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Se avecina una crisis inminente en los mercados de crédito

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Después de siete meses de la administración Biden-Harris, el impacto del control del Partido Demócrata en la Casa Blanca y en el Congreso ha sido muy visible.

La incompetencia de los burócratas y políticos izquierdistas le ha dejado al país una serie de crisis de graves consecuencias: la retirada de Afganistán, inseguridad en la frontera con México, decisiones sobre el COVID-19 sin base científica, políticas energéticas que paralizaron la producción doméstica, y la inflación, por nombrar sólo algunas.

Los mencionados son los temas más importantes que se ventilan en los medios de comunicación; sin embargo, hay otra crisis de la que no se habla aún, que pronto será inducida por el gobierno federal: el ataque a los mercados de crédito. Los mismos burócratas y políticos que arruinaron la seguridad nacional y nuestra posición en el mundo, planean destruir el sueño americano a través de cheques de desempleo para la gente que no quiere trabajar, y de las restricciones a los préstamos para la gente que sí trabaja y quiere usar los mercados de crédito para mejorar sus vidas.

Para los que no están al tanto, la agenda progresista de los demócratas ha dado su primer golpe contra los mercados de crédito. El presidente Biden firmó recientemente la ley S.J.Res. 15, que elimina una regulación federal del Departamento de Tesorería. Esa regulación permitió a los bancos asociarse con empresas de tecnología financiera para aumentar la competencia en el mercado de créditos y ampliar las oportunidades de crédito. 

Al eliminarla, el gobierno de Biden estaría forzando a las personas que necesitan un préstamo a arriesgarse al rebote de cheques, a cargos por pagos atrasados, o al peligro de obtener préstamos poniendo en riesgo sus coches y sus casas.

Cómo el Congreso puede crear una crisis en los mercados de crédito

El Congreso tampoco ha cedido en sus esfuerzos por atacar el mercado de créditos. Recientemente, el senador Jack Reed (D-RI) presentó una propuesta legislativa llamada Veterans and Consumers Fair Credit Act of 2021, S. 2508. Esta legislación impone un límite de 36 por ciento de interés en préstamos personales. El pretexto de Reed es ayudar a los veteranos de las Fuerzas Armadas, pero en realidad contempla las mismas restricciones para recibir préstamos que prevalecían cuando estos se encontraban prestando el servicio militar.

Extender estas restricciones a los préstamos personales, más allá de los miembros de las Fuerzas Armadas, es una imprudencia, sobre todo considerando el debate en una reciente audiencia en el Senado de Estados Unidos, en la que se expusieron estudios que muestran que dicha ley está perjudicando las situación financiera de muchas familias. 

Para empezar, no es función propia del Gobierno Federal imponer topes arbitrarios a las tasas de interés que restrinjan los préstamos a los consumidores. El epicentro de la crisis en contra de los mercados de crédito se encuentra en el estado de Illinois, donde, durante una sesión legislativa secreta, a medianoche, dirigida por un presidente de la Cámara corrupto, Illinois promulgó un ataque único al mercado de crédito deshaciendo lo logrado en años de política bien diseñada, desarrollada por administraciones tanto demócratas como republicanas.

Esta crisis que se avecina se verá exacerbada por los políticos hambrientos de poder en Washington, que tratan de imponer políticas de criterio único para toda la nación.

Los progresistas dicen estar a favor de la clase trabajadora; sin embargo, sus acciones dicen lo contrario. Los estudios demuestran que los trabajadores americanos no confían en los bancos y que si cuentan con puntuaciones de crédito que no son óptimas, tienen cinco veces más probabilidades de que los bancos les rechacen un préstamo. 

Para los americanos con ahorros limitados, pagar los gastos inesperados no está siendo más fácil en la América de Joe Biden, donde la inflación está castigando el presupuesto mensual de millones de familias. Muchas de ellas son familias negras e hispanas, un grupo que los demócratas han echado de menos durante décadas. La Reserva Federal ha indicado que el número de hogares negros e hispanos que viven de mes en mes es aproximadamente un 50 por ciento más alto que los hogares de gente blanca.

Las calificaciones crediticias no preferentes son también una carga para muchas familias que viven de mes en mes. Los hogares negros e hispanos tienen una puntuación FICO media inferior a 700, lo que limita su capacidad para acceder a los mercados de crédito más tradicionales. 

Un punto positivo que una investigación muestra es que los consumidores negros tienen casi un 50% más de probabilidades que los blancos de aumentar su puntuación de crédito, después de un año de contar con un préstamo personal a través de una empresa de tecnología financiera. Por ello, la innovación en el mercado de créditos es imprescindible para acabar con la desigualdad en el acceso al crédito.

Se puede evitar una crisis en los mercados de crédito si los demócratas trabajan para encontrar soluciones que ayuden a las familias estadounidenses a conservar más el dinero ganado con esfuerzo. Los topes a los tipos de interés impuestos por el gobierno acaban perjudicando a los consumidores, porque los obligan a tomar decisiones que pueden provocar el riesgo de perder su cuenta corriente o, lo que es peor, sus autos o sus casas.

La administración Biden-Harris no ha resuelto ninguna crisis: las ha producido. Están a punto de crear una crisis en los mercados de crédito que destruiría la innovación y estaría en contra de una relación libre de restricciones entre consumidores y prestamistas. 


César Ybarra es Director de Asuntos Legislativos en FreedomWorks

César Ybarra

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