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Bill Gates: el magnate que está en contra de la propiedad privada

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Cuando uno piensa en Bill Gates automáticamente la mente transmite una imagen de Microsoft. El rostro del magnate, indudablemente, está relacionado a su empresa más conocida y exitosa. Pero hay otras facetas menos conocidas del multimillonario. Por ejemplo, su activo interés en el cultivo que le ha llevado a adquirir más de 268,984 acres de tierra. O, también, su estrecha relación con el Foro Económico Mundial, organización que vela, entre otras cosas, por la desaparición de la propiedad privada.

De acuerdo con un interesante artículo de Libre Mercado, «El fundador de Microsoft y cuarta persona más rica del mundo, Bill Gates, se ha convertido en el mayor propietario de tierras agrícolas de Estados Unidos».

Quien desveló esta nueva hazaña empresarial de Bill Gates, fue el portal The Land Report, especializado en el área agrícola, ellos reseñaron que el empresario tiene, en total, unos 268,984 acres de tierra altamente productiva divididas en un total de 19 estados.

Para tener una idea, una acre ronda entre las 0,4 y las 0,5 hectáreas. Una hectárea, o dos acres aproximadamente, equivalen a un campo y medio de fútbol.

Los cinco estados (cuatro más la capital, en realidad) donde Bill Gates tiene más propiedades son: Louisiana (69,071 acres), Arkansas (47,927 acres), Arizona (25,750 acres), Nebraska (20,588 acres) y Washington (16,097 acres).

El método de Bill Gates para invertir en tierras es un tanto turbio, pero nada fuera de la común. Como es un empresario con tanto dinero —la cuarta persona más rica del mundo—, sus inversiones requieren de riguroso hermetismo y de un perfil bajo importante para que sus intereses no se les encarezcan.

Haga este ejercicio: si usted tiene una propiedad de unos 100 acres, valorada en, por ejemplo, 100,000 dólares, y Bill Gates —o cualquier millonario— quiere comprarla, ¿qué hará usted o imagine que haría la mayoría? Probablemente pedirá el triple de su valoración.

Bill Gates evita eso para ahorrar dinero y facilitar sus inversiones. «Los terrenos pertenecen formalmente a la empresa Cascade Investments, el vehículo de inversión a través del cual Bill Gates y su esposa Melinda han diversificado su fortuna desde los años 90», se lee en el artículo de Libre Mercado. «Las fincas agrícolas son sólo una pequeña parte del total de las inversiones de Cascade, que incluyen importantes participaciones en cadenas de hoteles, comercializadoras de automóviles y empresas de reciclaje, de maquinaria y ferroviarias, por citar algunas».

«En la creación de su imperio agrícola Gates ha actuado con notable discreción. The Land Report elabora cada año un informe con los 100 mayores terratenientes del país pero es la primera vez que Gates aparece en ella. Según Eric O’Keefe, director de la citada publicación, “Cascade se ha dedicado a comprar terrenos de cultivo desde hace más de una década. Sólo nos hemos dado cuenta del número y la extensión de sus propiedades el año pasado”», continua la explicación de Libre Mercado.

¿Y esto por qué? Por lo explicado anteriormente. Cascade, en su más grande operación, «pagó en el 2017 más de 500 millones de dólares por 61 lotes de tierra pertenecientes a un fondo de inversión». Esta venta se hizo tan discreta que, según O’Keefe, «podría decirse que fue en secreto. No hubo un anuncio público ni una notificación en la prensa de negocios». La identidad del comprador se confirmó un año después.

Luego, en 2018, una empresa descocida, Angelina Plantation, pagó la suma de 171 millones de dólares por 14,332 acres de terrenos fértiles en Washington para cultivos de maíz y trigo. La empresa sólo contaba con un par empleados e ingresaba apenas 300,000 dólares anuales.

«La prensa publicó los detalles de la transacción, pero hasta un tiempo después no se supo que el dueño de Angelina Plantation, y por tanto el comprador real, era Bill Gates».

La situación es un tanto turbia, pero no fuera de lo común, así lo explica Charlie Rankin, agricultor y ganadero con una pequeña propiedad en Carolina del Norte. Rankin es un crítico de Gates por su poca sinceridad en sus obras benéficas, además de sus propiedades, tiene un canal de YouTube enfocado en la agricultura y ganadería.

Si bien Cascade Investments, hasta ahora, no ha querido explicar qué uso darán a las propiedades adquiridas, O’Keefe confirma que se trata de la producción de cultivos. «Prácticamente todas las tierras de Bill Gates ya estaban dedicadas a ello cuando las adquirió Cascade».

Bill Gates, un magnate en contra de la propiedad privada

Más allá de todas las innovaciones y la diversificación de los negocios de Bill Gates, que van desde el cultivo y proyectos agrícolas, carne y alimentos artificiales; y su más reciente proyecto, «tapar el sol», el magnate tiene relaciones estrechas con el Foro Económico Mundial.  

