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Christopher Landau explica la profundidad e importancia de la relación entre América y México

Christopher Landau explica la profundidad e importancia de la relación entre América y México

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Conversamos con Christopher Landau, exembajador de los Estados Unidos en México de agosto del 2019 a enero del 2021, tiempo en el cual se convirtió en un protagonista no sólo del alto proceso diplomático, sino incluso de las redes sociales en México. Sin duda ha sido uno de los embajadores americanos más apreciados en México durante las últimas décadas.

He aquí un resumen de nuestro diálogo:

Cuando te avisan que el presidente Trump decidió nominarte como embajador en México ¿Cuáles eran tus expectativas respecto al país y lo que iba implicar el cargo? ¿Qué tanto se asemejaron o diferenciaron de la realidad?

Mira la relación entre Estados Unidos y México es una relación compleja, tenemos varios retos, como la migración y el narcotráfico; pero también muchas oportunidades sobre todo en el marco económico. Yo sabía que no iba a ser una gestión diplomática de recepciones y champagne, iba a ser de trabajo duro, pero también de trabajo muy importante, porque yo creo que esa relación entre nuestras dos naciones es la relación diplomática más importante del mundo.

Yo creo que para Estados Unidos y para México no hay ningún otro país que influya de manera tan directa en el bienestar y la prosperidad doméstica del país. Así que yo sabía que iba a ser un gran reto, pero nunca imaginamos lo que iba a venir con la pandemia. Yo había estado en México apenas 7 meses cuando comenzó la pandemia, que a todos nos cambió la vida de manera total, y eso complicó bastante las relaciones; cosas como, por ejemplo, el proteger las cadenas de valor y de suministro de nuestras economías, de repente se volvieron muy críticas.

Como tú muy bien lo dijiste, creo que ese año y medio que yo estuve de embajador en México fue muy dramático y creo que más o menos pusimos 10 años de drama en este año y medio: con la pandemia, la ratificación del tratado de libre comercio, la entrada en vigor de este tratado o la visita del presidente de México a Estados Unidos, además de algunos temas de seguridad, como la masacre de la familia americana cerca de la frontera, allá en Sonora. Fueron momentos muy, muy dramáticos.

Cuando uno acepta un puesto de este tipo, nunca se sabe lo que va a pasar. Yo siempre digo que la relación entre Estados Unidos y México es como una relación familiar, que estamos en el mismo equipo aunque obviamente tenemos diferencias, pero son cosas que tenemos que resolver como la familia los resuelve.

¿Cómo veía a México Trump y su administración? Porque desde México la visión que impulsaban ciertos medios de comunicación era de que había un rechazo un desprecio de su parte hacia el país. Sin embargo, durante el 2019 (que fue el primer año en que usted fungió como embajador) México logró convertirse en el principal socio comercial de Estados Unidos y en este tiempo se logra el tratado de libre comercio.

Para el presidente Trump la soberanía nacional es primero, por eso su campaña decía “America First” y él cree que todas las naciones deben tener el mismo interés de promoverse a sí mismas. Así que él respetaba totalmente la soberanía de México. A él no le interesaba decirle a México lo que México tenía que hacer dentro de sus fronteras. Él era muy respetuoso y decía: “nosotros en nuestro territorio vamos a hacer lo nuestro, ustedes allá hagan lo suyo”.

El presidente Trump tuvo muy buenas relaciones con el Gobierno de México, por eso yo creo que no es un accidente que la única visita internacional hasta ahora del presidente López Obrador ha sido justamente a Estados Unidos para verse con el presidente Trump en la Casa blanca. Yo creo que el presidente López Obrador reconocía que el presidente Trump no le estaba tratando de decir “mira, tú debes hacer esto, está otra cosa allá en tu país”.

Quiero subrayar que Trump reconoció la gran importancia de México para Estados Unidos dentro del marco internacional. Yo creo que durante muchos años los presidentes de Estados Unidos se han enfocado mucho en otras partes del mundo (en el medio oriente, sobre todo) y creo que más cerca de casa tenemos que resolver los problemas que tenemos acá en primer lugar.

Para Trump la relación con México era algo absolutamente fundamental dentro de su política exterior y justamente por eso yo quería ese cargo de embajador en México bajo el presidente Trump. Y sí como, tú lo dijiste, me molestó mucho que en varios sectores (en Estados Unidos y en México) se decían muchas cosas del presidente Trump que no eran ciertas.

