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Cobra Kai temporada 4, ¿se ha vuelto woke en manos de Netflix?

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La serie Cobra Kai se ha convertido en un éxito de audiencia y en todo un fenómeno cultural, especialmente después de que Netflix se la comprara a YouTube Red en 2020. Aunque Netflix distribuyó en exclusiva su tercera temporada, la serie aún estaba producida por YouTube, y no ha sido hasta el reciente estreno de la cuarta temporada que hemos podido ver Cobra Kai como cien por cien producto de Netflix.

Netflix se ha ganado la fama de realizar producciones de marcada ideología woke, mientras que Cobra Kai ha sido prácticamente la única excepción en este sentido en los últimos años. Cobra Kai no solo no había sucumbido a esta moda de progresismo woke, sino que, de hecho, se burlaba abiertamente del mismo. Es por ello que se esperaba con gran expectación —y cierta dosis de morbo— el estreno de la cuarta temporada de Cobra Kai para ver hasta dónde podría haber influido Netflix en el rumbo de la serie.

¿Se ha transformado Cobra Kai en woke por culpa de Netflix?

La respuesta corta es no. Aunque sí hay ciertos indicios de viraje ideológico en la nueva temporada.

Últimamente está de moda recurrir a los éxitos de los años ochenta para hacer toda clase de remakes, reboots, secuelas, y spin-offs. La nostalgia se ha convertido en casi el único recurso ante la falta de originalidad de las nuevas generaciones de creadores. Esta falta de originalidad y atrevimiento puede encontrar su explicación en la feroz cultura de la cancelación imperante, que atenaza y encorseta a los artistas, incapaces de asumir riesgos en sus historias por miedo a perder sus carreras profesionales.

La apuesta segura para ganarse el beneplácito de una industria ostensiblemente escorada a la izquierda es contar historias que no se salgan del relato progresista, ni osen contradecir la ideología de base marxista.

El materialismo dialéctico marxista, otrora centrado en el conflicto entre patrón y obrero, ahora se ha extendido a otros campos, incendiando la sociedad con tensiones entre hombres y mujeres, entre razas, entre orientaciones sexuales, y últimamente incluso en función al historial médico de las personas.

Este marco ideológico explica que todos los revivals de los clásicos ochenteros se dediquen a demoler —o utilizando el propio lenguaje woke, a deconstruir— los personajes e historias tradicionales. Ahora un Master del Universo no puede ser un hombre blanco heterosexual, sino que ha de serlo una mujer empoderada. Ana Bolena tiene que ser negra, y el próximo James Bond probablemente sea exótico, transgénero y con alguna cualidad que le otorgue puntos extra de victimismo y opresión.

Sin embargo, Cobra Kai ha sido un espléndido oasis en esta travesía en el desierto woke en el que se ha convertido el entretenimiento. Cobra Kai también llevó a cabo esta subversión de la película original, pero de una forma muy diferente. Cobra Kai redime y reivindica al “malo” de las películas originales, Johnny Lawrence, mientras que baja de su pedestal al héroe de toda una generación, Daniel Larusso.

En las tres primeras temporadas de la serie hemos podido ver a Johnny Lawrence como un héroe. Fallido y en evolución, pero como el héroe al fin y al cabo. Encaja en el modelo del “underdog” y del sueño americano. Es ese perdedor entrañable con el que nos identificamos porque lucha ante la adversidad, se esfuerza más con cada fracaso, y mantiene su buen corazón y su personalidad aunque no encaje.

Resulta sorprendente que aunque no se diga explícitamente, el personaje sea un “trumpista”. Johnny Lawrence bebe cerveza Coors —y solo cerveza Coors— detesta todo lo woke, todo lo moderno, todo lo antiamericano y todo lo políticamente correcto. A base de golpear primero y golpear más fuerte, se dedica a sacar de las cabezas de sus jóvenes alumnos la mentalidad woke y victimista que los tenía sumidos en la depresión, sin propósito en la vida, y siendo presa fácil de los abusones.

El personaje de Daniel Larusso, por contra, ha sido bajado de los altares. Aunque tampoco se dice de forma expresa, es representado como un esnob progresista y demócrata, que se dedica a la importación de coches extranjeros, a beber soja y a creerse el más solidario, empático y comprometido con la justicia social del barrio. Vemos como su aparente éxito en la vida está construido sobre unos cimientos endebles, y a lo largo de la serie tiene que replantearse sus decisiones para que su mundo no colapse.

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Los tres protagonistas veteranos de la saga: William Zabka (I), Martin Kove (C), Ralph Macchio (D). (Flickr)

A diferencia de los productos woke que se dedican a deconstruir personajes de toda la vida, ridiculizándolos o intentando hacernos ver que habían sido injustamente privilegiados, Cobra Kai no es cruel ni se ensaña con nadie. Hasta ahora vemos como todos los personajes están en un arco de redención, de aprendizaje, de entendimiento y acercamiento entre ellos. En estos tiempos de polarización y señalamientos, Cobra Kai es un respiro casi milagroso, pero sobre todo es rabiosamente divertida y original.

Los cambios en la cuarta temporada de Cobra Kai

La cuarta temporada producida por Netflix tiene un nuevo elemento preocupante, que según como se gestione en la quinta, puede suponer un cambio fundamental en el espíritu de la serie. Se trata del personaje de Terry Silver, recuperado de la película The Karate Kid III.

El nuevo villano de la serie retoma el cliché del empresario rico malvado. Aunque ha hecho cosas muy malas, aún no ha cruzado ninguna línea de no retorno y es posible que al final se redima, pero sí resulta llamativo y preocupante que Netflix se haya apuntado al recurso fácil del “ricachón inherentemente malo”, lo cual podría terminar tirando por la borda la esencia de la serie.

Hasta ahora Cobra Kai ha sido el mejor antídoto cultural contra la locura de la cultura woke y de la cancelación imperantes. Confiemos en que Netflix aprenda de su ejemplo y de su éxito, y la mantenga como hasta ahora.

Ignacio Manuel García Medina, Business Management teacher. Artist and lecturer specialized in Popular Culture for various platforms. Presenter of the program "Pop Libertario" for the Juan de Mariana Institute. Lives in the Canary Islands, Spain // Ignacio M. García Medina es profesor de Gestión de Empresas. Es miembro del Instituto Juan de Mariana y conferenciante especializado en Cultura Popular e ideas de la Libertad.

Social Networks: @ignaciomgm

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