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Las elecciones de medio término están a la vuelta de la esquina y según la mayoría de las encuestadoras, al menos las históricamente más acertadas, el panorama es positivo para los republicanos y muy negativo para el Democratic National Committee (DNC).
El Partido Demócrata corre el riesgo de perder bastiones que consideraba seguros, como el condado de Miami Dade e incluso impensables hace unos meses como la gobernación del estado de New York. Cualquier persona que haya tenido algo de experiencia en campañas políticas pensaría que el partido tendría que reconsiderar su narrativa, sus prioridades e incluso sus propuestas políticas, pero el DNC parece no tener ideas nuevas, o al menos representantes, que puedan promover estos cambios con el objetivo de alejarse de la izquierda radical y volver a la sensatez del liberalismo clásico.
Nadie piensa que el Partido Demócrata de repente hablará de políticas provida o de la reducción de impuestos significativa. Ni siquiera de la posibilidad de reducir el escandaloso gasto público que la administración Biden ha ejecutado con desastrosas consecuencias para la economía americana y sí, para la economía del mundo occidental en general. Al menos algunas políticas centristas serían un alivio para la mayoría de los votantes que no se identifican con radicalismos ni aventuras socialistas al estilo del Squad encabezado por AOC o Bernie Sanders.
¿A qué han recurrido los candidatos y voceros demócratas en cambio, en estas últimas dos semanas desastrosas para sus aspiraciones electorales? A lo de siempre… el miedo al “Boogieman” que supuestamente es el Partido Republicano. Un cliché electorero que ya no convence a nadie, repleto de falacias discursivas y simples mentiras. Un estereotipo vago de supremacismo blanco y ultrarreligioso que básicamente viene armado con un AR-15 a matar a tus hijos sexo-diversos.
Con esto último, ni siquiera estoy usando lenguaje superlativo para entretenerlos un rato en la mañana del sábado. Esta semana vimos a un “historiador” de MSNBC decir que los republicanos venían por tus hijos.
Entre eso y la retórica de los justicieros sociales de Twitter entrando en crisis por la mera posibilidad de que a la plataforma vuelva Donald Trump, tenemos el guion perfecto para una película de terror de las que Disney haría una serie super woke de 5 temporadas basada en un villano llamado Jordan B. Peterson, con cola puntiaguda y fuego saliendo de sus manos, viniendo por las almas de todos los activistas trans en la faz de la tierra. ¿La heroína? Una perfecta combinación de AOC y Mark Ruffalo, indudablemente no binarie.
La realidad es que la campaña del miedo cada vez convence a menos votantes, y si las encuestas están en lo cierto, vamos a ver una gran marea roja este martes 8 de noviembre, seguida de una todavía más grande marea de lágrimas demócratas, metafóricas y literales, en las principales redes sociales de tu preferencia.
Queda sentarse y observar el show de esta recta final, por supuesto, con un buen snack y tu timeline de Twitter —al fin sin censura— en pantalla gigante.
Independent Writer. Marketing and communications strategist for politicians, artists, public figures & corporate brands for more than 10 years. Contact: @alejandrosbasso (Twitter)
Escritor independiente. Consultor en marketing y comunicaciones de políticos, artistas, figuras públicas y marcas por más de 10 años. Contacto: @alejandrosbasso (Twitter)