Había toda una narrativa falsa respecto al presidente Trump. Cuando el presidente Trump dice “America First” no es por despreciar a otros países, sino que como americano, como nacionalista y patriota obviamente va a poner en primer lugar los intereses de su propio país.

Sin embargo, eso no quiere decir que no pueda tener buenas relaciones con otros países o que eso no le interesa, al contrario, pero siempre dentro del marco de que él es el presidente de Estados Unidos y por eso siempre tiene que pensar en los intereses de Estados Unidos, eso es natural.

Yo creo que reconocer la soberanía de todos es la mejor forma de negociar a nivel diplomático y por eso las relaciones entre México y Estados Unidos llegaron a sus mejores niveles en muchas décadas durante el período de Trump.

Cuando en México estaba la campaña del 2018 había temores en buena parte de la de la sociedad mexicana de que cuando llegara a López Obrador a la presidencia sucedería un choque de trenes con Trump. Sin embargo, contra lo que muchísima gente hubiera esperado, se da una buena relación, de entendimiento y de respeto ¿Cómo se construye y se vive esta relación con el Gobierno mexicano y cómo resiste el ataque, digamos, o la mala fe de ciertos medios de comunicación que literalmente buscaban “picar pleito”?

Tienes toda la razón, el presidente Trump y López Obrador se sentían muy bien porque ambos habían luchado contra la élite de sus países y ambos son nacionalistas que ponen en primera plana los intereses de su propio país. Ambos reconocieron que era importante para su propio país tener una buena relación con el otro.

Cuando le presenté mis cartas credenciales al presidente López Obrador, la primera vez que nos encontramos, él me dijo: “yo reconozco la importancia de la relación con Estados Unidos. La geografía, la historia nos han unido”. Para todos fue muy importante lograr la entrada en vigor del tratado de libre comercio, porque eso nos pone el mismo equipo y para ambos es muy importante reconocer que estamos en el mismo equipo.

Como muy bien lo dijiste, había mucha gente que quería promover un conflicto entre los dos, pero ambos decían: “No. Nosotros queremos buenas relaciones” y creo que para muchos fue una gran sorpresa esta relación. Para mí realmente no, porque como te dije desde un comienzo, yo había visto que tenían cosas en común, se entendían muy bien cuando se hablaban y ambos son personas muy directas.

Otra cosa es que el presidente López Obrador y el presidente Trump no se sienten atados por el pasado. Había existido durante muchas décadas una dinámica en las relaciones entre México y Estados Unidos donde México (sobre todo en foros internacionales) le daba patadas a Estados Unidos, para distanciarse de vez en cuando. López Obrador dijo “basta”, él no se sentía atado al cómo habían estado las cosas antes.

Esto nos dio una oportunidad para crear una nueva relación sin, digamos, todo el teatro del pasado.

Christopher Landau (derecha) reconoce la importancia de México para la economía de Estados Unidos, y viceversa. Imagen: U.S. Department of Agriculture
Christopher Landau (derecha) reconoce la importancia de México para la economía de Estados Unidos, y viceversa. (U.S. Department of Agriculture)
¿Cuáles consideras que fueron tus dos o tres principales aprendizajes en este periodo respecto a México respecto a la relación bilateral? ¿Qué es lo que te llevas de este año y medio?

Una cosa muy importante para mí es que los países tienen que cooperar. Mi rol como embajador en México siempre fue de tratar de explicarle al gobierno y la sociedad mexicana los retos que enfrentamos y tratar de coordinar nuestras respuestas a esos retos, pero una cosa que aprendí es que al fin y al cabo cada nación tiene que hacer, lo que tiene que hacer, dentro de sus propias fronteras y es mucho más fácil hacerlo uno mismo que pedirle a otro país a hacer las cosas para ti.

Por ejemplo, en cuanto a las a las drogas yo creo que hay mucho más que nosotros tenemos que hacer en Estados Unidos. Obviamente, tenemos que cooperar con México, pero tampoco podemos hacer outsourcing y dejarle el tema a México, al fin y al cabo, es nuestro problema. Queremos siempre exigir y pedir el apoyo de México, porque también es un problema para México, pero al fin y al cabo cada país tiene que tener su propia estrategia para combatir estos problemas.

