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“Don’t Say Gay”: la nueva gran mentira de los progresistas

Don'tSayGay, El American

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El nuevo proyecto de ley que busca evitar la sexualización de los niños en las escuelas de primaria y dar voto a los padres en la educación de sus hijos, avanzó este martes en el Comité de Educación del Senado de Florida. Sobre el asunto, las redes sociales se llenaron ayer de mentiras y desinformación.

Después de que el Gobernador Ron DeSantis en rueda de prensa se mostrara a favor del proyecto, destacando que que los padres deben tener un lugar en la mesa cuando se trata de lo que sucede en las escuelas, “#DontSayGay” -el nombre con el que los contradictores han apodado el proyecto de ley- se hizo tendencia.

“Hemos visto casos de estudiantes a los que diferentes personas de la escuela les dicen: ‘Oh, no te preocupes, no elijas tu género todavía, haz todas estas otras cosas’. No les dicen a los padres sobre estas discusiones que están ocurriendo”, dijo DeSantis.

Todos deberíamos estar de acuerdo en que los padres deben tener voz y voto cuando se trata de la educación de sus hijos y que deben estar informados sobre lo que ocurre en la escuela. Sobre eso no debería haber negociación. Ahora bien, el asunto más polémico, de donde sale el #DonSayGay, que suena terrible y a primera vista causa rechazo con toda razón, está basado en mentiras.

El proyecto no prohíbe a los estudiantes hablar de asuntos de orientación sexual ni mucho menos que los niños puedan decir la palabra “gay”. Lo que prohíbe es “fomentar la discusión en clase sobre la orientación sexual o la identidad de género en niveles de primaria o de una manera que no sea apropiada para la edad”.

Poner de acuerdo a millones de padres -con diferentes creencias y estilos de vida- sobre lo que un niño debería aprender respecto a sexualidad y género es imposible. Algunos creerán que muy temprano hay que abordar ciertos temas, otros preferirán que el niño pregunte primero, hay quienes quieren que sus hijos crezcan en un ambiente liberal, pero otros los quieren educar en valores conservadores y preceptos religiosos. ¿Qué visión de la sexualidad debería debería tomarse como regla? Creo firmemente que ninguna en particular debería ser impuesta. Cada familia piensa diferente y cada niño también es un caso diferente.

Siendo honesta y fiel a mis principios, no quisiera que a mis hijos se les enseñe teoría de género en la escuela, pero tampoco quiero, ni tengo la autoridad, para obligar a los niños de padres con visiones diferentes a escuchar mis ideas conservadoras y religiosas. La virtud viene de la libertad para elegir, si es obligado no cuenta. Lo sensato es que lleguemos al acuerdo de que ninguno impone su visión sobre el otro.

El tema de la educación de los niños es uno de los asuntos fundamentales que dirigirá las discusiones políticas y definirá votos en los siguientes años, y es que los hijos son lo más importante en la vida de una persona y cada vez vemos más denuncias de cómo unos locos deciden utilizar su puesto de profesores para exponer teorías falsas y dañinas a niños que ni siquiera tienen edad para entender.

A pesar de las diferencias que tengamos en cómo vemos el mundo, por el bien de los niños, deberíamos coincidir en que no es apropiado que un desconocido -usted en realidad no sabe bien quién es el maestro- esté hablando de sexualidad y género a un niño de primaria. De modo que nuestro primer acuerdo debería ser no alentar discusiones sobre sexualidad en escuelas primarias, eso es precisamente lo que busca el proyecto al que progresistas, maliciosamente, han apodado “Don’t Say Gay”.

Vanessa Vallejo. Co-editor-in-chief of El American. Economist. Podcaster. Political and economic analysis of America. Colombian exile in the United States // Vanessa Vallejo. Co-editora en jefe de El American. Economista. Podcaster. Análisis político y económico de América. Colombiana exiliada en EE. UU.

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