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COP26 propone un arancel al carbono para contrarrestar emisiones

arancel al carbono

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Durante la conferencia COP26 surgió la idea de un impuesto para contrarrestar las emisiones de carbono sobre las importaciones de bienes o materia primas procedentes de países con altas emisiones.

Por más de 20 años economistas y funcionarios públicos han propuesto un arancel a la huella de carbono para nivelar los campos comerciales y presionar a los socios comerciales de Estados Unidos y Europa para elevar sus estándares de control de emisiones.

El premio nobel de economía de 2018, William Nordhaus, propuso que los países con menores niveles de emisión impusieran un arancel del 3 % sobre las importaciones de los países con mayores emisión. Este año, la Unión Europea (UE), en julio, propuso un arancel a la huella de carbono. La política actual impone un límite a las emisiones, y las compañías deben pagar por el derecho a emitir CO2. Los actuales bonos de carbono en el presente cuestan alrededor de $68 por tonelada métrica de CO2.

Con estos aranceles, tanto los burócratas europeos como americanos, buscan taclear las importaciones de acero provenientes de China. Durante la conferencia del G-20, Estados Unidos y la UE acordaron terminar su disputa comercial por el aluminio y el acero.

Aunque terminarán los aranceles para la importación de acero entre América y Europa, la nueva medida solo permitirá importar una determinada cantidad de acero procedente de la UE y viceversa con las importaciones de acero provenientes de Estados Unidos a Europa.

El impuesto de carbono a las importaciones, tal y como ha sido propuesto por los funcionarios de la UE, impondría un impuesto en los 27 países que la conforman, pero las materias primas de países que tengan sistemas de mitigación de emisiones acordes a los de la UE estarían exentos de estos impuestos.

Un informe hecho por la consultora KPMG muestra que buena parte del mundo desarrollado ha cortado sus emisiones a cambio de subcontratar las actividades que causan la polución en países en vía de desarrollo.

El arancel al carbono pondría en desventaja a los productores chinos sobre sus contrapartes europeas y americanas. (EFE)
El arancel al carbono pondría en desventaja a los productores chinos sobre sus contrapartes europeas y americanas. (EFE)

Según la firma de consultoría, Boston Consulting Group (BCG), un impuesto sobre las importaciones de alrededor de $30 por la tonelada métrica de CO2 podría reducir potencialmente las ganancias de los productores de petróleo en un 20 %, y hasta en un 40 % la de los productores de acero.

Según BCG, en algunos sectores el impuesto podría rescribir por completo las ventajas competitivas. Por ejemplo: “los fabricantes europeos podrían encontrar que el costo del acero chino o ucraniano, producido en altos hornos ahora es menos favorable con el costo del mismo tipo de acero producido en países que requiere métodos más eficientes para reducir las emisiones de carbono”.

El arancel a las emisiones podría privilegiar a los productores de petróleo de Arabia Saudita sobre productores de países como Canadá o Rusia. (EFE)
El arancel a las emisiones podría privilegiar a los productores de petróleo de Arabia Saudita sobre productores de países como Canadá o Rusia. (EFE)

El informe de BCG también indica que, por ejemplo, los productores de petróleo saudíes podrían beneficiarse sobre sus competidores rusos o canadienses, pues al no tener que perforar de forma tan profunda para extraer el crudo, les daría una ventaja competitiva, pues los otros dos productores tienen que incurrir en métodos más intensivos en el uso de energía para extraer la materia prima.

Estados Unidos saldría beneficiado de este acuerdo, pues como lo explica el gerente de la química Dow Inc., Jim Fitterling: “América tiene una gran ventaja de una menor huella de carbono”.

A pesar del apoyo de los burócratas europeos y americanos, todavía está por probarse la eficacia de un arancel a las emisiones. El productor de aluminio ruso, Rusal PLC, ha anunciado tener planes para crear una planta de bajo consumo de energía para vender en Europa, mientras que mantendrá activa el resto de sus plantas para atender la demanda interna y el mercado asiático.

Según The Wall Street Journal, la política podría tener un efecto adverso, pues países como China o Rusia podrían terminar redireccionando sus ventas a países en vía de desarrollo que no cuentan con las restricciones de la UE o Estados Unidos.

Economist, writer and liberal. With a focus on finance, the war on drugs, history, and geopolitics // Economista, escritor y liberal. Con enfoque en finanzas, guerra contra las drogas, historia y geopolítica

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