Read in English
Sí, así de claro y de drástico. Con cada una de sus letras, porque lo que está pasando en México no es normal. Va mucho más allá de la típica incompetencia de las autoridades latinoamericanas. No es mera impunidad (que de por sí sería indignante), sino la captura abierta del país por parte del crimen organizado, ante lo que solo puede entenderse como complicidad del obradorismo. Y como el cómplice es, por definición, criminal; entonces, en consecuencia: el gobierno mexicano es criminal.
¿Qué tan grave está la situación? Aquí van algunos ejemplos:
- El 5 de junio, una banda de delincuentes se robó ¡20 contenedores! de un patio de maniobras en el puerto de Manzanillo. Y los malandros se tomaron su tiempo, al menos 8 horas estuvieron abriendo y seleccionando los contenedores, presuntamente repletos de oro, plata y televisores. ¿El valor de lo robado? Hasta $12 mil millones de dólares, según cálculos reportados en la prensa nacional.
- El 11 y 12 de junio México sumó 257 asesinatos: el segundo fin de semana más violento del 2022. Desde que inició la administración López Obrador, van más de 115 mil homicidios y a partir del año 2000 cerca de 450,000 mexicanos han sido asesinados, mientras que al menos 100,000 están oficialmente “desaparecidos”.
- Desde el 11 de junio, la ciudad de Chilpancingo se quedó sin pollo en los mercados. ¿La razón? Un grupo de criminales llegó a una granja de pollos y mató a 6 trabajadores, mientras los grupos armados ya no solo pelean el control de los negocios ilícitos, sino incluso de la economía “normal”.
- El 12 de junio se publicó en redes un video donde se observa a un convoy de civiles con armas largas, que avanzan en al menos 25 camionetas, justo frente un grupo de soldados del ejército mexicano, que no intervienen; simplemente, como meros testigos, los dejan pasar.
- El 14 de junio, cerca de 100 delincuentes, fuertemente armados, aterrorizaron durante horas la zona norte de San Cristóbal de las Casas, aparentemente como parte de la lucha entre dos grupos que pelean el control de uno de los mercados de dicha ciudad.
- El 19 de junio, El Universal publicó que el cártel de La Unión Tepito está realizando, literalmente, una “leva” entre los jóvenes de la Ciudad de México, que se ven obligados a participar en actividades ilegales.
Eso es lo que se sabe en los medios, pero hay muchos más ejemplos que ya ni siquiera trascienden a la prensa, porque en gran parte del país la violencia y el capricho del crimen organizado se han convertido en rutina, ante la complicidad de los gobernantes y la resignación de la sociedad.
Los criminales instalan retenes a placer, extorsionan, roban, matan. Imagine usted una marea de impunidad y violencia, que inicialmente estaba limitada a zonas de difícil acceso, pero que ahora avanza sin freno: capturando pueblos carreteras y ciudades, dominando regiones enteras del país. Solo algunas de las capitales y ciudades más importantes permanecen como auténticas islas, pero incluso en ellas la ola del crimen avanza tan inevitable como trágica.
¿Que implica vivir en este México capturado?
Implica no poder tomar con tranquilidad ni siquiera los principales carreteras del país, porque (especialmente durante la tarde y la noche) incluso las vías de cuota se convierten en territorio de los criminales, al grado de que la única forma segura de viajar a cada vez más regiones del país es por avión.
¿Tanto así? Pues sí. La más reciente advertencia de viaje publicada por el gobierno de los Estados Unidos pide no viajar, reconsiderar el viaje o ejercer precaución extra en 30 de los 32 estados de México, e incluso sin advertencias oficiales, millones de mexicanos están sometidos cotidianamente a un toque de queda, para no ser confundidos con integrantes de algún cartel rival.
El gobierno mexicano, cruzado de brazos
¿Y el gobierno? Cómplice. El presidente López Obrador se aferra al cinismo de su política de “abrazos, no balazos” que ha maniatado a lo que quedaba de las fuerzas del orden, y convertido a los soldados en objeto de burla por parte de los criminales a quienes deberían enfrentar.
Ahora bien, es cierto que México siempre ha sido un país violento y cruel, con gobiernos corruptos e impunidad; pero nunca a este nivel. Nunca tan a plena luz del día, nunca con una actitud tan pasiva de la federación. Lo que está pasando ya no es normal, es complicidad; y a través de ella, el gobierno mexicano es criminal.
Gerardo Garibay Camarena, is a doctor of law, writer and political analyst with experience in the public and private sectors. His new book is "How to Play Chess Without Craps: A Guide to Reading Politics and Understanding Politicians" // Gerardo Garibay Camarena es doctor en derecho, escritor y analista político con experiencia en el sector público y privado. Su nuevo libro es “Cómo jugar al ajedrez Sin dados: Una guía para leer la política y entender a los políticos”