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Al momento de escribir estas líneas el Bitcon se cotiza entre los 35 y 40 mil dólares, hasta hace más de un mes su valor era de más de 60 mil dólares, pero si vamos más atrás en el tiempo nos encontraremos con que cada bitcoin llegó a tener el valor de 10 mil dólares por unidad, o incluso menos de un dólar; en definitiva, en el largo viaje de la criptomoneda pionera la fluctuación de su precio ha sido una constante, una que tarde o temprano se sigue direccionando hacia arriba.
Sin embargo el precio del Bitcoin hoy no es lo más importante, realmente lo que demuestra que la criptomoneda es indetenible es la enorme comunidad comprometida con el auge de un sistema económico completamente descentralizado y libre, y el evento llevado a cabo en Miami el fin de semana pasado lo demostró con creces.
El viernes bien temprano, tras tomar el desayuno y editar un par de artículos para El American me subí a mi carro y salí para el evento en Wynwood; el GPS me obligó a tomar rutas alternas debido al tráfico y a pesar de mis esfuerzos por llegar temprano al evento de criptomonedas más grande en toda la historia, se me hizo totalmente imposible.
A medida que me aproximaba a Wynwood comencé a notar una enorme fila de personas congregadas en las aceras de la ciudad: altos, negros, flacos, gordos, asiáticos, gente disfrazada, punks, ejecutivos, adolescentes, latinos, ancianos; era un abanico de personas completamente diferentes, seguramente de diversas ciudades y países, que habían viajado a Miami solo para una cosa: para asistir a un evento que los uniría a todos. O mejor dicho, para asistir a la consolidación del movimiento que los unía a todos: el Bitcoin.
Para ser honesto con ustedes por minutos pensé en irme, di vueltas en mi auto por varios minutos alrededor del centro de convenciones del evento y para empezar, no encontraba donde estacionarme, pero además, no lograba vislumbrar el principio, ni tampoco el final de la masa humana que había llegado a Miami por el Bitcoin.
Luego de varios minutos en esta operación decidí ir a las calles traseras de Wynwood, unas en las que habitan unas antiguas fábricas y que seguramente desde hace años no tenían tantos visitantes; a pesar del sol y el calor dejé mi auto allí estacionado y me dispuse a caminar, si no lograba ingresar al evento al menos debía registrar la locura que estaba ocurriendo alrededor.
Tras caminar por varios minutos me percaté que probablemente nunca llegaría al principio o al final de esta masa humana, durante algunos instantes sentí una especie de frustración, pero no solo por mí, sino por las cientos de miles de personas que habían pagado más de mil dólares para ingresar al evento, y aun así estaban a la deriva tostándose bajo el ardiente sol floridiano.
No obstante, rápidamente todo cambió, cuando dejé de observar la larga fila de hombres y mujeres, y miré detalladamente el rostro de cada una de las personas allí presentes me percaté que en la conferencia del Bitcoin no había lugar para la angustia o el estrés, había sí mucho calor, por supuesto, pero el lenguaje corporal de todos los presentes era el de mucha expectativa y emoción por lo que estaba por ocurrir, fue entonces cuando comprendí que la magnitud de lo que estaba pasando: esto no era solo una conferencia más para hablar de criptomonedas, esto era —es— sin duda alguna un movimiento destinado a cambiar el mundo.
Tras tomar algunas fotografías deficientes de la masa humana en el exterior decidí seguir mi recorrido, estaba un poco decepcionado puesto que por más que lo intentara jamás podría captar una imagen que transmitiera todo lo que estaba ocurriendo en ese momento a las afueras de Mana Wynwood.
Mi camisa ya estaba completamente sudada y decidí doblar las puntas de mis pantalones para continuar con mi travesía, entonces, repentinamente, entre ese mar de gente me encontré con un guardia de seguridad del evento que parecía igual de descolocado que yo, sin entender cómo había llegado tanta gente a Miami para ver, escuchar o hablar sobre el Bitcoin.
— ¡Disculpa! ¿Hay alguna entrada en particular para la prensa? —le pregunté.
— No lo sé, intenta doblar en la esquina y cruza a la izquierda, allí hay otros compañeros que pueden ayudarte mejor.
Y así lo hice, su respuesta me dejó un poco confundido, pero tenía que intentarlo. Comencé a caminar a contracorriente de la fila, no importaba cuantos pasos diera, la marea de personas jamás se acababa; finalmente, luego de mucho sol y sudor, encontré el final de la masa humana y, sorpresivamente quienes estaban allí, aún a sabiendas que les tomaría horas poder ingresar estaban felices con sus franelas de Satoshi Nakamoto.
