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Andor: no debería gustar, pero gusta

andor diego luna star wars

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A falta de dos capítulos para el final de la primera temporada de Andor, la nueva serie de Star Wars en Disney+ está ganándose gradualmente al público, después de haber tenido una buena recepción entre la crítica.

Si bien esta serie no cuenta con unos números de audiencia tan buenos como The Mandalorian —al día de hoy cada capítulo estrenado de Andor es visto por el mismo número de personas que vuelven a ver los de The Mandalorian estrenados hace dos años—, la serie sobre los primeros pasos de la Alianza Rebelde está gustando a críticos y fans de la saga Star Wars por igual, contra todo pronóstico.

Esta unanimidad de crítica profesional y fandom es sorprendente por varios motivos. En primer lugar, porque últimamente el mundo de la cultura popular atraviesa una evidente disparidad entre lo que la crítica especializada dicta que ha de gustar y lo que el fandom realmente valora.

Si nos atenemos a la valoración de la crítica especializada, nos encontramos con que series como Ms. Marvel, She-Hulk u Obi-Wan Kenobi, que son paupérrimos productos hechos por y para wokes, tienen mejores puntuaciones, de lejos, que grandes obras como American Psycho, Fight Club o Joker, que se han convertido en películas de culto para los llamados incels.

Parece evidente que para la crítica especializada, la politización de los productos de entretenimiento es un factor determinante a la hora de otorgar sus puntuaciones, tanto las altas como las bajas. Lo mismo, pero en sentido contrario, pasa entre los fans: cuando la serie o película se preocupa más de la política a su alrededor que de la calidad de su contenido, el público las castiga con puntuaciones bajas.

Sin embargo, Andor presenta puntuaciones alrededor del 90 % tanto para crítica como para público. Esto podría deberse a que a pesar del alto contenido político de la serie, esta no se muestra partidista ni trata de ser un comentario aleccionador sobre la baja política actual, sino que habla sobre la alta política, la de la lucha de los gobernados contra el gobierno, tenga este la etiqueta que tenga.

andor rotten tomatoes
Captura de pantalla de la puntuación de Andor en Rotten Tomatoes.

A pesar de algún guiño woke, como la insinuada relación lésbica entre dos de las guerrilleras rebeldes, Andor se centra en mostrar las consecuencias de un gobierno despótico que ha convertido a la galaxia en un estado policial, y lo hace de una forma mucho más madura y menos maniquea de lo que Star Wars nos tiene acostumbrados. 

Andor se preocupa por reflejar que ni los buenos son siempre tan buenos, ni los malos son malos por el mero hecho de serlo. En este punto, precisamente, radica el segundo motivo de asombro entre los fans que están disfrutando de la serie.

No se parece en casi nada a Star Wars, y eso ha espantado a muchos de los potenciales espectadores más casuales, pero su original enfoque también es lo que está reteniendo a los fans acérrimos y cautivando a nuevos espectadores, fascinados por el tono más sombrío y maduro de la serie.

En Andor no encontramos una space opera de disparos de bláster y duelos con espadas láser entre viejos linajes de Sith y Jedis, sino más bien un thriller de intrigas palaciegas, espionaje, contraespionaje y discusiones políticas sobre cómo evadir impuestos para financiar y organizar una rebelión contra un gobierno tiránico.

La falta de acción y épica hacen que esta serie no sea un producto de Star Wars para toda la familia, de esos que puedes ver varias veces, pero sus imbricadas intrigas y suspense consiguen que muchos de los fans estén disfrutando de conocer cómo las políticas imperiales afectan a la vida cotidiana de los habitantes de la galaxia muy lejana, y cómo muchos de ellos, como el propio Cassian Andor, son prácticamente empujados por las circunstancias hacia una rebelión heroica y casi suicida contra un imperio que gobierna con puño de hierro.

Las referencias al universo de Star Wars son sutiles y elegantes, no como el fan service descarado y a veces irritante del que pecan otros productos de la franquicia. Podría decirse que Andor es lo suficientemente independiente de Star Wars como para que cualquier espectador la entienda y disfrute, y a la vez aporta detalles que satisfacen la curiosidad de hasta los fans con el conocimiento más enciclopédico sobre la saga.

Andor es una serie simplemente aceptable, pero eso hoy en día ya es suficiente

En último lugar, existe una tercera explicación mucho más sencilla para explicar por qué Andor está gustando a pesar de no ser una obra maestra que vaya a dejar una huella indeleble en la cultura popular o ni siquiera en el propio universo de Star Wars.

Simplemente Disney ha bajado tanto el listón de la saga y ha decepcionado tanto a los seguidores del universo creado por George Lucas con bodrios infumables y humillantes para su legado como la trilogía secuela o la serie de Obi-Wan Kenobi, que Andor está siendo sobrevalorada por ser un producto mínimamente aceptable.

Disney debería tomar nota de que los fans realmente desean que les vuelva a enamorar Star Wars. Disney bien podría cejar en su empeño de deconstruir la saga con tal de usarla para cimentar su nueva ideología woke, y volver a los principios fundamentales que hicieron grande a Star Wars.

Andor es el ejemplo perfecto de que se puede innovar, dar un enfoque diferente e incluso subvertir las expectativas de Star Wars, pero sin incurrir en una demolición de sus valores y arquetipos originarios.

Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.

Social Networks: @ignaciomgm

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