Lo mismo con temas de migración. [Respecto a] La migración irregular (que no es solamente una cuestión de mexicanos, porque ahora hay gente de todo el mundo que viene de Centroamérica, de África, de Asia, es un tema global) me da mucha pena cuando estamos hablando siempre de: “bueno vamos a dar dinero a este país o este otro país para arreglar sus problemas”. Al fin y al cabo, nosotros no vamos a solucionar los problemas en otros países; tenemos que primero ver lo que podemos hacer aquí. Si no aplicamos nuestras leyes aquí, sobre todo contra las empresas que contratan con impunidad a personas indocumentadas, no vamos a resolver el problema.

Eso fue algo de lo que me di cuenta muy rápidamente. Sí, necesitamos la cooperación de México, pero México no va a resolver nuestros problemas por nosotros.

Otro aprendizaje fue la gran integración de nuestras economías. Cuando comenzó la pandemia, el año pasado y ambos países cerraron de manera bastante repentina durante el mes de marzo, teníamos definiciones distintas de [cuáles eran las] industrias esenciales que podían continuar operando y tenemos también cadenas de suministro y valor muy importantes para ambas economías. Un producto hecho en Estados Unidos puede recibir y recibe a componentes de México.

Para mí fue realmente interesante porque algunas industrias que en Estados Unidos fueron consideradas esenciales y continuaban trabajando tenían problemas gravísimos al comienzo, porque no les llegaban los componentes de México. Me llamaban y me decían: “vamos a tener que cerrar dentro de 4 días si no recibimos estos componentes”.

Así que es realmente Increíble cómo nuestras economías se han ido integrando. A mí me contaron que si hubiéramos cerrado la frontera terrestre al comercio internacional cuando comenzó la pandemia, Estados Unidos hubiera entrado en recesión en unos 5 días. Realmente nuestra economía depende de México, y viceversa. Creo que mucha gente no entiende la gran importancia económica de ambos países, el uno para el otro.

¿Qué opinas respecto a la actual situación en la frontera? Ya ha alcanzado proporciones dramáticas el incremento de las personas están tratando de pasar, sobrepasando la infraestructura. ¿Cómo ves esta situación en la frontera y cómo crees que se pudiera ir resolviendo?

Es una enorme tragedia realmente, porque hay mucha gente pobre y desesperada en Centroamérica y en todo el mundo, sobre todo ahora con el COVID-19. Es una tragedia dar a la gente una esperanza falsa o incentivarla a tomar este viaje tan peligroso. La violencia contra la gente que viene de Centroamérica y cruza México para tratar de entrar a Estados Unidos es terrible. Esto no puede ser así.

Yo acabo de escribir un artículo para el New York Times sobre este tema [planteando] que nosotros tenemos que mostrar nuestro compromiso con el Estado de derecho y aplicar nuestras leyes migratorias.  Si le decimos a esta gente: “Bueno, si ustedes vienen, sí a lo mejor les dejamos entrar” eso incentiva a esta pobre gente a pagar todo lo que tienen y emprender este viaje tan peligroso; y después llegar a Estados Unidos y trabajar de manera indocumentada, sin protección legal, sin seguro social, sin ser ser parte de nuestra sociedad.

Lo que necesitamos es agilizar los programas que permiten a las personas venir a trabajar, a ganar dinero, nosotros también necesitamos la mano de obra, pero todo de manera legal y lo peor para mí ha sido ver al gobierno actual de Estados Unidos incentivando esta ola de migración indocumentada que no es buena para nadie, sobre todo durante una pandemia.

Es terrible que a esta pobre gente se le pone en tráilers como si fueran animales, porque realmente el control de muchos de estas rutas está en manos de los elementos criminales en México (los coyotes, los polleros) y a esa gente no le interesa la vida humana, solamente le interesa el dinero y realmente es un grave abuso de nuestras leyes de asilo y sobre todo es una explotación a esta gente.

La elección que tenemos es si vamos a tener migración controlada y legal, o descontrolada e ilegal. Lamentablemente la administración actual está incentivando la migración ilegal y descontrolada. Francamente lo peor para las familias es que mandan a sus hijos o hijas.  No sé si has visto las imágenes de la gente, pues tirando a niños sobre el muro. Es una enorme tragedia y absolutamente totalmente causada por las acciones del Gobierno de Biden.

