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María Rivera, constituyente chilena, presentó un proyecto de norma que pretendía disolver los poderes del Estado y constituir, en su lugar, una Asamblea Plurinacional.
“Proponemos disolver las actuales instituciones estatales y reemplazarlas por una única asamblea, que concentre todos los poderes y sea organizada de manera distinta, con representantes electos desde sus territorios y lugares de trabajo”, dijo Rivera.
Disolver los poderes del Estado
La propuesta en concreto era que esta asamblea estuviera compuesta por los diferentes sectores de la sociedad, pero sin presencia de propietarios de grandes empresas y tierras, ni banqueros. Además, de evitar la alta jerarquía de las iglesias, la oficialidad de las Fuerzas Armadas y de orden y seguridad, y gerencias de grandes empresas.
También planteaba que la adhesión de representantes de pueblos originarios “sea libre y voluntaria”. “Debe ser garantizado el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos que no quieran ser parte del Estado chileno”.
A pesar de los esfuerzos de Rivera, su propuesta fue rechazada de forma unánime por la comisión. La presentación de la iniciativa dio en medio de la discusión en las comisiones temáticas sobre propuestas de normas.
No se trata del único tema polémico dentro de las comisiones constituyentes. Por ejemplo, la libertad de conciencia y de religión fue el primer apartado temático en ser votado y recibió el voto en contra de la mayoría de iniciativas.
“La propuesta buscaba contribuir en la Convención proponiendo un texto sobre la libertad religiosa y de conciencia en la nueva Constitución y que contaba con más de 28 mil firmas, fue rechazada por amplia mayoría”. Así lo reseñó La Tercera de Chile.
