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Calma pueblo, Residente millonario al son de la pobreza

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“Calma pueblo que aquí estoy yo” proclama Calle 13 en la voz de René Pérez Joglar, mejor conocido como Residente, el cantante puertorriqueño que le canta a las luchas sociales y las convirtió en un muy exitoso modelo de negocio, que mezcla ritmos, sensiblería política y rimas bien armadas. En sus discos, una y otra vez, enfatiza sus raíces de clase media baja, ensalza la pobreza y retoma de forma cínica e ingeniosa los clichés de la izquierda latinoamericana, para venderle buenos beats a las buenas conciencias.

Por supuesto, como buen influencer de izquierda, al hablar de Estados Unidos, Residente prodiga insultos, calificando al país como “racista” y afirmando que “está muy atrás…en muchos aspectos”. Sin embargo, cuando llegó el momento de comprar su nueva residencia, no la adquirió en un barrio popular de Caracas o en una comuna mapuche, sino en una colonia de ricos en la muy norteamericana California.

Rimas de pobre, mansión de millonario

Su nueva casita está muy lejos de la realidad de ese pueblo al que le pide calma. Cuesta la friolera cantidad de 5.8 millones de dólares, lo que equivale a 10 veces el precio de una casa promedio en California y 20 veces el promedio de una casa a nivel nacional. Ese dinero viene con muchos lujos a cambio, porque la “residencia” incluye siete habitaciones, siete baños, dos comedores, un jacuzzi y “un inmenso garaje para varios autos”.

Claro, tiene que estar cómodo el señor de los millones, sobre todo después de que firmó con Sony para crear “proyecto 1868” y crear “contenido culturalmente mal representado en los diferentes formatos”.

Y usted me dirá, ¿por qué la crítica? Él es un artista que hace negocio cantando, no un político.

Perdón, pero no es cierto. Residente es político, porque hace negocio (perdón, “arte”) con un discurso de izquierda que cae bien para vender conciertos y discos a jóvenes que se quieren sentir revolucionarios de antro con Zacapa en mano. Ganó millones vendiendo discursos contra la avaricia de los capitalistas e imperialistas, pero no quiere vivir ni cerca del “pueblo” al que en sus canciones le pide calma, y en Ticketmaster le pide dinero.

A veces el lucro resulta demasiado obvio, como cuando en 2014 la playera de René “denunciando” la masacre de Ayotzinapa apareció a la venta en $250 pesos afuera de su concierto en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México. Ante el escándalo, Calle 13 se deslindó, acusó a la empresa Live Shows Merchandising de vender la playera sin su consentimiento e incluso amenazaron con acciones legales. Sin embargo, todavía en 2018 esa misma empresa seguía vendiendo otras playeras “oficiales” de Residente. Así que, mucho no pasó.

Ahora, normalmente es más sutil, pero de todos modos vende. Lo mismo opina repitiendo la narrativa de izquierdas de México, que la de Argentina, Chile o Perú, e incluso defiende la “limpieza” de las elecciones en Venezuela (antes de pivotear hacia un lamento respecto a la violencia y luego un silencio casi absoluto en Twitter durante los últimos 5 años, una vez que el gobierno de Maduro se volvió tan indefendible que a René ya no le salió negocio jugar a quedar bien con los dos bandos). Eso para ni entrar a la letra de las canciones.

Oye, Residente

Te felicito por tus millones, que el talento sí lo tienes, lo que te falta es vergüenza.

Vamos a hablar claro, que lo tuyo son relaciones públicas. No eres el vocero de la justicia, sino el mercader de la rebeldía, para consumo de la clase media y alta de la progresía, con mensajes al servicio de la izquierda, esa misma que una y otra vez condena a tu querida América Latina a la pobreza, esa de la que escapaste gracias al mercado de la música.

No hay necesidad de cátedras, estimado René, simplemente un par de reflexiones:

  • Dices creer que “el que trabaja más que el otro merece ganar más”. ¿En serio crees que “trabajas más” que el 99.9% de la población mundial. De no ser así, un justiciero como tú no debería tolerar la afrenta de gastar casi 6 millones de dólares en una mansión, mientras los pobres siguen bailando en la miseria. Después de todo, en tus propias palabras “No se necesita plata pa’ moverse” ¿Qué no iba así?.

En pocas palabras: “¿Pero qué tú estás haciendo compañero? Si tú eres tan millonario te invito a donar tu dinero”. Tú lo dijiste. Cúmplelo.