Nosotros durante el Gobierno de Trump habíamos logrado los niveles de migración irregular más reducidos en muchas décadas, y así debe ser, porque algo que hace grande a Estados Unidos es justamente el respeto por la ley y la aplicación de la ley.

Es muy penoso para mí ver estas imágenes de la frontera y saber que esta es una crisis creada por políticos, y no sé dónde termina esto, porque la administración actual en Estados Unidos está hablando de ayudar económicamente a Centroamérica y otros países. Hemos estado haciendo eso durante muchos años y ojalá funcionara, pero eso es un proyecto de muy largo plazo y no va a resolver la crisis actual.

Si le dices a la gente: “Mira si ustedes llegan a Estados Unidos de manera indocumentada, los vamos a dejar pasar, le vamos a dar educación gratuita, servicio médico gratuito” van a venir. Así que realmente me parece muy cínica la política actual del Gobierno americano, que está incentivando eso; que tampoco le conviene a México, sobre todo durante una pandemia, el que se desate una ola de migrantes de todo el mundo.

Eso es algo bastante nuevo, que el fenómeno migratorio no es mexicano. Estamos viendo a gente de todo el mundo que quiere entrar ilegalmente a Estados Unidos y usan a México como un felpudo. No creo que eso ayude a Estados Unidos o a México, por eso creo que tenemos intereses en común.

Esto no es nada contra los migrantes, al contrario, Es para prevenir el maltrato a los migrantes y tragedias como las que estamos viendo ahora. Somos un país de migrantes, mis propios padres son migrantes. Yo reconozco los grandes aportes de los migrantes a nuestra sociedad, sobre todo los migrantes mexicanos e hispanos, pero debe ser una migración legal, controlada, y por eso tenemos que aplicar nuestras leyes y no dejar a cualquiera en cualquier momento, y ese es el problema que tenemos ahora.

Sí, las historias que se cuentan en el camino hacia la frontera son verdaderamente dramáticas. En México uno se entera de historias de auténticamente de terror y que además seguramente se han se han multiplicado con el Gobierno de Biden, generando expectativas que luego no se van a no se van a cumplir.

Uno de los asuntos peores es el abuso del sistema de asilo. El asilo bajo nuestra ley es un privilegio creado tras la Segunda Guerra para personas perseguidas por su propio gobierno. La idea era para dar crear un sistema para la gente perseguida por los comunistas, por Hitler. No es un programa para gente que se encuentra en pobreza o que viven con violencia generalizada en su sociedad.

Eso se ha abusado. A la gente le dicen: “Bueno, si usted dice esto o esta otra cosa” ya les dan entrada a Estados Unidos, aunque realmente eso no tiene nada que ver con nuestras leyes de asilo y es un abuso total. Hasta que tengamos una reforma de esta ley veo muy complicada la situación en la frontera. La peor tragedia es para los migrantes mismos. Me acuerdo que estuve en Veracruz hace algunos meses, finales del año pasado, y el gobernador me comentó en esos momentos que habían encontrado un tráiler con cien personas o más a bordo, abandonado por los polleros.

El otro día quería ver exactamente cuál era ese dato, lo busqué en internet y encontré que desde mi visita a Veracruz habían encontrado ya otros tres o cuatro trailers abandonados, uno incluso con 233 personas a bordo. Así no puede ser. Espero que todos entiendan que esta gente que dice que quieren hacer la cosas de manera humana, están haciendo lo menos humano y yo creo que ellos lo entienden muy bien, por eso esto no ha sido una sorpresa para nadie.

Yo sabía muy bien que la primera crisis de la administración Biden iba a ser justamente esta crisis, porque hay mucha desesperación en muchas partes del mundo y mucho interés en venir a trabajar a Estados Unidos. Y si tú mandas un mensaje que la gente, aunque llega de manera ilegal, va a ser bienvenida, estás dando todos los incentivos incorrectos, y eso no es bueno para nadie, mucho menos para la gente que trabaja en Estados Unidos.