Justo allí me topé con los guardias de seguridad que me había comentado el hombre unos minutos atrás, estos me confirmaron que efectivamente había una entrada para los oradores y la prensa, me indicaron como llegar y en unos minutos ya estaba allí; la fila de la prensa tendría a unas 40 personas cuando mucho, en ese momento me sentí la persona más privilegiada del planeta.
Luego de unos minutos en espera logré ingresar al evento sin mayores complicaciones, lo primero que hice fue buscar el salón principal para protegerme del sol y poder hidratarme, al llegar ya había pasado el turno del alcalde Francis Suarez y quien estaba en el Nakamoto Stage era el excongresista libertario Ron Paul, quien entre otras cosas, mencionó que no entendía del todo el Bitcoin, pero que sí entendía bastante sobre la libertad y que sin duda las criptomonedas nos brindarían a todos mayores libertades individuales.
Paul también habló sobre la intromisión del marxismo en Estados Unidos, aseguró que los comunistas se han tomado la educación en el país y que es vital defendernos para sobrevivir; en ese sentido hizo un profundo hincapié en las libertades individuales y en cómo el Bitcoin puede darle a los hombres y mujeres del mundo entero una gran protección sobre los gobiernos autoritarios.
Durante toda la conferencia el excongresista habló poco o nada sobre la tecnología blockchain o los aspectos más fundamentales del mundo cripto, sin embargo logró levantar aplausos y ovaciones por su apasionado discurso sobre la libertad como el pilar de toda sociedad.
Luego de Paul subieron al escenario principal más oradores que motivaron a los asistentes a mirar en retrospectiva el crecimiento de las criptomonedas y el futuro para las mismas.
El criptógrafo Nick Szabo habló sobre la historia del dinero y explicó como el Bitcoin corregía las imperfecciones de todos los sistemas monetarios anteriores, incluido el último régimen fiduciario. Después apareció el inversionista Michael Saylor, quien fue uno de los que levantó más aplausos en el público y explicó la razón por la que hace un año abandonó sus ideas de retiro y volvió al negocio para invertir fuertemente en Bitcoin; desde entonces se ha convertido en uno de los más grandes promotores de las bondades de la criptomoneda y también una de las personas que más capital ha invertido en ella.
Por el escenario central pasaron grandes figuras del mundo cripto, y en los pabellones del evento se conglomeraron miles de personas. Unas estimaciones iniciales hablaban de al menos 50.000 personas que se trasladaron hacia Miami desde otras partes del país, e incluso desde otras naciones para asistir al evento; el número oficial de asistentes no lo podría precisar, pero doy constancia que probablemente ni los Beatles en los años 60 despertaban tantas pasiones como el Bitcoin en el 2021.
En el desenlace del evento se hizo uno de los anuncios más importantes para las criptomonedas, El Salvador, nación centroamericana, anunció que el Bitcoin se convertirá en moneda legal de cambio en su país, lo cual entusiasma a todos los que sueñan con un mundo que pueda ser regido sin la burocracia y las trabas que emanan de los bancos centrales.
Bitcoin dio el primer paso hacia el futuro
Si me preguntan hoy o mañana cuál es el precio del Bitcoin les responderé a todos que realmente ese no es el debate, lo que debemos observar es la fotografía grande, el panorama entero: Bitcon ha llegado para cambiar el mundo, es más que una criptomoneda, es una idea libertaria que ha penetrado en las mentes de millones de personas y no se va a detener, ni por las regulaciones que puedan emitir países democráticos como Estados Unidos, ni por los intentos de baneo que puedan ejecutar tiranías como la del Partido Comunista en China.
Los humanos a lo largo de su historia han ido encontrando mecanismos de intercambio de valor cada más eficientes y que permitan resguardar sus inversiones; las posesiones y bienes materiales fueron sustituidos por el intercambio de metales preciosos, y así mismo estos crearon la base que posteriormente originaría el salto al dinero fiduciario; de esta misma forma las criptomonedas empiezan hoy en día a crear el ecosistema financiero del futuro dejando atrás las imperfecciones del FIAT.
Les guste o no a los Krugman, a los Hanke, a los grandes banqueros, economistas e inversionistas que han hecho fortunas con el régimen fiduaciario, la revolución del Bitcoin ha llegado para marcar un antes y un después en la historia de la humanidad y los escépticos solo tendrán una opción: capitular antes que el tiempo les pase por encima o morir equivocados.
Emmanuel Rincón is a lawyer, writer, novelist and essayist. He has won several international literary awards. He is Editor-at-large at El American // Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ganador de diversos premios literarios internacionales. Es editor-at-large en El American