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El blockchain como antídoto a la ruina económica: el caso hindú

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Desde hace al menos una década, la India ha sido considerada como una especie de “economía emergente”, convirtiéndose, quizá, en uno de los países más pujantes de la región meridional del continente asiático.

Se espera, a su vez, que sea uno de los países asiáticos, en su conjunto, con mayores tasas de crecimiento en términos de Producto Interior Bruto (PIB) en este lustro, con puntuaciones superiores a los siete puntos.

No son pocos los inversores financieros que centran su objetivo en el territorio en cuestión, principalmente, para abordar el tema tecnológico, que es una de las principales apuestas económicas del país.

La agencia Bloomberg señala a India como uno de los territorios con mayor ratio promedio de salario para los ingenieros de software. Es más, ciudades como Bangalore y Gurgaon (conocida por su ausencia de rigidez burocrática) son muy atractivas en estos términos.

Al mismo tiempo, el país tiene alrededor de tres millones de graduados en enseñanzas superiores relacionadas con las tecnologías de la información. El Instituto Nacional de Tecnología y el Instituto de Tecnología Indio reciben millones de aplicaciones cada año.

Las soluciones de paradigma más descentralizado, como las cadenas de bloques (blockchain) también estarían entrando muy de lleno, como veremos en el presente artículo, pese a que no todo lo que reluce es oro.

El Estado hindú asegura muy poca libertad financiera y empresarial

De acuerdo con la edición de 2020 del Índice de Libertad Económica que elabora The Heritage Foundation, India figura entre el bloque de países menos libres en el continente asiático. Apuntan que ha «languidecido» en esta posición durante alrededor de dos décadas.

Reconocen que ha habido cierto crecimiento económico en estos años (hablan de un crecimiento «robusto» del PIB), lo cual atribuyen, en gran medida, a un elevado consumo doméstico del ámbito privado. Incluso apuntan a una ligera mejora de la puntuación promedio.

No obstante, conviene reproducir su alerta sobre los alarmantes niveles de restricción a la iniciativa financiera y económica (se advierte de que el Estado abarca buena parte del sector bancario y de mercados de capital, habiendo límites a la inversión foránea).

A su vez, advierten de que las regulaciones del mercado laboral, que no son homogéneas a todo el territorio nacional, pueden ser considerablemente complejas, aunque ya se hayan dado facilidades para labores como la apertura de un negocio o la obtención de energía eléctrica.

Por otro lado, cabe apuntar que existe una considerable inestabilidad política e inseguridad en un país que ocupa el quinceavo puesto del ranking de los cincuenta países con mayor “cristianofobia” en el mundo, según un informe del Instituto Ordo Iuris de Polonia.

Las finanzas descentralizadas como factor de esperanza social y económica

Pese a lo que se ha abordado anteriormente, parece ser que la descentralización intrínseca a la red de redes, manifestada mediante el paradigma de distribución y dispersión de las cadenas de bloques estaría surtiendo efecto.

India es el país del mundo con más usuarios de criptomonedas (al menos, el Bitcoin). Una cifra que rondaría, como mínimo, los cien millones. Asimismo, en el top 5 seguirían países como Estados Unidos, Nigeria, Vietnam y Reino Unido.

Pues bien, a eso se le suma la alta capitalización que, en los últimos años, están adquiriendo varias start-ups relacionadas con la kryptoeconomía, muy por encima del marcador que rondaría los cien millones. Mudrex y GoSats serían algunos de los ejemplos más recientes.

Según la co-fundadora de la stablecoin DefiDollar (tipo de criptodivisa que, en teoría, estaría menos sujeta a la volatilidad financiera, pudiendo estar respaldada por otra cripto), un motivo relevante fue el auge experimentado en diciembre de 2020 (aunque yo consideraría también enero).

De todos modos, como apuntan en el portal CoinDesk¸ sería más preciso atribuir todo esto al papel que han desempeñado las llamadas finanzas descentralizadas, más conocidas por su acrónimo en inglés DeFi (procedente de decentralized finance). El concepto debe interpretarse atendiendo a bit2me, como un paradigma financiero digitalizado en el que entidades actualmente habituales como los bancos y las aseguradoras queden relegadas a un plano lo más secundario posible.

Los clientes no necesitarían intermediarios complicados para sus transacciones económico-financieras. Bastaría con participar en un Contrato Inteligente, lo cual agiliza el proceso, automatizando las cláusulas y el cumplimiento de las mismas (arbitraje automático).

Por ello mismo, en India han empezado a proliferar las pilas de privacidad, los estudios sobre protocolos, las organizaciones autónomas descentralizadas y los intercambios descentralizados (DEX).

Así pues, puede decirse que las distintas aplicaciones de las cadenas de bloques pueden ayudar a sortear las problemáticas trabas del estatismo socialista a la libre iniciativa económica. Y como ya hemos visto, la tecnología acaba potenciando la libre iniciativa de la sociedad.

Ángel Manuel García Carmona es ingeniero de software, máster en Big Data Analyst, columnista y tradicionalista libertario // Ángel Manuel García Carmona is a software engineer, master in Big Data Analyst, columnist and libertarian traditionalist.

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