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Las Movies: Dau, un mensaje anticomunista contundente

Las Movies: Dau, un mensaje anticomunista contundente

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Dau tiene un mensaje anticomunista contundente. Ignacio García Medina en su espacio Las Movies analiza este experimento cinematográfico y cómo logró convertirse en una radiografía de los daños que causan las ideas marxistas.

DAU iba a ser originalmente una película sobre el físico soviético galardonado con el Nobel de Física en 1962, Lev Landau (apodado Dau), pero acabó convirtiéndose en un proyecto artístico experimental de un tamaño y ambición sin precedentes sobre los horrores del comunismo.

Empezó a gestarse en 2006 e iba a ser una película “biopic” al uso, financiada por diversas empresas privadas, así como por fondos públicos de países europeos como Alemania, Francia, Suecia y Países Bajos. En 2007, el multimillonario y filántropo ruso Serguei Adoniev brindó al proyecto tal apoyo —no solo financiero, sino también ideológico—, que la película pasó a convertirse en un proyecto multimedia —multidisciplinar y experimental— que mezclaba cine, arte y antropología.

Como si de una especie de “Show de Truman” en la vida real se tratara, se construyó el set de rodaje más grande el mundo —con más de 12,000 m2 en la ciudad de Kharkiv en Ucrania— que funcionó como una réplica exacta de una ciudad soviética de las décadas de los 50 y los 60.

Durante varios años se rodaron en este estudio más de 700 horas de metraje, que están siendo estrenados poco a poco en diferentes formatos, todos ellos parte del Proyecto DAU, que por ahora incluye 14 largometrajes, 3 series, 3 conferencias, exposiciones de fotografía y ferias de arte en París, Berlín y Londres.

En este proyecto han participado no solo algunos actores profesionales, sino que también han colaborado y actuado científicos, artistas, músicos, filósofos, figuras religiosas y místicas, así como cocineros, limpiadores, sanitarios, peluqueros, exagentes del KGB y hasta líderes de movimientos neonazis. 

«Dau es anticomunista. No ha recibido cobertura mediática, sino que muchos se han molestado por cosas secundarias. Como siempre la han ignorado y cuando no, la han criticado por ser anticomunista», dijo Ignacio.

Explica que el director se tomó muy en serio la producción. De hecho, algunos participantes renunciaron debido a las exigencias que les hacían. Por ejemplo, el set de rodaje se convirtió en una verdadera ciudad soviética.

«Se nota una obsesión por parte del director de recrear a la Unión Soviética en los años 50. Fue tanto que el set de grabación estaba aislado de la realidad. De hecho, todas las personas querían pasar tenían que utilizar ropa de la época», indicó.

Dau muestra al comunismo como una religión destructiva

En ese sentido, sostiene que en la producción, todo se puede resumir en que el comunismo se termina convirtiendo en una especie de religión destructiva, que se esconde detrás de las máscara del bien común.

«Se convierte en una radiografía de cómo la ideología marxista se cristaliza siempre en atrocidades. Es un mensaje anticomunista muy contundente y potente».

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