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Democracias ausentes en la lucha de los pueblos contra las dictaduras

Las democracias siguen ausentes en la lucha de los pueblos contra las dictaduras, EFE

La fallida reunión de dictadores con jefes de Estado democráticos escenificada en Buenos Aires en el marco de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), ha dejado clara la lucha de los pueblos por la libertad, los derechos humanos y la democracia de la región, pero también ha marcado la grave falta de gobiernos y lideres democráticos latinoamericanos que —incumpliendo sus obligaciones internacionales— siguen ausentes en la lucha de resistencia civil que los pueblos libran contra las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.

La Celac es un instrumento creado por el socialismo del siglo XXI o castrochavismo en Caracas-Venezuela el 3 de diciembre de 2011, promovida los dictadores Hugo Chávez, Raúl Castro, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y por los presidentes Lula da Silva, Cristina de Kirchner, Michelle Bachelet, Leonel Fernández, Ollanta Humala y otros que firmaron la “Declaración de Caracas”. No es un organismo internacional y se define como “un mecanismo representativo de concertación política, cooperación e integración de los Estados Latinoamericanos y caribeños”.

La Celac, que excluye a Estados Unidos y Canadá, es la operación del castrochavismo con la que se conspira abiertamente contra la Organización de Estados Americanos y mediante reuniones de jefes de Estado se trata de dar imagen política a los dictadores señalados por detentar el poder con “terrorismo de Estado” y ser parte del grupo de delincuencia organizada trasnacional que oprime a los pueblos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Es una maniobra de falsificación de narrativa.

La Séptima Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Celac en Buenos Aires concluyó con una declaración de “100 puntos de consenso y 11 declaraciones especiales” que son absolutamente retóricas y que están superadas por la realidad.

No asistió el dictador Venezuela Nicolas Maduro por temor a ser apresado, por la orden de captura internacional que con 15 millones de dólares de recompensa existe contra él acusado por narcotráfico, parte del “Cartel de Los Soles”. Tampoco estuvo el dictador de Nicaragua Daniel Ortega que casi por las mismas razones no sale de su país.

Fundamental la sociedad civil y la prensa libre de Argentina para impedir que la invitación de Fernández/Kirchner al dictador Maduro se concrete. Diversidad de movimientos, grupos ciudadanos por la libertad y víctimas de las dictaduras exigieron el apresamiento del dictador prófugo por narcotráfico en cuanto se encuentre en territorio argentino, se sumaron líderes políticos de oposición con la destacada gestión de Patricia Bullrich que contactó con la agencia antinarcóticos de Estados Unidos DEA para hacer efectiva la captura.

De esta manera, la narrativa de los dictadores castrochavistas con los jefes de Estado democráticos quedó superada por la realidad objetiva, denunciada y probada por los pueblos: el dictador de Venezuela es un criminal buscado internacionalmente que no viaja a países donde hay “Estado de derecho” —aunque como en Argentina exista gobierno paradictatorial— porque será capturado.

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Sin embargo, asistió a la reunión el jefe del sistema dictatorial y dictador de Cuba Miguel Diaz-Canel y recibió trato de jefe de Estado y los jefes democráticos lo aceptaron como igual. Asistieron también el dictador en jefe de Bolivia Evo Morales y su jefe de Gobierno Luis Arce que fueron tratados como gobierno democrático, ignorando que al mismo tiempo cabildos abiertos en todo el país pedían la liberación de más de 200 presos políticos que esta dictadura tiene.

Pese a que los presidentes de Uruguay y Paraguay señalaron a las dictaduras y el de Chile se refirió a Nicaragua, el evento demostró la absoluta ausencia de los líderes y gobiernos democráticos de América Latina en la defensa de la libertad, los derechos humanos y la democracia que los ha empoderado y los protege. Todos le dan trato de jefes de estado y se igualan con los dictadores y jefes de narcoestados compartiendo la reunión y el documento final.

Ninguno de los “110 puntos de conceso y 11 declaraciones” resultado de la reunión menciona a los “presos y exiliados políticos de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua” y menos propone algo para cesar ese oprobio. NO hay una palabra oficial sobre la lucha de los pueblos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, que en resistencia civil son perseguidos, apresados, torturados y forzados al exilio con la manipulación de jueces que son verdugos del régimen y en procesos que son linchamientos. NO hay una nota que señale el terrorismo de Estado de los dictadores, ni sus crímenes de lesa humanidad y menos sus narcoestados. Todos han olvidado el mandato de la Carta Democrática Interamericana y más leyes internacionales.


Este artículo forma parte de un acuerdo entre El American y el Interamerican Institute for Democracy.

Carlos Sánchez Berzain es abogado, politólogo, máster en ciencia política y sociología. Catedrático. Estadista perseguido y exiliado político. Director del Interamerican Institute for Democracy // Carlos Sánchez Berzain is a lawyer, political scientist, with a master's degree in political science and sociology. Professor. Persecuted statesman and political exile. Director of the Interamerican Institute for Democracy.

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