinada. Como un reloj, me avisan cuando necesitan salir a la calle, dar un paseo o ser alimentados. Me han hecho apreciar más el amor incondicional, el compromiso y la vida misma. Tengo muchas más razones para sonreír y sentirme bien, incluso inspirado, cuando estoy cerca de ellos. Cuando los llevo de excursión por el bosque o el barrio, su entusiasmo y su energía ilimitada me recuerdan lo importante que es la libertad, incluso para nuestros inteligentes amigos de cuatro patas.
Podría seguir y seguir, pero si usted es dueño de un perro desde hace mucho tiempo, sabe de lo que estoy hablando. Espero que se esfuerce, como yo pienso hacer hoy, en hacerle saber a su(s) perro(s) lo mucho que los aprecia.
Como humanos, somos inteligentes, pero no tanto como para no aprender un par de cosas de estas criaturas. Tal vez los perros sean la forma que tiene Dios de decirle a la humanidad: “Puedes hacerlo mejor”. Añada esto a la larga lista de razones por las que deberíamos estar agradecidos por nuestros fieles y peludos amigos.
En su propio idioma, los perros nos hablan. Sé que el mío lo hace. Para beneficio del lector, concluyo con esta selección de citas de Clarkson, traducidas al inglés desde el dialecto canino que pronuncia con tanta elocuencia:
“No importa lo que digan, eres la persona más especial del mundo”.
“Te quiero pase lo que pase”.
“Me rescataste cuando lo necesitaba. Cada día del resto de mi corta vida, te devolveré el favor”.
“Sentarme en tu regazo me hace sentir como si estuviera en la cima del mundo”.
“Estar a tu lado significa para mí más de lo que nunca sabrás“.
“Para mí, Acción de Gracias es cada día que estoy contigo. Gracias por todo. Y me refiero a todo!“.
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Lawrence writes a weekly op-ed for El American. He is President Emeritus of the Foundation for Economic Education (FEE) in Atlanta, Georgia; and is the author of “Real heroes: inspiring true stories of courage, character, and conviction“ and the best-seller “Was Jesus a Socialist?“ //
Lawrence escribe un artículo de opinión semanal para El American. Es presidente emérito de la Foundation for Economic Education (FEE) en Atlanta, Georgia; y es el autor de “Héroes reales: inspirando historias reales de coraje, carácter y convicción” y el best-seller “¿Fue Jesús un socialista?”