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Beijing incrementa rápidamente su influencia en el mundo musulmán

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Beijing se esfuerza por proyectar su poderío económico y militar a escala global mediante la iniciativa del cinturón y la ruta de la seda (BRI), que proyecta una red económica y de infraestructura mediante tres ramales. Uno que dividiría a Asia Central en dos, por Rusia hacia Europa Oriental y por Asia Central y el sur de Rusia al Mar Negro y el Mediterráneo; el otro ramal sería el marítimo, que a través de África y el Medio Oriente se extienda hacia Europa y proyecte al Atlántico. Para garantizar esa ruta marítima Beijing adelanta su proyecto imperial africano y persigue una hegemonía militar sobre el Sudeste de Asía que se proyecte hacia todo el Indo-Pacífico.

Para asegurar Asía Central, China cuenta con Moscú, pero para asegurar su posición en el Medio Oriente necesita una política de largo plazo hacia el mundo musulmán. Beijing está logrando que cada vez más políticos musulmanes miren a otro lado ante el genocidio Uigur y estrechen lazos con China. La rápida alianza de Beijing con el régimen talibán en Afganistán, tras el desastre que ocasionó la apresurada retirada de las fuerzas americanas, fue una muestra de la eficiencia de la realpolitik china en el mundo musulmán.

Mientras China avanza, Biden desperdicia los logros de la administración Trump en el Medio Oriente y retoma la fallida política de Obama apuntando a negociar un acuerdo nuclear renovado con Irán respaldado por Moscú.

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Una señal de lo que está logrando Beijing es que el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), invitase recientemente al Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi a su reunión del 22 y 23 de marzo de éste año. La OCI está integrada por 57 estados miembros, lo que la hace en la segunda mayor organización multinacional del planeta. En su discurso ante la OCI Wang afirmó que:

“China seguirá manteniéndose firme del lado del pueblo palestino y apoyará la pronta convocatoria de una conferencia de paz internacional más autorizada y representativa sobre la base de la solución de dos Estados para promover una solución integral y justa del problema palestino” (…) “China está lista para trabajar con los países islámicos para promover un mundo multipolar, la democracia en las relaciones internacionales y la diversidad de civilizaciones humanas, y hacer esfuerzos incansables para construir una comunidad de destino para la humanidad”.

MENRI TV destaca que en la OIC los chinos sostuvieron conversaciones sobre la desdolarización del comercio internacional, entre ellas conversaciones con Arabia Saudita sobre el uso del Yuan en el intercambio comercial sino-saudí.

“En un artículo, el presidente del tanque de pensamiento Jinnah Rafi Foundation, con sede en Lahore, y el destacado escritor paquistaní Imtiaz Rafi Butt analizaron las implicaciones de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la OCI, y destacaron cómo el papel de Pakistán se ha vuelto fundamental para acercar al mundo islámico y China. El artículo de Imtiaz Rafi Butt destaca por su silencio total sobre la persecución de los musulmanes uigures en la provincia de Xinjiang por parte de China.”

Beijing está incrementando su influencia y mejorando su imagen en el mundo musulmán. Que Pakistán sea ya casi un satélite chino ha resultado una de sus mejores herramientas para lograrlo. Pero lo que más importa, es que como reportó el diario pakistaní The Express Tribune Beijing ya está invirtiendo más de $400 mil millones en cerca de 600 proyectos en el mundo musulmán con el BRI. Así logró Beijing que en la OCI nadie señalase a Wang el genocidio chino de musulmanes uigures.

Las inversiones del BRI en el mundo musulmán son una parte clave del esfuerzo estratégico de largo plazo para mejorar la posición de Beijing. Es dentro de ese marco estratégico estable a largo plazo que la intensa actividad diplomática de China en el Medio Oriente busca capitalizar a corto plazo el creciente descontento árabe con la errada política de la administración Biden.

Guillermo Rodríguez is a professor of Political Economy in the extension area of the Faculty of Economic and Administrative Sciences at Universidad Monteávila, in Caracas. A researcher at the Juan de Mariana Center and author of several books // Guillermo es profesor de Economía Política en el área de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Monteávila, en Caracas, investigador en el Centro Juan de Mariana y autor de varios libros

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