fbpx
Saltar al contenido

¿Cuál será el alcance económico y político del verdadero Green New Deal de Biden?

Read in English

“Quiero cambiar el paradigma. Quiero cambiar el paradigma. Recompensar el trabajo y no solo la riqueza. Quiero cambiar el paradigma”, afirmaba recurrentemente el presidente Biden durante un asombroso teatro de propagandistas que pasó por primera “conferencia de prensa”.

El hecho del cuasi-soviético teatro escenificado al detalle sin preguntas periodísticas reales era más revelador que casi cualquier cosa que se dijera aquel día en la Casa Blanca. Aunque la frase recurrente si revelaba la intención de cambiar radicalmente toda la institucionalidad americana. Y los primeros 100 días de Biden quedaron marcados por sus declaraciones sobre el juicio de Derek Chauvin, cuando el jurado todavía no se pronunciaba sobre los cargos de asesinato de George Floyd, Biden exigió una condena a Chauvin. Pese a que el jurado —sometido a intensas presiones públicas de la prensa, los movimientos “Antifa” y “BLM” y la propia Casa Blanca— encontó culpable al exoficial de policía, Biden no dejó de señalar en la condena un supuesto “racismo sistémico” en los dogmáticos términos de la teoría crítica de la raza.

El presidente Trump afirmaba en la campaña que el supuesto centrismo moderado del Biden candidato era la cortina de humo de una agenda izquierdista de transformación política, económica y cultural tan profunda y radical, como no se había visto en los Estados Unidos desde el New Deal. Yo mismo califique al Biden candidato de mascarón de proa y al recién juramentado presidente Biden de “títere” de los intereses de más de una agenda radical extrema.

Pero el grueso de la prensa y el liderazgo demócrata —apoyadas por la escalada de censura y desinformación woke de las grandes tecnológicas— negaban que su candidato haría lo que hoy le aplauden como presidente.

Green New Deal, El American
Donald Trump había advertido sobre el Green New Deal de Biden (Flickr)

El presidente Clinton calificó al desempeño inicial del presidente Biden de casi perfecto en dichos y hechos. Y anunció que esperaba de la administración Biden-Harris transformaciones “que atraviesen barreras elevando a todos, dándoles una oportunidad a todos”, además de “la oportunidad de cambiar psicológicamente”. Y Biden demostró en sus primeros 100 días que Trump acertaba en que lo que se ocultaba tras el “moderado” Biden era otro New Deal. Pero políticos, intelectuales y periodistas demócratas complacidos hoy en comparar la administración Biden-Harris con la de Franklin D. Roosevelt, tildaban de “fake news” esas mismas comparaciones durante la campaña electoral.

El alcance del económico del verdadero Green New Deal

En algún punto, entre los abiertamente socialistas proyectos de la ultraizquierda radical del nuevo partido demócrata, la factura —en captura de rentas— de esos grandes intereses corporativos comprometidos en la conspiración político-mediático-tecnológica contra Trump, orgullosamente revelada —con obvios vacíos sobre inconfesadas actividades de dudosa legalidad, sin las que lo revelado no habría obtenido el éxito que obtuvo— por la revista Time y el NYT; y la aspiración de todo —o casi todo— el liderazgo demócrata actual a un profundo giro hacia el intervencionismo económico y el autoritarismo político-cultural woke, emergerá el verdadero Green New Deal como un proyecto político, económico y cultural de radical transformación institucional de mayor alcance que el propio New Deal de Roosevelt.

El proyecto de ley de ayuda para la pandemia, de casi 2 mil millones de dólares ya superaría al New Deal de Roosevelt en costo para el contribuyente. Y fue aprobado por una exigua mayoría demócrata sin siquiera un par de RINO´s de apoyo republicano, con el feroz partidismo que denunció Trump que escondía Biden tras la máscara de falsa moderación.

El gasto con propósitos ideológicos —y para captura de rentas— rotulado como “infraestructura” sumado al Plan de Familias Americanas y el Plan de Empleo Americano sumaría 5.4 mil millones de dólares. Es más que la suma de toda la riqueza combinada de todos los multimillonarios de los Estados Unidos. Y con cargo —directo e indirecto— a los bolsillos de los contribuyentes, se pagará menos por alzas de impuestos —cuyo objetivo real es poner fin a la exitosa recuperación de inversiones y empleos industriales lograda por la administración Trump, retomando la deslocalización industrial y economía de servicios, mientras la gran burbuja verde se infla donde el gobierno señale— que con inflación y deuda a mediano y largo plazo.

El alcance político del verdadero Green New Deal

Green New Deal, El American
“Aplauden quienes negaban que eso y no otra cosa buscaría activamente una administración Biden-Harris”. (EFE)

La administración Biden-Harris apuesta por forzar en todo el gobierno federal la Teoría Crítica de la Raza y el Género —un marxismo radical y dogmático— para luego forzarlas en todo el sistema educativo mediante la influencia del gasto y regulaciones de Washington.

Biden personalmente se comprometió con la apuesta arriesgada por la estadidad de D.C. que garantizaría a los demócratas dos escaños en el Senado, apoyó debilitar o incluso proscribir el obstruccionismo legislativo, comisionó estudios de reformas a la Corte Suprema para señalar el apoyo de la Casa Blanca a los proyectos de legislación para ampliar el número de jueces del Tribunal Supremo —a fin de imponer una mayoría demócrata en el máximo tribunal— y mostró su apoyo al amplio proyecto de reforma electoral que haría que al voto por correo universal a perpetuidad, centralizaría el sistema electoral debilitando el papel de los estados, y neutralizaría el grueso de los actuales esfuerzos republicanos por la transparencia, control ciudadano e integridad real del proceso electoral.

Jenny Beth Martin, coordinadora nacional de Tea Party Patriots escribía recientemente que “Biden sabe que su agenda es tan radical y extrema, que no puede aprobarla intacta sin primero cambiar profundamente las reglas del juego político americano” así que “se está moviendo en todos los frentes para hacer exactamente eso”.

Aplauden quienes negaban que eso y no otra cosa buscaría activamente una administración Biden-Harris. Ya ni el senador Mitt Romney cree en el consenso bipartidista para el que apostó por la derrota de Trump. El Media Research Center reveló que la cobertura de noticieros nocturnos sobre Biden fue 59 % positiva durante sus primeros tres meses en la Casa Blanca, contra una cobertura positiva de apenas 11 % durante el mismo período para Trump.  

Guillermo Rodríguez González

Deja una respuesta

Total
0
Share