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Es oficial: Estados Unidos y las principales potencias de Occidente tomaron la decisión de desconectar parcialmente a Rusia de la plataforma de pagos internacional SWIFT, en un movimiento agresivo contra Moscú luego de que el presidente Vladimir Putin ordenase la invasión contra Ucrania el pasado 23 de febrero.
A medida que las tropas rusas avanzan por diversos frentes y el ejército ucraniano resiste estoicamente las embestidas rusas en Kiev, Occidente tomó la decisión de sancionar duramente a Moscú.
“Como resultado del actual asalto de Putin a Ucrania, el presidente Joe Biden y los líderes de la Comisión Europea, Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido y Canadá decidieron tomar medidas específicas para aislar aún más a Rusia del sistema financiero internacional”, se lee en el comunicado. “Siguiendo con nuestra coordinación histórica, los líderes decidieron desconectar de SWIFT a los principales bancos rusos sancionados, apuntar al banco central ruso y lanzar un grupo de trabajo conjunto para perseguir los activos de las empresas y oligarcas rusos sancionados”.
El sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) es una plataforma usada como el principal conector de entidades financieras internacionales. Con ella se pueden hacer transferencias internacionales de forma segura, pero no hay que cometer el error de entender a SWIFT como un sistema de pagos, sino de comunicaciones interbancarias. Fue fundado en 1973, tiene su sede en Bélgica y actualmente conecta a 11.000 instituciones financieras en todo el planeta, facilitando unas 42 millones de transacciones al día.
Las consecuencias de esta sanción son diversas y terribles para Rusia. Asimismo, Europa también se verá afectada. Por eso los expertos hablan de “una bomba financiera nuclear”. Aquí algunas de los resultados que traerá la medida:
Entidades financieras rusas no podrán pagar ni recibir dinero a través de SWIFT
Ciertos bancos rusos no podrán acceder al sistema SWIFT y esto afectará duramente a la economía de Rusia, que ahora mismo está atravesando una crisis económica según Jake Cordell, periodista del Moscú Times. Por ejemplo, se estima que su PIB caerá, solo por esta sanción, en un 5 %.
El valor del rublo caerá, afectando la capacidad adquisitiva del consumidor ruso, que ahora mismo sufre las consecuencias de la mayor inflación vista en seis años en tierras rusas, con un incremento de más de un 8,7 % anual. Con el desplome de la moneda rusa las importaciones aumentarán sus costes. Para tener una idea, un 75 % de la materia prima y bienes de capitales necesarios para fabricar los bienes de consumo de la canasta básica en Rusia son importados.
Los índices inflacionarios probablemente aumentarán, ya que los bancos rusos no podrán apalancarse en los bancos occidentales; lo que creará una suerte de barrera al acceso de crédito de las entidades financieras rusas y la población. Por supuesto, las inversiones también caerían y la desinversión en capital sería calamitosa para una Rusia que no podrá ampliar su capacidad productiva rápidamente.
En síntesis, esta es una medida durísima para la economía rusa, sobre todo en tiempos de guerra.
¿Solo Rusia enfrentaría consecuencias?
La respuesta es un rotundo no. La decisión de desconectar a Rusia de SWIFT, aunque parcialmente, también afectaría a gran parte de Europa dependiente del gas y la energía rusa. A los rusos y sus empresas se les hará casi imposible concretar negocios electrónicos con bancos o empresas de otros países, tampoco podrán recibir pagos por los envíos de gas natural a Europa, y el viejo continente no tiene cómo sustituir a Rusia como proveedor en el corto plazo. Por esto, varios países europeos se mostraron reticentes a aplicar esta dura sanción contra Rusia.
¿Tiene alternativas Rusia para mitigar daños?
Las tiene, pero son una incógnita. No se sabe qué tan suficientes sean para mitigar los daños.
Primero, Rusia tiene el SFPS, su propio sistema de pagos, creado en 2014 cuando el país dirigido por Putin temía ser desconectado de SWIFT por invadir Crimea, el problema es que este sistema tiene pocos usuarios y miembros extranjeros.
También está la alternativa china, CIPS, fundada en 2015 por el gigante asiático para potenciar la internacionalización del yuan. Con esto Rusia podría comerciar con China y, a pesar de ser un sistema mucho más limitado que SWIFT todavía (apenas cuenta con unos 80 bancos), también representa un riesgo para Occidente, pues se puede impulsar a la implementación de sistemas alternativos al SWIFT.
La gran apuesta estaría relacionada con las criptomonedas. Si Rusia usa criptos para captar divisas extranjeras podría burlar las sanciones occidentales. De hecho, a inicios de febrero, Moscú decidió regular las criptomonedas en lugar de prohibirlas.
El gobierno ruso estima que hay aproximadamente 12 millones de cuentas de criptomonedas en el país donde circulan, aproximadamente, 2 billones de rublos o $26,700 millones de dólares en activos criptográficos.
Sin embargo, también es un claro riesgo, considerando la volatilidad de las criptomonedas.
Una medida sin precedentes
Irán fue uno de los países que, por ejemplo, fue desconectado del sistema SWIFT. Primero en 2012 y luego en 2018. Sin embargo, Rusia es un actor internacional económico mucho más importante que la República Islámica y las consecuencias en el comercio internacional y la vida diaria de los países que tienen relaciones y tratados comerciales con Moscú, están por verse.
Emmanuel Alejandro Rondón is a journalist at El American specializing in the areas of American politics and media analysis // Emmanuel Alejandro Rondón es periodista de El American especializado en las áreas de política americana y análisis de medios de comunicación.
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