«El Foro Económico Mundial (WEF) organiza eventos de gran repercusión mediática en los que participan dirigentes políticos, económicos, sociales e intelectuales del más alto nivel. El más importante de ellos se celebra una vez al año durante cuatro días en la localidad suiza de Davos», se lee en Libre Mercado.

El artículo hace hincapié en que, La Fundación Bill & Melinda Gates, financia las iniciativas del WEF mediante donaciones directas al propio Fondo, y a través de diferentes proyectos relacionados, muchos de los cuales surgen en Davos. Al mismo tiempo, Bill Gates es una de las figuras habituales de Davos, donde participa desde 1995.

«El WEF considera a la Fundación un “socio estratégico” y ofrece sus plataformas online y sus eventos como altavoz habitual para las opiniones de Gates», remarca el artículo.

Pero la denuncia de Libre Mercado no proviene porque Gates y el Foro sean aliados, sino por los ideales de la organización que van, justamente, contra la propiedad privada y las libertades económicas.  

«Un artículo publicado por el Foro en noviembre del 2016 describía el mundo del 2030 una sociedad aparentemente utópica donde todas las necesidades básicas están cubiertas y se puede solicitar la entrega de cualquier producto en cuestión de minutos. Nadie tiene coches porque el transporte público es más rápido y organizado», reza la explicación. «No se paga alquiler por la vivienda, que otras personas utilizan cuando uno no la necesita. La comida también es gratis y nadie guarda utensilios de cocina en casa porque es más cómodo recibirlos a domicilio en el momento en que se vayan a utilizar».

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Imagen del Foro Economico Mundial en Davos 2020 (EFE).

Básicamente, el Foro Económico Mundial, a grandes rasgos, hace apología de una sociedad completamente «igualitaria» donde todos los seres humanos vivimos en armonía con una calidad de vida igual al resto. No hay que preocuparse por lo material, por el dinero o la propiedad; la comida es gratuita, no hay que salir a buscarla porque te la llevan hasta casa, la vivienda es gratuita y todo está completamente dominado por unos organizadores claramente.

Cualquier persona diría que esto se parece mucho a una sociedad descrita por el mismo Karl Marx, de índole comunista, donde las clases sociales son iguales, y razón no les faltaría.

«En esta nueva Tierra de Jauja el trabajo no existe. Ha sido reemplazado por “tiempo para pensar, crear y desarrollarse”. Ni siquiera hace falta ir de compras, “el algoritmo lo hace por mí”. Así se expresa la autora del texto, Ida Auken, exministra de medio ambiente de Dinamarca y miembro de dos grupos de trabajo del WEF», se sigue leyendo en Libre Mercado.

«No tengo ninguna propiedad. No tengo coche. No tengo casa. No tengo aparatos ni ropa. Te puede parecer extraño, pero en esta ciudad tiene sentido», subraya la danesa con afilado entusiasmo, pues en esa sociedad, la propiedad no existiría y, sin ella, la libertad tampoco.

¿Y qué pasa con nuestra vida privada? ¿Acaso solamente no existiría la propiedad material en esta sociedad utópica? De acuerdo con Auken no: «No tengo intimidad real. No puedo ir a ninguna parte sin que quede registrado. Todo lo que hago, pienso y sueño queda grabado». Es como si la idea la sacaran de la eternamente citada 1984. ¿Y cómo se viviría en esta sociedad para la exminista?: «En conjunto, es una buena vida».

El foro, de igual forma, se cura de todo mal aclarando que la opinión de Auken es de ella y no necesariamente compartida por ellos. Pero hay más artículos, y vídeos.

Libre Mercado escribe: «esas mismas ideas se repiten en otros artículos de la misma institución, y especialmente en un vídeo que se hizo viral recientemente, donde se veía a un joven de sonrisa radiante junto a la frase “No tendrás nada, y serás feliz”. El vídeo generó un gran rechazo en Twitter y el Fondo lo borró de dicha red, pero hasta el momento lo mantiene en su página de Facebook».

El vídeo en cuestión vía YouTube.

El mismo Foro Económico Mundial lanza pestes al mal llamado «neoliberalismo» para explicar que los problemas globales provienen del libre mercado «y de la austeridad fiscal». Básicamente, el WEF dice que hay que gastar el dinero público, proveniente de los impuestos, para así cubrir necesidades. Una forma muy elegante de pedir subsidios.

El WEF crítica abiertamente al libre mercado y pide mayor gasto estatal.

¿Y cual es una buena cura para el malvado neoliberalismo? Para el WEF, o los artículos que permiten en su plataforma, el marxismo.

Así que, mientras Bill Gates disfruta de la cuarta fortuna más grande del mundo, una de sus organizaciones aliadas promueve abiertamente la idea de una sociedad comunista, anticapitalista, en contra de la propiedad privada e inequívocamente distante de las libertades económicas y sociales.  

Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.

Contacto: [email protected]

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