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Mientras continúa la crisis fronteriza, ¿a dónde deberían ir los migrantes?

As Border Crisis Continues, Where Should Migrants Go?, EFE

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Por Simon Hankinson*

“¿A dónde deberían enviar a los inmigrantes los funcionarios que están abrumados por la cantidad que llega a sus ciudades y refugios?”.

Diana Glebova, de The Daily Caller, hizo esta pregunta sobre la crisis fronteriza a la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, y obtuvo la clásica respuesta evasiva.

Pero esta no es solo una pregunta capciosa, sino más bien un asunto político de importancia nacional provocado por la decisión de la administración Biden de admitir a millones de inmigrantes, sin tomar en cuenta la ley o los límites del Congreso.

El 17 de octubre, Fox News informó que, desde el mes de agosto, Oscar Leeser, el alcalde demócrata de El Paso, Texas, había enviado en autobús a más de 11.000 migrantes ilegales a Nueva York y a 3.168 a Chicago. Mientras que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, solo había enviado 3.300 a Nueva York y 1.000 a Chicago.

Los refugios de Nueva York, al parecer, se llenan de migrantes enviados por un aliado político y no por los gobernadores fronterizos que “utilizan a los migrantes como una herramienta política”. Pero esa no es la narrativa que la Casa Blanca quiere que se escuche.

Es obvio que Leeser siente la presión de su partido para que esta historia se disipe antes de las elecciones de mitad de período. Le puso fin al programa de salida de autobuses de El Paso, alegando que ya no es necesario debido al programa para venezolanos de la administración.

Sin embargo, las 24.000 visas reservadas con este objetivo son cerca de la mitad del número de ilegales venezolanos -40.000- que el Departamento de Seguridad Nacional ha liberado sólo en El Paso, desde finales de agosto. Pareciera que se trata de una pausa temporal para dar un respiro a los candidatos demócratas sobre la crisis migratoria, que se ubica como el cuarto tema más “importante” para los votantes.

La máquina migratoria del Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, procesa la llegada de los ilegales. Les da libertad condicional y los lleva al vórtice de los retrasos en los procesos migratorios. Y, ¿entonces qué sucede con ellos? Vuelos nocturnos a Nueva York y Florida, entre otros destinos, para miles de niños extranjeros no acompañados. Vuelos gratuitos y viajes en autobús, dentro de Estados Unidos, para los adultos y las familias.

Seguido de un alojamiento temporal en las principales ciudades sobrecargadas y arrojadas a un sistema de refugiados que el New York Times llama “luchando por reconstruir”. Ahora tanto venezolanos como cubanos y nicaragüenses se apresuran en las alcabalas respectivas; además de 180.000 afganos y ucranianos que ya se ubican al frente de la fila.

El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, después de haber agotado el espacio en refugios y hoteles alquilados, ha construido una ciudad de tiendas de campaña en la Isla de Randall para hombres solteros. Hasta el momento solo tiene un puñado de residentes, pero dada la crisis de vivienda asequible de la ciudad, y la proximidad del frío, pronto se llenará con una capacidad de hasta 500 hombres.

Adams dijo que Nueva York “podría recibir entre 50 y 75” mil migrantes más, aunque no esté muy claro de dónde proviene esta cifra aproximada. No hay ninguna política u operación creíble en marcha que pueda reducir el flujo en la frontera sur y, por tanto, dar un límite superior a su estimación.

De hecho, en Guatemala, una agencia de la ONU, que obtiene fondos del Departamento de Estado para la “prevención de la migración”, aparentemente reparte mapas e instrucciones sobre cómo cruzar la frontera de Estados Unidos.

Con la política fronteriza de Biden de “Ventanas Abiertas”, llegarán más. Se estima que el equipo de política de inmigración del gobierno planea un nuevo programa que permita a los ciudadanos americanos comunes, e incluso a los residentes temporales, patrocinar a los refugiados. Sin que se realice ningún esfuerzo por volver a implantar los Protocolos de Protección al Migrante o utilizar el Título 42 para reducir la demanda.

Mientras tanto, ¿qué hay acerca de la integración y el asentamiento exitoso de los refugiados en nuestras comunidades? ¿Qué ciudades y pueblos van a ser capaces de sostener esta afluencia incesante, y sin precedentes, de personas necesitadas, mientras nos dirigimos hacia una recesión económica? ¿El gobierno federal tomará prestado para pagar esto indefinidamente? Luego de permitir la entrada de un número récord de inmigrantes ilegales, incluso la administración de Biden sabe que no a todos se les podrá conceder asilo y que muchos de ellos tendrán que ser deportados. ¿Cuál es su estrategia en este sentido?

La Casa Blanca debe responder a estas preguntas. Hasta ahora, lo único que ha hecho es quejarse de que los gobernadores fronterizos envían inmigrantes ilegales a bastiones demócratas como Washington, D.C., Nueva York y Martha’s Vineyard. La Casa Blanca acusa a los gobernadores de hacer política con los migrantes, pero, en primer lugar, la única razón por la que están aquí es debido a la decisión política de la administración de abrir la frontera.

Entonces, señor presidente, ya ha permitido que millones de personas entren al país ilegalmente, y muchas más están en camino. ¿Cuál es su plan?


*Simon es investigador principal del Centro de Seguridad Fronteriza e Inmigración de The Heritage Foundation.

Este artículo forma parte de un acuerdo entre El American y The Heritage Foundation.  

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