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Este jueves tuvo lugar el segundo día de la Bitcoin Conference 2022, la conferencia de criptomonedas más grande del mundo, y el activista y excandidato presidencial, Andrew Yang, participó para conversar sobre la respuesta del espectro político respecto a los activos digitales y sobre cómo un posible “régimen regulatorio” podría tener efectos nocivos en la economía del futuro.
El líder del Forward Party estuvo acompañado por la presidente de People for Liberty y excandidata a la presidencia por el Partido Libertario, Jo Jorgensen, así como por el autor americano, Allen Farrington, y el galardonado periodista independiente, Glenn Greenwald.
Yang sugirió que la resistencia de las esferas de poder contra el Bitcoin y las criptomonedas podría empujar inversionistas e innovadores a abandonar el país e invertir en algún otro lugar.
“La gente responde a Bitcoin de manera muy ideológica, de una manera que no es muy racional o basada en principios, y desafortunadamente estamos en un momento de la vida americana en el que tan pronto como alguien dice que está a favor, la otra parte dice que está en contra”, dijo Yang al principio de su intervención. “Nos estamos polarizando cada vez más, y esa es una receta para el desastre en términos de innovación, en términos de tener nuevos enfoques para nuestro futuro financiero”.
Washington se resiste al Bitcoin
Según el activista asiático-americano, ese temor a la libertad financiera que percibe en Washington explica por qué el 62 % de los americanos sienten que el duopolio político entre demócratas y republicanos no está funcionando y “quieren dejarlo atrás”, pero las circunstancias del poder los obligan a elegir entre unos y otros. Yang afirma que los americanos “quieren un enfoque diferente que en realidad sea sobre resolver los problemas del mañana en lugar de culpar a alguien por ellos”.
Greenwald intervino para sugerir que el Bitcoin es una tecnología financiera sumamente disruptiva, por lo que ha encontrado fuerte resistencia en los dos grandes partidos históricos de la democracia americana. “Hay tantas dimensiones políticas, culturales y sociales en Bitcoin, responde a muchos de los problemas para los que tantas facciones políticas no pueden encontrar una solución, que es casi desconcertante que exista una hostilidad reflexiva hacia él”, dijo el periodista.
Para Yang, esa misma “hostilidad” que Greenwald mencionó podría terminar “empujando al exterior” la innovación que existe alrededor del Bitcoin, por lo que considera necesario luchar porque la regulación a las criptomonedas no perjudique la libertad de sus usuarios.
“[En Washington] están tramando un régimen regulatorio”, dijo el activista. “Dijeron que quieren tener las nuevas reglas dentro de los 210 días posteriores, por lo que en los próximos 6 meses habrá un nuevo conjunto de políticas en lo que respecta a Bitcoin y otras criptomonedas, y creo que debemos asegurarnos de que mantengan esas reglas en este lado de la cordura. Como americano, quiero que esta energía de innovación permanezca aquí en Estados Unidos si podemos colaborar en que eso ocurra”.
Sin embargo, Yang cree que la comunidad alrededor del Bitcoin y de los medios de comunicación independientes es “el principio de una alternativa” contra el poderoso establishment americano, y tiene la esperanza de que siga creciendo con el tiempo.
