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#DefundNPR: los americanos no deberían pagar por un medio sesgado

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La National Public Radio (NPR) es un medio de comunicación que, principalmente, presta el servicio de radiodifusión dentro de los Estados Unidos. La diferencia de la NPR con Politico, CNN, Fox News o cualquier otra empresa de comunicaciones perteneciente a la mainstream media es que esta organización es pública y se mantiene con el dinero de todos los contribuyentes.

Fundada en 1970, a través de una ley promulgada por el expresidente Lyndon Johnson, los americanos mantienen a la NPR porque esta, a priori, es una empresa periodística sin fines de lucro, independiente y que está enfocada trabajar por el bien común.

En el 2012 la NPR presentó su nuevo código de ética. En su web, el medio publicó un resumen de lo que dice el documento y también establece que la misión de la organización «es crear un público más informado, desafiado y vigorizado por una comprensión y apreciación más profundas de los eventos, ideas y cultura dentro de los Estados Unidos y en todo el mundo».

En cuanto a su código, hay una serie de principios que deberían ser inexpugnables como, por ejemplo: la exactitud, equidad, integridad, honestidad, independencia, respeto, imparcialidad, entre otros.

Según la propia NPR, todos sus periodistas «deben leer y seguir las orientaciones de este manual», incluyendo sus escritores invitados.

«Los principios se aplican al material que llega a NPR a través de productores independientes, periodistas de estaciones miembros, escritores externos, comentaristas y periodistas visuales. Por último, los productores de programas independientes adquiridos por NPR y el personal de esos programas también deben estudiar y aplicar los principios éticos y las orientaciones de este manual».

Se lee en la web de NPR.

Sin embargo, desde hace varios años los conservadores no están felices con el trabajo de la NPR. De acuerdo con un estudio del Pew Research Center, el índice de confianza de la National Public Radio entre votantes republicanos es bajísimo. Solo un 12 % la considera como su principal fuente de noticias. En cambio, un 87 % de los demócratas dice que la NPR es su principal fuente de información. La brecha es gigante y hay una explicación al respecto: el contenido parcializado.

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Captura pantalla del estudio.

El contenido parcializado de la NPR

La National Public Radio publica contenido basado en tendencias ideológicas progresistas que poco tienen que ver con la finalidad de la NPR.

El 13 de junio pasado, Eric Deggans, periodista de la NPR desde 2013 y reconocido por «su cobertura de temas relacionados con la raza», escribió una columna sobre Tom Hanks donde básicamente le pide al actor que sea un activista antirracista.

Deggans arguye que Hanks, pese a no ser racista y tener ciertas opiniones liberales-progresistas que le gustan, debe ir a tope con la causa antirracista porque él también se ha beneficiado a lo largo de su carrera de papeles donde se destaca el patriotismo y se enaltece el “excepcionalismo” del hombre blanco americano.

Ese no es el tipo de contenido precisamente imparcial que debería tener la NPR, más allá de estar en la sección de opinión, el código de ética es bastante claro: los periodistas de la National Public Radio deben ser imparciales, excepcionales y buscar las dos caras de la moneda en prácticamente todo momento.

Con el expresidente Donald Trump la NPR también expuso su lado más partidista. En un programa radial la pregunta para los oyentes fue: ¿es Trump realmente racista?

En el programa no se respondió directamente si Trump es racista o no, pero sí dijeron que impulsó políticas que “marginaron a las personas de color” y que hubo presidentes iguales o más racistas que el propio Trump ya que Estados Unidos «es un país construido sobre el genocidio de los nativos americanos y la esclavitud». De esta forma, la emisión se convirtió en un programa entero en el cual ni siquiera hubo un contrapunto conservador y mucho menos un espacio para quien pensara diferente.

En el caso de la supuesta represión en Lafayette Park, muchos medios progresistas dijeron que Trump había ordenado la “represión” contra “manifestantes pacíficos” para que el expresidente pudiera sacarse una foto cerca de una iglesia en las proximidades de la Casa Blanca.

Sin embargo, la noticia resultó ser falsa e inexacta. Según un informe del inspector general del Departamento del Interior dejó claro que Trump no ordenó el uso de la fuerza contra manifestantes. Sin embargo, la NPR utilizó la noticia (falsa) durante todo un mes para sacar artículos contra el expresidente.

La National Public Radio también tiene bien posicionada en su página web una guía para usar pronombres inclusivos destinados a personas que “no se identifican” como mujer u hombre. Solo los demócratas y liberales en general suelen darle validez a esta suerte de terminología.

Y no solo artículos que pueden interpretarse como anti conservadores, la NPR ahora también publica tweets burlándose del capitalismo como si fuera una página de memes anticapitalista.

Defund NPR

El problema de NPR es que por sus características y reglas internas es un medio que debería estar limitado a presentar información, hechos concretos o investigaciones, pero los periodistas de la National Public Radio analizan y opinan con sesgo ideológico. Por ejemplo, la columna anteriormente citada de Deggans no difiere en absoluto de una columna del New York Times o una cobertura de CNN. Y eso se convierte en un problema cuando se trata de un medio público financiado por todos los americanos.

Por esta razón, existe un pedido de desfinanciamiento para la NPR por parte de organizaciones conservadoras.

En marzo de 2011 la Heritage Foundation publicó un artículo titulado «Defunding NPR», allí explican brevemente que «El periodista James O’Keefe captó a un funcionario de la NPR llamando al Tea Party “gente racista, racista”» y que ello fue la confirmación de «que en NPR existe una cultura de odio hacia los conservadores, pero los miembros del movimiento del Tea Party se ven obligados a contribuir con el dinero de los impuestos a una organización que los demoniza». 

En otro artículo mucho más reciente (del 2017), la propia Heritage publicó otra reseña donde se explica por qué se debe dejar de obligar a los contribuyentes a financiar la radiodifusión pública.

«NPR y PBS insisten en que se limitan a informar las noticias sin prejuicios. Y es cierto que la NPR, la PBS y otras emisoras no emiten propaganda gubernamental. (Si lo hicieran, no serían tan duros con la administración Trump)», se lee en la columna de Mike González. «Lo que sí representan son los puntos de vista de un grupo particular —los de la élite de la izquierda políticamente correcta— cuyos supuestos enmarcan la programación de asuntos públicos en la radiodifusión pública».

La Knight Foundation de igual manera publicó un amplio reportaje sobre por qué se debe dejar de financiar la radiodifusión pública. Uno de los argumentos citados en el artículo es que el Gobierno no debería tener un papel dentro de la financiación de medios de comunicación públicos.

Los argumentos tanto de la Knight Foundation como de la Heritage Foundation o, incluso, de cualquier elector conservador que no esté contento con la NPR, no difieren de la opinión del mismísimo Thomas Jefferson quien dijo hace mucho tiempo que «obligar a un hombre a proporcionar contribuciones de dinero para la propagación de opiniones que descree y aborrece, es pecaminoso y tiránico».

La máxima de Jefferson es una de las premisas utilizadas para impulsar el movimiento #DefundNPR, una campaña que expresa algo clarísimo e inobjetable: los americanos no deberían financiar con su bolsillo ningún tipo de propaganda partidista. Es momento de exigir el desfinanciamiento de la National Public Radio.

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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