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¿Pueden ser los smart contracts la solución ante la sobrecargada burocracia?

smart contracts, El American

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Uno de los problemas políticos a los que uno se encuentra por lo general, dada la existencia de los actuales paradigmas estatistas (también a considerar como Estados modernos), es el exceso de eso que podemos considerar como un fenómeno y denominar “burocracia”.

Muchas acciones que se nos pueden ocurrir a lo largo de nuestro día requieren de un previo camino rocoso lleno de trámites políticos, normativos, fiscales y jurídicos. A día de hoy, es complicado, en general, encontrar trámites tan sencillos como sentarse en el sofá para leer o encender el televisor antes de almorzar.

Obviamente, estas situaciones tienen consecuencias que trascienden la incomodidad que pueda suponer un exceso de espera (de hecho, la administración estatal tal y cual la conocemos simplemente ahorra consumo de papel y de gasolina, pero nada más) por parte del interesado.

Por poner un ejemplo, las tediosas regulaciones de datos suponen un coste elevado para las pequeñas empresas mientras que la enorme montaña de pasos previos e intermedias permite que muchos se vean desincentivados o imposibilitados a la hora de crear una nueva empresa.

No obstante, el motivo de este artículo no es otro sino explicar por qué sí podría ponerse fin a esta problemática constante, por cuanto se desarrollen nuevas tecnologías que, entre otras cosas, también puedan responder al paradigma de dispersión, distribución y descentralización que no es ajeno a la red de redes.

Las cadenas de bloques pueden “revolucionar” la cuestión contractual

Como es sabido, uno de los paradigmas tecnológicos de moda, con prometedores avances tanto en acto como en potencia, son esas cadenas de bloques que representan un paradigma de descentralización y dispersión (ausencia de nodos centrales) que conocemos como blockchain. 

Esto tiene mucha vida más allá de esas criptomonedas cuya expedición no depende de los sistemas centralizados de la banca central (orientada por la fraudulenta y ruinosa reserva fraccionaria), sino, en un sentido genérico y no técnico, de las apuestas y valoraciones que espontánea, dinámica y continuamente permite el mercado.

Hay aplicaciones de blockchain para, por ejemplo, gestionar los peajes de las autovías y autopistas, coordinar las notificaciones de emergencias médicas en un hospital, favorecer un sistema de voto electrónico ajeno de injerencias fraudulentas o promoción de alquileres de pisos turísticos por medio de la llamada “economía colaborativa”.

No obstante, aquí hablaremos de aquella aplicación más concreta, como concepto, que puede suponer una evidente “ruptura” con las constantes y asfixiantes espirales burocráticas que no solo desesperan, sino que resultan ser destructivas para la economía (en mayor medida, afectando a autónomos y pequeñas empresas).

Nos referiremos a los llamados “contratos inteligentes”, más conocidos por su anglicismo de traducción, el cual es smart contracts. Oficialmente, no están estandarizados. Los métodos convencionales siguen existiendo e imponiéndose, pero no pocos estudian y tratan de aplicar esta digitalización contractual.

 smart contracts, El American
“A su vez, no es incierto que cada vez son más las empresas que tratan de adoptar las cadenas de bloques en pos de la innovación de sus procesos”. (Flickr)

Automatización de las cláusulas y el arbitraje, sin intemediarios

Los smart contracts, diseñados por el criptólogo húngaro-americano Nick Szabo, son soluciones de software que, basadas en estas cadenas de bloques, permitan una digitalización de los contratos entre dos partes que trascienda la mera implementación de la firma electrónica.

Explicado sin demasiadas profundidades, podría basarse en un par de transacciones relacionadas tanto con la disposición a firmar como con el contrato en sí, aplicándose los llamados timelocks o bloqueadores temporales, que impedirían determinadas acciones durante un plazo determinado. Habría, sin duda, dicho sea de paso, criptografía  de clave pública.

Como se puede intuir, no hay intermediarios durante el proceso. Eso sí, esto no quiere decir que no haya cláusulas pues, a la vez que se programa lo que posibilita la transacción correspondiente, se implementan unos mecanismos automáticos que velan por el cumplimiento de las condiciones.

