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Mientras Bad Bunny critica el turismo y la inversión en Puerto Rico, las islas más exitosas del Caribe lo potencian

Bad Bunny, Turismo, El American

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El exitoso artista urbano puertorriqueño, Bad Bunny, dedicó el video de su tema El Apagón a criticar el turismo y la migración de ciudadanos americanos pudientes a la isla porque –según el argumento del minidocumental– la venta de terrenos y propiedades afecta a las comunidades más pobres. Lo que el reggaetonero no parece tomar en cuenta es que es precisamente el turismo lo que ha enriquecido a las islas más prósperas del Caribe.

El video de El Apagón está basado en un par de líneas de la canción: “Yo no me quiero ir de aquí, no me quiero ir de aquí. Que se vayan ellos, que se vayan ellos”. La periodista puertorriqueña Bianca Graulau elaboró sobre esa base lírica un cortometraje titulado “Aquí vive gente”, en el que denuncia los efectos que la migración y el turismo tienen sobre los habitantes de la isla.

Si bien el corto hace algunas denuncias válidas sobre el desplazamiento de los arrendatarios locales, la corrupción que mancha la concesión de algunos contratos o las consecuencias que las comunidades pobres viven como resultado del aumento en la demanda turística, su principal motivación es abogar por el fin de la inversión extranjera, satanizar el turismo y demonizar el capitalismo.

Sin embargo, si el problema para Bad Bunny y Graulau fuera precisamente la pobreza de las comunidades afectadas, el enfoque no sería contra el turismo, el eslogan no sería “que se vayan ellos”—Sería todo lo contrario.

Lo que Bad Bunny no ve respecto al turismo

El producto interno bruto (PIB) no sólo es una forma de medir la cantidad de dinero que un país es capaz de producir según sus propios esfuerzos. También sirve como un indicador del estándar de vida y un reflejo de la riqueza promedio de sus habitantes. No por nada es el método preferido para comparar los medios de producción de riqueza en países ricos y pobres.

Las islas del Caribe son una muestra clara de cómo el turismo, siempre que esté bien administrado, es una fuente casi inagotable de riquezas. Varias de ellas se encuentran entre los países más ricos del mundo en términos de su PIB per cápita, y la inversión extranjera ha sido clave en sacar de la pobreza a sus habitantes.

Bermudas, un territorio británico de ultramar en el océano Atlántico Norte, ha gozado por más de un siglo de uno de los PIB per cápita más altos del planeta. ¿Cuáles son sus principales fuentes de ingreso? Servicios offshore y turismo. Inversión extranjera en pleno para una población de unos 61,000 habitantes.

Con su economía sin impuestos corporativos y sus paradisíacas playas, Bermudas atrae cerca de 500,000 visitantes al año, mayoritariamente de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, lo que la ha convertido en la isla más rica del Caribe y uno de los territorios británicos más prósperos.

Algo similar ocurre con las Islas Caimán, otro territorio británico de ultramar compuesto por tres islas en el Caribe occidental, cuyo PIB per cápita es el segundo más alto del Caribe –después de Bermudas– y el 9no más alto del mundo, incluso superando a Catar, Singapur, o a los propios Estados Unidos. Aunque su población es de unos 64,000 habitantes, el territorio ha sabido aprovechar las riquezas naturales de sus tres islas (las playas, la pesca y la fauna silvestre) como principales atractivos turísticos y es uno de los principales centros offshore del mundo.

Las principales industrias que sostienen la economía de las Islas Caimán son, precisamente, los servicios financieros, el turismo y la venta y desarrollo de bienes raíces. Todo lo que Bad Bunny y Bianca Graulau critican en El Apagón, que, agregando la ausencia de impuestos sobre la renta ni corporativos, hacen de las islas uno de los mayores paraísos fiscales de Occidente.

El efecto del turismo en estas islas no es casual. Lo mismo ocurre en las Islas Vírgenes (tanto las americanas como las británicas), en las Bahamas (que es uno de los países más ricos del continente), en Anguila, en las islas Turcas y Caicos, en Barbados, por sólo nombrar algunas.

Aunque es loable que Bad Bunny haga uso de su gigantesca plataforma para denunciar los problemas de su tierra, su crítica al turismo y la inversión extranjera (que parece inspirado por las políticas socialistas que dominan la región latinoamericana) no le hace ningún servicio a los habitantes pobres de la isla. Por el contrario, sin notarlo, el conejo malo aboga por la perpetuación de la pobreza.

Tomás Lugo, journalist and writer. Born in Venezuela and graduated in Social Communication. Has written for international media outlets. Currently living in Colombia // Tomás Lugo, periodista y articulista. Nacido en Venezuela y graduado en Comunicación Social. Ha escrito para medios internacionales. Actualmente reside en Colombia.

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