Estaba leyendo justamente la historia de César Chávez, que organizaba en los años 70 a los trabajadores mayoritariamente Mexicano-Americanos aquí en Estados Unidos y él entendía que una migración descontrolada era muy difícil, pues para la gente que ya estaba aquí trabajando. Tiene que ser migración controlada para el bien de todos, no hay otra alternativa y bueno, vamos a ver lo que pasa ahora, pero a mí realmente me da mucha pena, porque esto no tenía que haber pasado.

Sí, es una crisis absolutamente innecesaria y absolutamente resultado de engañar a la gente con mensajes entrecruzados.

Los únicos que se benefician de esto son los polleros, para ellos son los mejores días de su vida. Yo supongo que todos ellos tienen el retrato de Biden en sus casas; para ellos es un genio, pero para toda esta pobre gente [los migrantes] va a ser una pesadilla.

Finalmente, ¿Cómo visualiza Christopher Landau el futuro de la relación entre México y los Estados Unidos? Había quienes llegaban incluso a coquetear desde el ámbito académico con una integración monetaria tipo Unión Europea; hay quienes dicen que por el contrario la relación tiene que ser cada vez más separada y que cada quien por su lado. ¿Cómo ves los siguientes 15 o 20 años de la relación entre los dos países?

La relación entre los dos países se irá fortaleciendo en general. Es muy positivo que hayamos firmado este nuevo acuerdo comercial que es bueno para ambos países, también para Canadá.

Las relaciones son ya lo suficientemente profundas y van a continuar fortaleciéndose a pesar de quien esté en la Casa Blanca o en Palacio Nacional, porque van mucho más allá de los presidentes. Hay una tendencia siempre de pensar en las relaciones entre los países de una manera bastante personal y decir: ¿Quién es el embajador o la embajadora? ¿Quién es el presidente?”, pero realmente los embajadores, somos todos nosotros. Somos todos a los que nos interesa lo que pasa en otro lado de la frontera, los que tenemos familia allá, los que trabajamos en un lado de la frontera u otro, los que invierten en cada país.

A mi me hace optimista que las relaciones se han descentralizado mucho a través de los años y creo que eso es algo positivo porque los lazos familiares, culturales, económicos, se han ido profundizando y esto es algo muy bueno.

En cuanto a la integración, yo creo que tenemos culturas bastante distintas, hablamos idiomas distintos, tenemos mucho en común también; pero yo creo que para mí la soberanía nacional es primero y yo dudo que México o Estados Unidos entrarían, digamos, en un acuerdo para rendir parte de su soberanía nacional y crear una estructura supranacional, como lo han hecho en Europa.

Ahora estamos viendo que la Unión Europea también tiene muchos problemas y yo no veo realmente esa posibilidad. Lo que sí veo es una profundización de los lazos económicos, culturales, pero no un paradigma distinto.

¿Algún mensaje final para la para la audiencia de El American?

Yo quiero agradecer al pueblo mexicano por haberme acogido con tanta calidez durante mi estadía en México a mí y a mi familia. A pesar de la pandemia, fueron los años más felices de mi vida profesional.

Me encantó conocer el gran país de México. Yo ya había estudiado la historia de México y hablaba español, pero realmente lo goce viajando a través del país. México es un país muy rico, muy diverso, y gracias a Dios tuve la oportunidad de conocer todos los estados de México, conocer la gran variedad de su gente, de su geografía, de su gastronomía, de su cultura.

Espero que la gente de ambos países nos podamos conocer mejor. Creo que en México y en Estados Unidos hay estereotipos del otro, y lo más importante es conocer la realidad del otro país.

Yo sé, Gerardo, que tú conoces muy bien Estados Unidos, pero yo espero que más mexicanos los conozcan y también que más americanos conozcan mejor a México y no solamente el México, digamos de los mariachis y de la playa, sino también en México de la de la economía del Siglo 21 y todos los Méxicos, pues al igual que Estados Unidos, son países muy grandes con una gran diversidad de gente, que es nuestra riqueza al fin y al cabo.

Gerardo Garibay Camarena, is a doctor of law, writer and political analyst with experience in the public and private sectors. His new book is "How to Play Chess Without Craps: A Guide to Reading Politics and Understanding Politicians" // Gerardo Garibay Camarena es doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su nuevo libro es “Cómo jugar al ajedrez Sin dados: Una guía para leer la política y entender a los políticos”

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