Dicho esto, ¿se utilizan en la actualidad? Más bien, podemos decir que son una de las principales aplicaciones de Ethereum, otra de las criptomonedas más relevantes en estos momentos, que podría superar a Bitcoin según JP Morgan. Este bando de inversión la considera como una unidad de cambio esencial en este nuevo “entorno económico”.

También hay otros proyectos sobre la mesa. Aquí hablaré de los documentos técnicos elaborados tanto por Chainlink como del grupo jurídico británico LawTechUK.  El primero pondría en valor los ejecutables arbitrarios a poder implementar en cualquier red y el segundo propone alejar los smart contracts de los juzgados, tal como los conocemos.

A su vez, no es incierto que cada vez son más las empresas que tratan de adoptar las cadenas de bloques en pos de la innovación de sus procesos. Para ello ya existen soluciones como la XinFin Network, que combina las ventajas de las blockchains públicas y privadas con los contratos inteligentes.

Lógicamente, en innovación tecnológica se procuran la eficiencia y la rapidez

Sin necesidad de caer en lo que se puede considerar como “intemperancia frenética” (más relacionado con la corrupción moral sociológica que puede acabar allanando el terreno a quienes pretenden estrangular a la sociedad mediante la anulación de la natural, espontánea y evidente libertad de mercado), ciertas “tecnoesperanzas” son lógicas.

Ya sea para mejorar la productividad empresarial, tratar de mejorar nuestra calidad de vida o acabar más satisfechos en nuestros quehaceres cotidianos, es cierto que esperamos que no solo haya una mera automatización o simplificación amigable, sino que esta no sea un complejo y tedioso proceso. 

Queremos recibir alertas meteorológicas en la palma de la mano cuando salimos a hacer senderismo, agradecemos que se nos avise por SMS de los usos de nuestra tarjeta, queremos reducir el temor a una desorientación callejera, deseamos que el diagnóstico sanitario sea más preciso, puntero y veloz.

Para ello pensamos en cuestiones de requerimiento que, así sueltas, pueden enumerarse como “más megas”, “más núcleos de procesador”, “nuevos clústeres de procesamiento”, “código no redundante”, “más capacidad”, “interfaces más amigables”, “notificaciones push”.

Y en esa línea van los desarrollos. Tanto para bien como para mal, se trata de que nuestra relación con las mismas sea mucho más amigable e inmediata (de hecho, cabe anotar que ni siquiera muchos desarrolladores de software tendrán que pensar tanto en el código, por cuanto está habiendo soluciones y herramientas low code o no-code).

Por lo tanto, no tiene sentido que las cadenas de bloques puedan dar a marañas burocráticas como las que hoy sufrimos por culpa de la tendencia problemática progresiva de los actuales estados. Se trate o no de mero contractualismo (no necesariamente laboral), la digitalización puede liquidar la burocracia, por ir optimizando.

Ángel Manuel García Carmona es ingeniero de software, máster en Big Data Analyst, columnista y tradicionalista libertario // Ángel Manuel García Carmona is a software engineer, master in Big Data Analyst, columnist and libertarian traditionalist.

1 comentario en «¿Pueden ser los smart contracts la solución ante la sobrecargada burocracia?»

  1. normalmente las burocracias son pago de favores y compromisos con la gente que apoya y rodea al funcionario corrupto, sin ellos el no seria ni podria nada, es tambien una demostracion de poder, en las empresas los puestos de trabajo son en base a organigramas bien definidos y estructurados, nadie de mas, en el sector publico tu incorporas a quien tu quieras, tambien esta la cuestion corporativa y sindical, los derechos ganados por los burocratas, ¿que funcionario se atreveria a recortar y eliminar privilegios? pagamos impuestos para mantener una estructura burocratica paquidermica e ineficiente, ineficiente porque asi conviene sino, ¿como arreglarse con el burocrata para que nuestro tramite avance? somos el perro persiguiendo su cola, asi es la burocracia

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