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Cómo el viaje de Pelosi a Taiwán desafió con éxito a China y qué esperar a continuación

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La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aterrizó este martes en la isla de Taiwán, democráticamente autogobernada, a pesar de que Pekín lanzó una larga lista de amenazas contra Taiwán y Estados Unidos con el fin de impedir el viaje de Pelosi a la isla. Aunque China ha anunciado que el Ejército Popular de Liberación iniciará ejercicios militares cerca de Taiwán, la respuesta al viaje de Pelosi a Taiwán ha sido (hasta ahora) más moderada que las medidas que algunos analistas y medios de comunicación estatales chinos repitieron.

Los expertos de los medios de comunicación chinos advirtieron que el EPL podría escoltar el avión de Pelosi fuera del espacio aéreo taiwanés, impidiéndole realizar su visita a la isla. Funcionarios chinos dijeron en numerosas ocasiones que el EPL no se quedaría de brazos cruzados mientras Pelosi intentara viajar a la isla y el jefe de Estado chino Xi Jinping, advirtió a Biden contra ese viaje en una llamada telefónica a principios de la semana pasada.

La respuesta hasta ahora ha sido 20 aviones volando en la Zona de Identificación de Defensa de Taiwán (algo habitual en Taiwán hoy en día), una vaga amenaza de “operaciones militares selectivas”, algunos ejercicios militares y una protesta contra el embajador de Estados Unidos en China. De hecho, el periódico estatal Global Times (portavoz del PCC) prácticamente confirmó que China no dará una respuesta contundente al viaje, afirmando que las contramedidas al mismo serán “opciones a largo plazo, decididas y en constante avance”.

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El viaje de Pelosi a Taiwán se produjo a pesar de las amenazas del PCC (Imagen: EFE)

China fracasó en su estrategia para impedir el viaje de Pelosi a Taiwán

Pekín lanzó un reto calculado a Estados Unidos y Taiwán cuando decidió calificar el viaje de Pelosi como un incidente internacional. El objetivo era claro, mostrar músculo y obligar a Biden a decirle a Pelosi que cancelara el viaje. Esto, a su vez, pondría a China en una posición fuerte en su relación con Estados Unidos y convencería a Taiwán de que Estados Unidos no era un socio fiable. Al fin y al cabo, si Estados Unidos no es capaz de aterrizar un avión diplomático en la isla, ¿cómo van a defender a Taiwán militarmente?

Aunque el viaje de Pelosi sigue en marcha, la realidad es que el resultado preferido por China (que Pelosi cancelara su viaje) no se produjo. A pesar de todas las fanfarronadas y el ruido de sables del ejército chino, el EPL no impidió que una alta funcionaria extranjera desembarcara en una isla que consideran en rebelión contra su gobierno. Ahora que Pelosi está en la isla, cualquier acción militar contra Taiwán es mucho más arriesgada para el PCC. Si el EPL decidió no interceptar el avión de Pelosi, entonces es mucho menos probable que hagan algo de magnitud mientras la presidenta de la Cámara de Representantes esté en la isla.

La apuesta de China fracasó, mientras convencían a Biden de que el viaje de Pelosi era contraproducente, la presidenta de la Cámara de Representantes ignoró al presidente y viajó de todos modos sin represalias directas del EPL. El hecho de que China decidiera aumentar su retórica belicosa sobre el viaje de Pelosi únicamente para no cumplir sus propias amenazas podría incluso debilitar la credibilidad de sus amenazas en el futuro.

Sin embargo, esto no significa que China no vaya a reaccionar de alguna manera contra Taiwán o que su posición estratégica haya cambiado significativamente. Como informó el Global Times, China podría utilizar el viaje de Pelosi como excusa para intentar controlar el espacio aéreo y las aguas de la isla para “asegurarse de que no haya un segundo viaje de Pelosi”. Además, el ejército chino ha crecido mucho en los últimos años y los funcionarios estadounidenses creen que podrían montar una operación contra la isla, gobernada democráticamente, en los próximos años.

El viaje de Pelosi a Taiwán también puso de manifiesto las dificultades internas de Estados Unidos para responder a una posible invasión china de Taiwán, ya que no hay consenso interno sobre cómo (o si) Estados Unidos debe defender la isla. Biden no aprobó el viaje de la presidenta y, a pesar de que muchos senadores republicanos apoyaron la decisión de Pelosi, algunos activistas conservadores se mostraron muy escépticos con el viaje de la presidenta. Además, la adhesión a la política de “una sola China” y la ambigüedad estratégica presentan contradicciones respecto a la forma en que Estados Unidos debería reaccionar ante una invasión a través del estrecho.

Aunque China podría haber parpadeado hoy en el viaje de Pelosi a Taiwán, la amenaza a la isla se cierne ominosamente en el fondo y los responsables americanos deben decidir cómo o si Estados Unidos la detendrá.

Daniel Chang

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