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Además del empeoramiento de la delincuencia y la inflación, las cifras fronterizas recientemente publicadas muestran que más de 2 millones de inmigrantes indocumentados han sido atrapados cruzando nuestra frontera durante el último año. Esa cifra es histórica. Y es solo una fracción de los más de 4,4 millones que han sido detenidos desde que Biden asumió el cargo, incluidos más de 850,000 “fugitivos” que escaparon sin ser detectados dentro de nuestro país. Solo eso debería sellar el destino de los demócratas en noviembre.
A principios de este mes, Kamala Harris dijo que la frontera era “segura”, lo que confirmó que la administración Biden le está mintiendo al pueblo estadounidense. Al mismo tiempo, la hipocresía de los demócratas y los medios liberales está a la vista de los votantes. Apenas la semana pasada, cuando 50 inmigrantes ilegales pusieron un pie en Martha’s Vineyard, a los liberales ricos no les gustó que las políticas de frontera abierta de Biden llegaran a su puerta. De repente el problema se convirtió en una crisis “humanitaria”.
Pero ¿qué pasa con los 53 inmigrantes que murieron después de ser introducidos de contrabando en la parte trasera de un tráiler hace unos meses? En ese entonces, los medios trataron de pasar la página muy rápidamente, de la misma manera que la administración Biden y los demócratas están tratando de minimizar su crisis fronteriza ahora, antes de las elecciones de medio término. Temen lo que los estadounidenses saben: nuestro país merece algo mejor.
Algo tiene que cambiar. Se han encontrado tres veces más sospechosos de terrorismo en la frontera que en los 5 años anteriores combinados. El mes pasado, se incautaron más de 2,200 libras de fentanilo mortal, el equivalente a más de 500 millones de dosis letales. Como madre, a mí eso me resulta inaceptable. Las sobredosis de drogas ya son la principal causa de muerte en los jóvenes estadounidenses de 18 a 45 años, y a eso se suma ahora un aumento en las píldoras de fentanilo “arcoíris” “dulce” que la Agencia de Control de Drogas (DEA) afirma que son parte de un “esfuerzo deliberado de traficantes de drogas para impulsar la adicción entre niños y adultos jóvenes”. A medida que las drogas llegan a las escuelas de todo el país, estas “pastillas de caramelo” se han encontrado en al menos 18 estados. En Texas, donde la compuerta está abierta, una madre con seis hijos dijo que ve a inmigrantes ilegales trayendo “drogas” a su comunidad “diariamente.”
Todos los estados son ahora estados fronterizos. En medio de una ola de delincuencia provocada por las políticas débiles de los demócratas, las fronteras abiertas de Biden están “alimentando” la ola de criminalidad. Un estudio de la DEA encontró “tendencias alarmantes” entre las drogas y el crimen que son parte de un problema mayor de anarquía que Biden y los demócratas quieren ignorar. En abril, un ranchero de Texas dijo que tuvo que reparar 172 agujeros hechos en su cerca por inmigrantes indocumentados desde que Biden asumió el cargo. “Ven a echar un vistazo”, dijo. Biden nunca ha estado en la frontera. Y en Eagle Pass, Texas, los residentes ya no se sienten seguros. “Solíamos cerrar nuestro negocio a las 9, ahora lo cerramos a las 7”, dijo una mujer. ¿Suena familiar? Nadie se siente más seguro en los Estados Unidos de Biden, y la vida ciertamente no es mejor que hace dos años.
Claramente, los demócratas le están fallando al pueblo estadounidense. Son dueños de esta crisis fronteriza por completo: controlan la Cámara, el Senado y la Casa Blanca. Y han perdido totalmente el sentido en sus prioridades. En lugar de contratar a 18,000 agentes más de la patrulla fronteriza, para proteger nuestra frontera, los demócratas aprobaron la contratación de 87,000 agentes más del IRS, para hostigar a los contribuyentes de clase media. Cuando se trata de gastos, en lugar de siquiera acercarse a los $4 billones que el presidente Trump asignó para el muro fronterizo han gastado $20.4 billones del dinero de los contribuyentes en “beneficios y servicios” para los inmigrantes indocumentados que están llegando a los Estados Unidos.
A medida que se deteriora la situación en la frontera, los estadounidenses observan de cerca, porque ya sea en un estado fronterizo, o en el Medio Oeste de donde yo vengo, todos se ven afectados. Todos estamos listos para el cambio. Y los estadounidenses saben que los republicanos cumplirán. Una encuesta reciente de NBC concluyó que en la economía, el crimen y la inmigración, los republicanos vienen teniendo la mayor ventaja sobre los demócratas, a lo largo de la historia de la encuesta. Eso se debe a que la última vez que los republicanos estuvieron a cargo, nuestra frontera estaba segura, nuestra Patrulla Fronteriza era respetada y México estaba enviando sus propias tropas a la frontera con los Estados Unidos para mantenerlas cosas bajo control. Las detenciones cayeron, el número de sospechosos de terrorismo encontrados fue menor y, en pocas palabras, el presidente se ocupó del asunto.
Al igual que Trump consiguió que México pagara por una parte del muro fronterizo y llenó los vacíos legales en materia de asilo, los líderes republicanos, como Kevin McCarthy, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, están listos y preparados para unir a los republicanos en torno de políticas efectivas que restablezcan la seguridad y protejan nuestras fronteras. Expone esas políticas en su “Plan de Compromiso con los Estados Unidos de América”, que incluye poner fin a los vacíos legales que permiten atrapar y liberar, exigir prueba de estatus legal para conseguir un trabajo, eliminar los incentivos de asistencia social y financiar la vigilancia fronteriza efectiva. Los republicanos están listos para hacerse cargo, porque los demócratas no lo harán.
Pero primero, en menos de 46 días los votantes llamarán a rendir cuentas a los Demócratas. Votemos todos por los republicanos.
Ronna McDaniel is a politician and political strategist serving as chair of the Republican National Committee (RNC) since 2017. She was chair of the Michigan Republican Party from 2015 to 2017 // Ronna McDaniel es política y estratega política, se desempeña como presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC) desde 2017. Fue presidenta del Partido Republicano de Michigan de 2015 a 2017.