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Beijing comienza a posicionarse estratégicamente en las islas más pobres del Pacífico

El reciente acuerdo de seguridad entre las Islas Salomón y China, negociado y firmado en un marco de secretismo  y hostigamiento a la prensa, sorprendió y preocupó a Washington y Camberra. Extraña sorpresa, porque hay un patrón previo de “sorpresas” de Beijing en Vanuatu, Tulagi en las propias Islas Salomón y Kiribati. Como la geografía “habla”, Beijing no puede evitar “telegrafiar” su objetivo geoestratégico de crear su propio arco de proyección económica y militar china entre las fronteras marinas de Australia, el territorio francés de Nueva Caledonia y Hawái.

Beijing ya había logrado acuerdos de cooperación militar con Papúa Nueva Guinea, Fiyi y Tonga, pero completar el arco sur ante Australia, Nueva Zelanda y la Nueva Caledonia francesa, requería de Vanuatu y las Islas Salomón. Proyectar ese arco frente a Samoa hacia Hawái, requería de las propias Islas Salomón, Tuvalu y Kiribati. Con influencia económica y acuerdos iniciales de seguridad la diplomacia china está logrando posicionarse las naciones que requeriría para completar el dispositivo. Todavía estamos lejos de un despliegue de bases chinas militares entre Australia y Hawái, pero el nuevo acuerdo con las Islas Salomón ya permite el despliegue de policías y militares armados chinos para hacer frente a los disturbios internos y comenzaría a unificar el apoyo policial chino a Vanuatu y Salomón.

Hablamos de naciones pobres, inestables y muy corruptas. En noviembre de 2021 violentas protestas en la capital de las Islas Salomón, Honiara, incluyeron saqueos, al menos 4 asesinatos, incendios de propiedades y cuarteles policiales y la destrucción de un gran número de pequeños negocios de propietarios chinos. Una misión militar y policial de Australia y Nueva Zelanda fue requerida por el gobierno de las Salomón para detener los disturbios.

PROPERTY RIGHTS.pngLa Heritage Fundation, en su índice de libertad económica 2022, señala que las Islas Salomón están bajo la media global y regional en libertad económica, derechos de propiedad, libertad de invertir, confiabilidad del gobierno y del sistema de justicia.

Beijing

Con impuestos relativamente altos y un entorno de inestabilidad económica y política hablamos de uno de los países más pobres de Asia y, como en otras economías muy pobres, la ayuda al desarrollo únicamente ha perpetuado y empeorado la pobreza fortaleciendo la captura de rentas por élites políticas corruptas.

La principal preocupación de Washington y Camberra es que los acuerdos de seguridad conduzcan a la eventual instalación de una base militar china en las Islas Salomón. El primer ministro Sogavare ha declarado y repetido que eso no estaría contemplado en los acuerdos, pero es obvio que son pasos de Beijing hacia su objetivo de captar económicamente satélites para proyectar poder militar chino al Pacifico. Para llegar a colocar bases militares en un arco que pase por las Islas Salomón mañana, Beijing trabajará hoy para posicionarse económica y diplomáticamente ahí. El proyecto imperial africano de Beijing prefigura, mutatis mutandis, el futuro de varias estratégicas naciones isleñas del pacífico si Washington y Camberra no logran evitarlo.    

Recordemos que los saqueadores de noviembre de 2021 atacaron principalmente negocios de pequeños propietarios chinos por una explosiva combinación de resentimiento socioeconómico y xenofobia racista en un país muy pobre. Aunque los políticos opositores de las Salomón tendrían buenas razones para preocuparse por la influencia de Beijing, en la mayoría de los casos se limitan a manipular a mayorías que odian a los chinos que tienen más cerca por ser de otro color y menos pobres que los isleños.

Pero Beijing incrementó su influencia en el mundo islámico sin detener su genocidio de musulmanes uigures y habría comprado a buena parte de las elites de los propios Estados Unidos, así que para modificar o neutralizar la opinión anti-china en países como las Islas Salomón será cuestión de dinero y tiempo, porque ven en la corrupción de las élites locales y la frágil institucionalidad oportunidades en lugar de problemas. Buscarán comprar a las élites y posicionarse mediante inversiones y créditos de alto riesgo “vendiendo” estabilidad y crecimiento económico por medios autoritarios que ya comenzaron a facilitar. Las bases vendrían cuando el tablero este copado, porque no es ajedrez, es Go.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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