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Economistas en Dinamarca le dicen a América: no somos socialistas

Dinamarca

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Por Ben Johnson

Los socialistas demócratas han presentado a Dinamarca como la nación en donde el socialismo ha tenido éxito y, por lo tanto, como un modelo para las políticas que aplicarían en los Estados Unidos. Bernie Sanders invocó regularmente a Dinamarca durante la campaña presidencial de 2016, y Alexandra Ocasio-Cortez aseguró ante los espectadores de 60 Minutes que su versión de socialismo democrático se inclinaría más hacia Dinamarca que hacia Venezuela.

Un centro de estudios de libre mercado en Dinamarca, el Centro de Estudios Políticos (CEPOS), publicó un informe de 20 páginas explicando a los americanos que 1) Dinamarca no es una nación socialista, y 2) las políticas estatistas todavía han causado un daño económico significativo.

En el informe de 20 páginas se señala que, según algunas medidas, Dinamarca y los países “socialistas” nórdicos tienen más libertad económica que los Estados Unidos:

El Índice de Libertad Económica del Mundo del Fraser Institute sitúa a Dinamarca en el puesto 16 (de 162 países). Según el Índice de Libertad Económica de la Heritage Foundation, Dinamarca (que ocupa el puesto 12 de 180 países) está en una posición más alta que los Estados Unidos (18º). En general, Dinamarca ocupa un lugar destacado en cuanto a regulación, protección de la propiedad privada, lucha contra la corrupción, flexibilidad del mercado laboral y comercio, pero ocupa un lugar bajo en cuanto a impuestos y gasto público, que son muy altos en Dinamarca en comparación con otros países.

“El alto nivel de libertad económica es una explicación para el relativamente alto nivel de ingresos en Dinamarca, a pesar del alto nivel de impuestos y el gran estado de bienestar”, afirma el informe.

Los autores —Mads Lundby Hansen, Carl-Christian Heiberg y Thomas Due Bostrup— muestran a Dinamarca siguiendo el patrón familiar de sus compañeros nórdicos: se convirtió en un país rico antes de introducir un Estado con beneficios sociales en constante expansión en la era de la posguerra. Pero tras alcanzar un punto de inflexión económica en la década de 1970, los sucesivos gobiernos introdujeron una mezcla de reformas —incluida la reducción de las prestaciones, la privatización parcial de las pensiones y una menor regulación— que han restaurado su fortuna económica.

Pero si Sanders y AOC exageran el alcance del intervencionismo económico de Dinamarca, añade CEPOS, entonces la Casa Blanca subestima el dolor económico.

El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca exploró “los costos de oportunidad del socialismo” en el pasado. “Leyendo el informe, uno podría fácilmente tener la impresión de que los impuestos en Dinamarca son sólo ligeramente más altos que en USA”, afirman los autores del CEPOS.

De hecho, los impuestos son mucho más altos en Dinamarca, especialmente sobre los pobres y la clase media. El gobierno confisca más de la mitad de prácticamente todos los ingresos. Los daneses de bajos ingresos pagan una tasa impositiva marginal efectiva del 56 % y la clase media paga el 57 %.

Los daneses extremadamente pobres tienen más dinero que los americanos pobres, pero la diferencia no puede ser financiada exclusivamente por los ricos. “El americano promedio tiene un ingreso 27 % más alto que el danés promedio”, informa CEPOS, “lo que refleja tanto un PIB per cápita más bajo como impuestos más altos en Dinamarca”.

El IVA danés exige un impuesto del 25 % sobre la venta de cada artículo, e impuestos adicionales se aplican al café, la cerveza y el chocolate.

“El alto nivel de libertad económica es una explicación para el relativamente alto nivel de ingresos en Dinamarca, a pesar del alto nivel de impuestos y el gran estado de bienestar”, (EFE)

La mayor diferencia son los altos impuestos al consumo de Dinamarca. Su impuesto al valor agregado (IVA) impone el 25 % sobre la venta de cada artículo y se aplican impuestos adicionales al café, la cerveza y el chocolate.

La sección relativa al impuesto sobre los propietarios de vehículos es una lectura fascinante. ¿Cuántos americanos saben que “en Dinamarca se pagan 1,200 dólares anuales en impuestos por tener una camioneta”? (Jim Gilmore, ahora presidente de la American Opportunity Foundation, fue elegido gobernador de Virginia por hacer campaña contra el impuesto estatal sobre los automóviles, que era aproximadamente la mitad de esa cantidad).

Estos impuestos perjudican desproporcionadamente a los pobres, que luchan por pagar sus necesidades tal como están. “Los altos impuestos al consumo significan que puedes comprar menos bienes por una hora de trabajo extra. Por lo tanto, los impuestos al consumo distorsionan la decisión laboral”, es decir, desalientan el trabajo, la inversión y el progreso.

El informe de la Casa Blanca concluye que la adopción del Estado con beneficios sociales al estilo nórdico, en su apogeo de la década de 1970, habría reducido el PIB de Estados Unidos en un 19 %. CEPOS afirma, “esto parece plausible, sin embargo, pensamos que los ingresos disminuirán en más del 19 % en USA”.

La historia de Dinamarca está inextricablemente unida al comercio y a la fe. El nombre Copenhague significa “puerto mercantil”, y su historia debe mucho al Obispo Absalón, que murió en 1201. El informe, que vale la pena leer en su totalidad, señala cómo el país se encaminó hacia la ruina fiscal, al alejarse de la libertad económica y de su dependencia con las instituciones intermediarias.

El mensaje de Dinamarca es claro: adoptar incluso una versión suave del socialismo democrático, como proponen Bernie Sanders y AOC, haría a los norteamericanos más pobres e inhibiría su florecimiento.

El que tenga oídos para oír, que oiga.

Foundation for Economic Education (FEE)

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