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¿Está Biden preparando el terreno para una guerra civil posmoderna?

¿Está Biden preparando el terreno para una guerra civil posmoderna?, EFE

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Al estilo bolchevique clásico, aunque el actual presidente de Estados Unidos se parecía más a Hitler que a Lenin, Joe Biden se puso delante de un muro rojo gótico y le dijo el jueves a medio país que la otra mitad es una “amenaza” para la democracia americana. Como todo buen autócrata, hizo saber a sus compañeros, a las masas y a la oposición que “no somos impotentes ante estas amenazas”. El telón de fondo de la pared roja gótica daba un sentimiento genuino de llamada a las armas revolucionaria marxista. La república americana está asediada por el régimen de Biden-Obama ahora en el poder. El discurso de Filadelfia es otra clara señal.

Apodado como el discurso del “alma de la nación” por la Casa Blanca y con el eco de los medios corporativos, no fue nada menos que un discurso oscuro, liberticida y lleno de odio, cargado de mentiras descaradas. Emulaba los pronunciados por Castro, Chávez, Perón y Mussolini. La toma de poder autoritaria por parte del régimen de Biden-Obama está entrando en modo de aceleración total. Saben que el tiempo corre. El ascenso de Biden a la Presidencia, resultado de unas elecciones cuestionables que contenían grandes irregularidades en los estados clave, fue el lanzamiento del tercer mandato presidencial de Obama. En otras palabras, fue la continuación del primer jefe ejecutivo federal posmoderno de Estados Unidos.

El Partido Republicano, dijo Biden a la nación, está “dominado por los republicanos MAGA”. El problema más grave de esta afirmación es el carácter difamatorio y sedicioso que subyace en su premisa. “Los republicanos MAGA no respetan la Constitución. No creen en el Estado de derecho. No reconocen la voluntad del pueblo… y están trabajando ahora mismo, mientras hablo, en un estado tras otro, para socavar la propia democracia”. Esta teoría de la conspiración sin fundamento, actuada desde el púlpito de la Presidencia, es un golpe precoz para entronizar un régimen autoritario en Estados Unidos. Aunque el contenido de la acusación es delirante y ficticio, representa una maniobra táctica orientada a erradicar cualquier fuerza política, cultural o social que se interponga en el camino de la implantación del socialismo en Estados Unidos, según la metodología fabiana-marxista moderna.

Biden, actuando como el jefe visible de esta insurrección institucional insidiosa de extrema izquierda dentro de las estructuras existentes del poder político, está llamando a todos los camaradas a armarse. Cuando el 46º presidente se refirió a la filosofía del republicano MAGA como “semifascismo” la semana pasada, fue una señal de que una ofensiva de consolidación del poder estaba en marcha. Esto es esencialmente lo que los grupos terroristas comunistas como Antifa y Black Lives Matter (BLM) llaman a los americanos conservadores y no izquierdistas.

El radicalismo del régimen Biden-Obama no debe ser subestimado. Su guerra no es solamente con los republicanos MAGA, de nuevo, alrededor del 50 % de la sociedad americana. Se trata de una revolución posmoderna en toda regla que tiene como objetivo todas las instituciones que desafían la hegemonía que estos socialistas duros están tratando de afianzar. Cuando Biden arremetió que “las fuerzas de MAGA están decididas a llevar a este país hacia atrás. Hacia atrás, a unos Estados Unidos donde no hay derecho a elegir, no hay derecho a la privacidad, no hay derecho a la anticoncepción, no hay derecho a casarse con quien amas”, está omitiendo su ataque es a la Corte Suprema (SCOTUS). No contento con la revocación reciente de Roe v. Wade por parte del SCOTUS, Biden miente al pueblo americano, no solo sobre las implicaciones reales de la decisión, sino que omite a quién está atacando. Biden está atacando el principio republicano de la separación de poderes y el sacrosanto componente del control de la constitucionalidad. Estos son los cimientos del sistema de gobierno americano. El SCOTUS es lo que él denomina “fuerzas MAGA”.

Por supuesto, ningún discurso, fiel al marxismo cultural, estaría completo sin invocar el bulo de la “supremacía blanca”. Esta falsificación de la verdad, una verdadera teoría de la conspiración y estrategia política, es fundamentalmente necesaria para legitimar la campaña de adoctrinamiento neomarxista de la teoría crítica de la raza y la ideología de género que se está llevando a cabo en todas las escuelas, los lugares de trabajo, el Ejército y las agencias federales de aplicación de la ley de Estados Unidos. El régimen de Biden-Obama ha estado aplicando el esquema de tolerancia represiva de Herbert Marcuse con una venganza. El marxista de la Escuela de Frankfurt estaría muy orgulloso de esto.

La izquierda está dispuesta a robar, no solamente una elección, sino la república. Con el FBI como su policía política oficial, la criminalización de la oposición ha estado ocurriendo ante nuestros ojos. Los acusados del 6 de enero, a pesar de la ilegalidad de la transgresión cometida, no justifican los cargos de “conspiración de sedición”, que están claramente motivados políticamente. Esto es especialmente así, sobre todo, teniendo en cuenta el pase libre que reciben los subversivos como BLM, Antifa y otros autores de delitos. La audacia del asalto a la casa de Trump nos advierte del peligro que se avecina. La presentación de cargos criminales falsos contra él es una posibilidad. El discurso patético de Biden en Filadelfia es un toque de corneta para la potencialidad de una guerra civil, si los demócratas continúan con este complot traicionero.

Julio M Shiling, political scientist, writer, director of Patria de Martí and The Cuban American Voice, lecturer and media commentator. A native of Cuba, he currently lives in the United States. Twitter: @JulioMShiling // Julio es politólogo, escritor, director de Patria de Martí y The Cuban American Voice. Conferenciante y comentarista en los medios. Natural de Cuba, vive actualmente en EE UU.

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