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El ocaso de Cristina Kirchner y su populismo autoritario

Cristina Kirchner, El American

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Por Eduardo Zalovich *

Argentina es un país, todos sabemos, con un potencial enorme ¿Quién no se impresionó con el ritmo de Buenos Aires, sus enormes avenidas y su actividad cultural? Tiene una geografía privilegiada, con lugares paradisíacos como Bariloche, el bosque de los Arrayanes y el cristalino lago Nahuel Huapi. Podría ser una potencia. Pero tiene una gran traba: su política.

El peronismo fue siempre autoritario, y si bien hay que destacar su importante obra social a mediados del siglo XX, con el tiempo se hizo más violento. Siempre abarcó tanto fascistas como marxistas. Los demócratas nunca fueron mayoría. Juan Perón dejó entrar —a cambio de una fortuna en oro— cientos de criminales nazis. En honor a la verdad, él no compartía esa ideología ni sus teorías racistas. Su ídolo fue siempre Benito Mussolini, cuyo régimen vivió personalmente como agregado militar en Italia. Ahora sus herederos admiran a Chávez y Fidel Castro. 

Argentina transcurrió desde 1930 entre dictaduras militares y gobiernos civiles débiles. Recién en 1983, con el triunfo de Raúl Alfonsín, se consolidó lentamente la democracia. El expresidente Mauricio Macri también respetó las libertades, pero su mala gestión económica favoreció el regreso del Partido Justicialista (PJ) en su peor versión: el kirchnerismo. Y estos dos años de Gobierno encabezado por Alberto Fernández, pero controlado por Cristina y su hijo Máximo, fueron los peores.

La derrota del PJ en las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) fue contundente. Nunca en su historia había votado tan mal. Esto allana el triunfo opositor en noviembre y la segura pérdida de la mayoría parlamentaria. Este hecho dejará al país con un presidente débil, una vice en riesgo de ser juzgada y grupos fanáticos como “La Cámpora” descontrolados. Un polvorín.  
 Veamos los hechos clave, tras la derrota, que auguran un triunfo del frente opositor “Cambiemos” en noviembre.

  • El 70 % de la población argentina aun no está vacunada. El manejo de la pandemia fue desastroso, con un encierro de ocho meses y la llamada “vacunación VIP”, que consistió en vacunar primero a los gobernantes, sus familias y militantes kirchneristas. 
  • Argentina rechazó un acuerdo con Pfizer —una vacuna “imperialista”— lo que enlenteció la inmunización provocando decenas de miles de muertos que podían haberse salvado. Al día de hoy fallecieron 116,000 personas.
  • Mientras regía una cuarentena que incluía penas de cárcel, en la residencia presidencial se realizó una lujosa fiesta por el cumpleaños de Fabiola, la señora del presidente. Alberto primero lo negó, y cuando aparecieron fotos le echó la culpa a … su esposa. 
  • Cristina Fernández tiene 20 causas judiciales abiertas, desde el brutal crecimiento de la fortuna familiar —calculada en 800 millones de dólares— hasta el asesinato del fiscal Alberto Nisman, que el mismo día que iba a interrogarla en el Congreso por el atentado a la AMIA (85 víctimas) apareció muerto en su apartamento.
  • Aníbal Fernández, ministro de Seguridad, amenazó al caricaturista opositor Nik en Twitter con este mensaje: “Muchos colegios de la CABA reciben subsidios del Estado y está bien. Por ejemplo, la escuela ORT. ¿La conocés? Sí que la conocés… O querés que te haga un dibujito? Excelente colegio lo garantizo. Repito…¿Lo conocés?” 
  • El mensaje fue criticado por todo el espectro político, incluso el jefe del gabinete porque constituye una amenaza velada a las dos hijas de Nik, que concurren a la ORT. Además, se aclaró que no recibe ningún subsidio estatal. Para colmo el jerarca usó “información privilegiada” al revelar datos sobre la familia de un ciudadano opositor. Típico de la mafia y de las dictaduras.
  • La pobreza superó el 40 % de la población, y el Gobierno comenzó a regalar heladeras y bicicletas en algunas zonas. Manotazos de ahogado sin disimulo. 
  • La política exterior está alineada con las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Además, Alberto Fernández salió muy mal parado de su cruce verbal con el presidente Luis Lacalle Pou, sobre el funcionamiento del MERCOSUR.
  • Por último, la soberbia de Cristina Kirchner, insultando a propios y ajenos, con un vocabulario de “barrabrava”, molesta a la gente. Llegó a declarar “a mí me absolvió la historia”; quizás se refería a algún libro que ella misma piensa escribir.

    En definitiva, a la República Argentina le esperan tiempos difíciles, en especial mientras una líder desequilibrada y autoritaria intenta perpetuarse en el poder a cualquier precio. La democracia está en jaque.

Eduardo Zalovich es historiador viviendo en Israel.

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