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El dirigente chino Xi Jinping afirmó que «China tiene una buena posibilidad de duplicar el tamaño de su economía para 2035».
«El producto interno bruto (PIB) de China superó el umbral de los 100 billones de yuanes (unos 15.42 billones de dólares) en 2020», según los datos publicados por el Buró Nacional de Estadísticas (BNE) chino. Este crecimiento impulsa el plan quinquenal de China, en donde se trazaron una serie de objetivos clave para convertirse en la potencia económica más grande del mundo.
Según el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Tsinghua, Yang Xuedong, «Cuando hablamos del XIV Plan Quinquenal no debemos enfatizar solamente su efecto en el desarrollo interno. También hay un quehacer significativo a nivel mundial. La economía de China es el motor de la economía mundial».
La economía del país asiático creció un 3 % en términos de dólares durante 2020. La acción del Partido Comunista de China (PCCh) para reprimir su brote de coronavirus a principios del año 2020 ayudó a que la producción industrial se recuperara rápidamente a mediados de año, «impulsando el desarrollo inmobiliario y otras actividades económicas».
Maniobra del PCCh con la COVID-19
La ventaja que China obtuvo al no informar debidamente sobre el virus que ocasionó la respuesta tardía de Occidente fue fundamental a la hora de planificar hacia el 2035.
La COVID-19 también es una oportunidad para el emprendimiento tecnológico chino. Además de las vacunas y sus réditos diplomáticos, las plataformas digitales desarrolladas en china o extranjeras, pero con vínculos chinos, gozan de éxito exponencial durante el transcurso de la pandemia, como es el caso de Zoom, Alipay y las empresas de domicilios en China.
El dominio de la red 5G le ha dado a China la capacidad de generar soluciones y nuevos componentes tecnológicos para el mercado después del coronavirus a pesar de que las sanciones americanas han golpeado con dureza a gigantes como Huawei o ZTE.
Por otro lado, el PCCh ha cubierto su carencia de experiencia y conocimiento de alta tecnología con fraude y robo de propiedad intelectual hecho por décadas a Estados Unidos, Europa y países de Asia. Esto permite que China sea potencia de innovaciones en diferentes campos. Uno de ellos el de la inteligencia artificial, futuro de las telecomunicaciones.
La democracia y la libertad juegan un papel importante
Las violaciones a derechos humanos por parte del PCCh han tomado fuerza gracias al acceso tecnológico por parte de la ciudadanía. Las protestas en Hong Kong, que no cesan desde 2019, tuvieron un impacto profundo en los países vecinos, por lo cual China ha reforzado sus restricciones.
El expresidente Donald Trump tomó decisiones clave para enfrentar la amenaza del PCCh y dio resguardo a víctimas del régimen comunista. Dichas acciones dieron oxígeno a la presencia americana en Asia y han influenciado las inversiones extranjeras en China y Hong Kong.
La apuesta de las administraciones de Trump y Joe Biden por reducir la dependencia de Estados Unidos de China ha tomado forma con las sanciones en defensa de los derechos humanos y la seguridad nacional.
Ahora el crecimiento tecnológico chino está sufriendo un revés al no contar con los suministros necesarios para continuar sus desarrollos. Empresas japonesas, taiwanesas y surcoreanas están limitadas en su abastecimiento a empresas chinas.
Excepciones a la regla democrática
Con la iniciativa Franja y Ruta y la diplomacia de las vacunas, China ha logrado que democracias occidentales se dobleguen al régimen comunista. Además, el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) trazó el límite para los ordenamientos jurídicos europeos a la hora de velar por los derechos humanos en China.
Países de África y Latinoamérica se han visto beneficiados con los créditos que el régimen chino otorga para la construcción de infraestructura con miras a participar del ambicioso plan chino Franja y Ruta.
Al trazar la nueva ruta de la seda, el mercado chino espera conectarse con todo el mundo mediante infraestructura y fuertes inversiones en minería y extracción petrolera. Puertos, vías férreas, autopistas e inversiones en minería y petróleo son puestos en marcha por el PCCh fortaleciendo a sus países aliados.
Además, la gigantesca inversión de Tesla en China ha demostrado que a pesar de las sanciones americanas, los empresarios de Occidente desestiman el peligro del PCCh y se encaminan por el bajo costo de la industria china. Según informes de Beijing, la venta de vehículos europeos y americanos tuvo un fuerte crecimiento durante el 2020 gracias a la contención de la pandemia.
Camilo Bello is a consultant focused on Asia Pacific studies and has experience in strategic management. He has studied law in Colombia and is currently pursuing studies in language and history at National Taiwan Normal University. He has collaborated with Students for Freedom in Hong Kong and Taiwan // Camilo es consultor enfocado en estudios de Asia Pacífico y experiencia en gestión estratégica. Cuenta con estudios en Derecho en Colombia y actualmente se encuentra realizando estudios en lenguaje e historia en National Taiwan Normal University. Colaborador de Estudiantes por la Libertad en Hong Kong y Taiwán