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No olvidemos lo que los burócratas nos hicieron pasar en nombre del COVID

No olvidemos lo que los burócratas nos hicieron pasar en nombre del COVID

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En los últimos meses la atención de los ciudadanos americanos se ha dispersado, producto, en buena parte, de la invasión rusa a Ucrania que se apoderó de los principales espacios de los medios de comunicación, y de algunas de las fallidas políticas de la administración Biden, que llevaron a la economía del país a tener la inflación más alta vista en más de 40 años.

Si bien es cierto que el COVID y sus políticas han quedado medianamente relegadas a un segundo plano en estas últimas semanas, no podemos, ni debemos olvidar lo que los burócratas en Estados Unidos y el resto del mundo hicieron en nombre de la “ciencia”. Personas confinadas en sus hogares sin ninguna justificación, el uso obligatorio de mascarillas que realmente no protegía a nadie del virus y las vacunaciones forzadas a las que sometieron a buena parte del planeta.

La semana pasada, los CDC recomendaron la vacunación a niños entre 5 y 11 años de edad, aun cuando, según un estudio publicado en febrero, se determinó que la efectividad de la vacuna de Pfizer para tratar la variante ómicron era de apenas el 12 %, y pese a que diferentes estudios han comprobado que los niños no son una población en riesgo.

Por si fuera poco, otro estudio publicado recientemente en JAMA Network Open determinó que la inmunidad ofrecida por las segundas y terceras dosis de las vacunas de Pfizer y BioNTech desaparecía rápidamente. Pese a que las vacunas prácticamente siguen estando en fase de pruebas y sus efectos secundarios y efectividad siguen siendo un tema de debate, buena parte de la población fue forzada a inocularse el antídoto.

Es por todo esto que se ha vuelto común leer en las redes sociales que la FDA y los CDC se han convertido en los mejores impulsores financieros de Pfizer o Moderna, pues los laboratorios, lejos de tener que convencer al público de la efectividad de sus vacunas, contaron con el apoyo de burócratas para aplicarlas a la fuerza a la población.

En Brooklyn, el fin de semana pasado falleció un hombre de 32 años por problemas cardíacos tras correr en la media maratón, y el mainstream media rápidamente saltó a culpar a la temperatura. Lo cierto es que al iniciar la competencia el clima estaba por encima de los 60 grados Fahrenheit, y al cierre estaba por encima de los 70 grados.

Revisando las pautas de la competencia, se constató que era obligatoria la vacunación para los participantes. De ninguna forma tratamos de achacar el lamentable fallecimiento a la vacuna, pero sí es algo notable que desde que inició la vacunación se han visto más este tipo de casos en personas jóvenes y saludables, por lo que lo único que podemos pedir es tener una conversación honesta sobre el tema y exigir a las autoridades recolectar toda la información correspondiente a su toma de decisiones para tratar la pandemia.

Este artículo apareció originalmente en el newsletter de El American el 23 de mayo de 2022. ¡Suscríbete gratis aquí!

Emmanuel Rincón is a lawyer, writer, novelist and essayist. He has won several international literary awards. He is Editor-at-large at El American // Emmanuel Rincón es abogado, escritor, novelista y ensayista. Ganador de diversos premios literarios internacionales. Es editor-at-large en El American

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