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Día histórico en la defensa por la vida: Corte Suprema revierte Roe v. Wade

Roe v. Wade, El American

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Este viernes la defensa del no nacido ha logrado una victoria histórica. La Corte Suprema anuló Roe v. Wade, dándole a los estados el poder de regular al respecto y eliminando la decisión de 1973 de reconocer el aborto como un derecho constitucional. “La Constitución no hace referencia al aborto, y tal derecho no está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional”, escribió el juez Samuel Alito.

El fallo Roe v. Wade (1973) impedía a los estados regular o prohibir el aborto en el primer trimestre. Con el histórico fallo emitido este viernes 24 de junio cada estado tendrá la libertad para establecer reglas de acuerdo a sus creencias y valores sin ser limitados por los jueces de la Corte. “Es hora de hacer caso a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes electos del pueblo”, escribió el juez Alito.

Previendo esta decisión, en los últimos meses al menos 13 estados republicanos aprobaron leyes para regular el aborto en caso de que la Corte revirtiera Roe v. Wade. Es fundamental dejar claro que la decisión de la Corte no es en ninguna medida una prohibición del aborto, como lo está presentando la izquierda. Estados progresistas como New York seguirán teniendo la misma libertad que tienen en la actualidad. Esta decisión se trata de permitir que los estados provida no tengan limitaciones impuestas por jueces de la Corte a la hora de regular el aborto. Fundamentalmente, significa dar más poder a los individuos.

En este país el aborto no es un tema menor. Más de 63 millones de abortos se han realizado en los Estados Unidos desde 1973, para ser exactos: 63,459,781, esa es la cifra que estima el National Right to Life Committee (NRLC), compilando reportes de los CDC y del Instituto Guttmacher. Según cifras de los CDC, en 2019 hubo 629,898 abortos, eso es 1,725 abortos por día, 71 por hora, 1 cada minuto. En Estados Unidos uno de cada siete bebés es abortado.

El aborto, además, tiene una triste relación con dinámicas racistas y debería llevarnos a reflexionar sobre la eficacia del Estado en su misión de ayudar a los más vulnerables. Si miramos específicamente la población afrodescendiente, uno de cada tres bebés afro es abortado en este país. En New York, hay años en los que se abortan más bebés afrodescendientes que los que nacen vivos. Allí la tasa de aborto entre madres negras es más de tres veces mayor que la existente entre madres blancas. El Estado debería ayudar a las poblaciones vulnerables a tener oportunidades para sacar adelante a sus familias, no facilitar la muerte de bebés —en muchos casos con dinero del contribuyente— como una supuesta salida a las situaciones difíciles. La muerte no debería ser una política estatal.

Finalmente, cada año se hacen campañas para concienciar a la población sobre diferentes enfermedades que causan elevadas cifras de muertes, pero frente a las millones de muertes de los no nacidos poco se hace para intentar salvarlos y mucho activismo hay —incluso desde el Gobierno— para normalizar el aborto. Las muertes por aborto superan con creces las causadas por cáncer, delitos violentos, enfermedades cardíacas, SIDA o accidentes. De acuerdo con el NRLC, más de 800,000 bebés morirán este año antes de nacer. Muchos de esos abortos son pagados con el dinero de los americanos.

La decisión de la Corte de revertir Roe v. Wade traslada el poder a los individuos para que tomen decisiones en sus comunidades respecto a una situación tan fundamental como el aborto. Lo de hoy es un gran triunfo para la vida y para libertad.

Vanessa Vallejo. Co-editor-in-chief of El American. Economist. Podcaster. Political and economic analysis of America. Colombian exile in the United States // Vanessa Vallejo. Co-editora en jefe de El American. Economista. Podcaster. Análisis político y económico de América. Colombiana exiliada en EE. UU.

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