  • Presumes que “mi disquera no es Sony, mi disquera es la gente”, pero los contratos los sigues firmando con Sony, y por lo visto te va lo suficientemente bien como para comprarte una residencia de multimillonario. Así que, sólo por curiosidad, desde cuál de los siete baños o los dos comedores de lujo seguirás cantando “calma pueblo, que aquí estoy yo… porque yo soy como tú, tú eres como yo”.

Para acabar pronto, en Adentro afirmabas que “tengo jodido el crédito, no me venden ni un café”, y te justificabas afirmando que “antes de entender las desigualdades de las personas, me compré un Maserati usado que ahora no funciona”. Sin embargo, ahora que, según tú, ya entiendes las desigualdades de las personas, en lugar de vivir como los pobres, te compraste una mansión de casi 6 millones de dólares. ¿Y el Maserati? supongo que ese todavía lo tienes adentro, pero del inmenso garaje que conseguiste cantando “calma pueblo”. Provecho.

Gerardo Garibay Camarena, is a doctor of law, writer and political analyst with experience in the public and private sectors. His new book is "How to Play Chess Without Craps: A Guide to Reading Politics and Understanding Politicians" // Gerardo Garibay Camarena es doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su nuevo libro es “Cómo jugar al ajedrez Sin dados: Una guía para leer la política y entender a los políticos”

15 comentarios en «Calma pueblo, Residente millonario al son de la pobreza»

    1. Excelente descripción de René, soy puertorriqueña vivo en Puerto Rico me da coraje lo que residente, la prensa y algunos políticos quieren imponer su filosofía de vida al pueblo. Pero ellos son intocables nadie los señala. Lo felicito tener la integridad y valor de publicar su escrito . Conclusión doble vara de los medios y la hipocresía de René

  1. No sabia que Residente tenía que hacer votos de pobreza. El artista sale por el mundo con una misión de supervivencia, no creo que deje de ser humilde porque ha sido beneficiado por su trabajo. Lo pregonado al mundo en sus canciones son realidad que muchos países tratan de esconder y que bueno que existe alguien con poder, con seriedad y disciplina para lograr cambios. ¿Porque no alegrarse de que se compró una casa, con su dinero? (No robado como político) ¿A donde debía mudarse Residente? Si en los EU es donde tiene que estar, en Puerto Rico no suena como otros artistas. ¿Alguien se atrevido a decirle a Rubén Blades donde siempre debe permanecer o le han llamado hipócrita por canciones de justicia social? Claro que no.

  2. “Algunos psicópatas me tienen en la corte marcial
    Según las reglas de la “Asociación de la Música Social”
    Se supone que me deje la barba larga, que mi esposa sea fea
    Que venda artesanías y que viva en una aldea
    Se supone que renuncie a mi pasaporte
    Y que todas las cosas que compre vengan de Corea del Norte
    Una vez grabé en Miami, pero se supone que no vuelva
    La música de mi disco la tengo que grabar desde la selva
    No puedo usar internet, por lo menos eso asumo
    Se supone que me comunique por señales de humo
    Si lucho por los pobres, económicamente los de abajo
    No puedo cobrar por mi trabajo
    No puedo tener plata en mis manos
    Y si cobro algo, lo tengo que cambiar por pesos cubanos
    Y cuando vaya a pagar mi casa por cuotas
    No puedo porque en mi colonia solo aceptan dólares, ¡Idiota!
    ¿Cuál es el libreto?
    Si lucho por los que no tienen educación
    ¿Tengo que ser analfabeto?”

  3. El nació y creció como muchos de nosotros, en la clase media baja… eso no significa que tenga que quedarse nadando en la misma orilla. El problema del puertorriqueño es precisamente este: el señalar a los suyos y no evaluar cómo en su ganancia, gana un país.
    Realmente no me preocupa René, me ocupa pensar en cómo muchos pierden su tiempo criticando y nada edifican. Eso se llama envidia!! Sean felices, por usted y el prójimo.

  4. La hipocresía típica de los izquierdistas: “cantó por ustedes, mi pueblo, los pobres y necesitados; mientras vivo como otro millonario capitalista más en mi mansión de California”.
    René, si tanto cantas y sufres por los pobres ¿No podrías ayudarlos a dejar de ser pobres con parte de todos tus millones?

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