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El caso moderado en contra de Roe v Wade

El caso moderado en contra de Roe v Wade

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El debate sobre el aborto está casi siempre dominado por uno de los dos extremos. Por un lado, están los que, generalmente por convicción religiosa y moral, pretenden prohibir el procedimiento de forma absoluta, incluso en casos de violación e incesto. Por otro lado, están los que consideran que es un derecho humano básico que se puede y debe utilizarse como una forma estándar de anticoncepción.

Entre estos dos bandos se suele ignorar la opinión de millones de personas que tienen un pensamiento moderado al respecto. Y esto abarca muchos puntos de vista, pero la opinión general es que, aunque en algunos casos debería ser legal, el aborto sigue siendo un procedimiento muy invasivo y traumático que solo debería utilizarse como último recurso.

Los defensores del aborto no lo ven así. En los últimos años, los estados progresistas han impulsado la legalidad del aborto para incluir abortos tardíos, que implican matar a un ser humano viable. Aquellos que condenan esto como bárbaro son, en consecuencia, manchados por tratar de infringir los derechos de las mujeres.

Todo esto nos lleva a la monumental sentencia de la Corte Suprema que anula la histórica sentencia de 1973 Roe v Wade, que garantizaba el derecho federal al aborto. Escribiendo para la mayoría del tribunal, el juez Samuel Alito argumentó que la decisión de Roe fue “atrozmente errónea desde el principio”.

Los moderados del aborto y los constitucionalistas deberían apoyar la sentencia del pasado viernes. Nunca hubo ninguna disposición constitucional para la sentencia de 1973, lo que significa que fue más un acto de activismo judicial que un juicio de principios. 

La cuestión del aborto se devolverá ahora a los estados, donde pertenece por derecho. Cada estado formulará ahora sus propias leyes según la conciencia de sus propios representantes elegidos. Estas leyes inevitablemente satisfarán a una parte y enfurecerán a la otra. Así es como funciona la democracia.

Si los demócratas desean cambiar o enmendar la Constitución, solo tienen que conseguir la supermayoría necesaria para hacerlo. A la vista de sus recientes resultados, cabe suponer que esto no ocurrirá pronto.

Este artículo apareció originalmente el 26 de junio de 2022 en el newsletter de El American. ¡Suscríbete gratis aquí!

Ben Kew is English Editor of El American. He studied politics and modern languages at the University of Bristol where he developed a passion for the Americas and anti-communist movements. He previously worked as a national security correspondent for Breitbart News. He has also written for The Spectator, Spiked, PanAm Post, and The Independent

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Ben Kew es editor en inglés de El American. Estudió política y lenguas modernas en la Universidad de Bristol, donde desarrolló una pasión por las Américas y los movimientos anticomunistas. Anteriormente trabajó como corresponsal de seguridad nacional para Breitbart News. También ha escrito para The Spectator, Spiked, PanAm Post y The Independent.

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