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El 11 de julio quedará marcado en la historia de los cubanos como un antes y un después, en la que, tras 30 años los ciudadanos salieron nuevamente a las calles a protestar con una exigencia clara: «¡Abajo la dictadura!» y «¡Libertad!». Al mismo tiempo le dejan claro al régimen que los ciudadanos ya no tienen miedo.
En entrevista para El American, Cristian Crespo, un activista cubano residenciado en Chile desde hace 25 años, manifestó que «en 62 años el régimen no había estado tan vulnerable»
Esta es la protesta antigubernamental más grande que se registra en la isla desde el llamado «maleconazo», cuando en agosto de 1994, en pleno periodo especial, cientos de personas salieron a las calles de La Habana y no se retiraron hasta que llegó el entonces dictador cubano Fidel Castro.
Los cubanos ganaron visibilidad gracias a la campaña #SOSCuba
Los sucesos llegan después de que en los últimos días haya ganado visibilidad internacional la campaña #SOSCuba, lanzada por la sociedad civil debido a la grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.
«Las protestas en Cuba fueron un factor sorpresa para todos, nada fue planificado, sencillamente el 11 de julio quedará para la historia de un pueblo que está cansado», afirmó Crespo.
En Cuba se perdió el miedo
Para el activista este levantamiento es totalmente «en contra del régimen castrista, no es contra el embargo o contra el bloqueo, ni contra el imperio. Son gritos de libertad. Los cubanos ya no tienen miedo».
Cristián Crespo recuerda que Cuba «no puede comercializar con otros países porque no tiene poder adquisitivo para hacerlo», aunque afirmó que los funcionarios de la dictadura castrista «viven como reyes», mientras que el pueblo muere de hambre.
El disidente, quien también huyó de Cuba junto a su familia antes de que Fidel Castro prohibiera la salida a los profesionales, pues su padre es médico, explicó que al no estar vivo el dictador, «los cubanos dejan de sentir terror», y con Miguel Díaz-Canel «el miedo ya no es el mismo».
También aseguró que gracias a la era de las comunicaciones, una vez activos los ciudadanos de La Habana, las otras provincias se armaron de valor y también decidieron alzar su voz y salir a las calles clamando por una vida digna.
Residentes de San Antonio de los Baños, un pueblo de la provincia Artemisa localizado a unos 37 kilómetros al oeste de La Habana, prendieron la mecha en las redes sociales e iniciaron con los llamados de protesta en toda Cuba.
Varios medios de comunicación internacionales reseñaron que los manifestantes salieron a las calles debido al coronavirus que ha afectado hasta este viernes a 275,608 cubanos, de los que han fallecido 1,843, según las cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública del país, aunque la cuesta podría ser más alta.
Sin embargo, el opositor cubano, en conversación con El American, resalta que el origen de las protestas en Cuba a raíz de la situación extrema que viven sus habitantes desde hace décadas y de la que están cansados.
Una semana después de las históricas protestas masivas en contra del régimen, hay 338 personas detenidas o desaparecidas, según el último reporte del Centro de Denuncias de la Fundación para la Democracia Panamericana (FDP).
